El eneatipo 8, la lujuria.

ÍNDICE
1 Características generales del eneatipo ocho
1.1 Rasgos de personalidad del eneatipo ocho.
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El ocho está en la antítesis del miedo. Comparte triada de la acción con el nueve y con el uno. Mientras los nueves pueden estar en un hacer mecánico, los ochos siempre están en un hacer dirigido a satisfacer sus impulsos. El nueve se desliga de lo que necesita y el ocho sólo hace por satisfacer estas necesidades básicas. Al eneatipo ocho normalmente lo presentan como el «jefe» y no se incide tanto en la parte antisocial y destructiva que tiene, realmente, este eneatipo. Por ello, mucha gente erróneamente se ubica en un principio por aquí, cuando en realidad son doses, cuatro sexuales o seis contrafóbico. NO hay tantos ochos como se piensa. No es lo mismo verse en las cualidades de un «jefe» que reconocer la pasión por la «Lujuria». Es una intensidad máxima en la satisfacción de sus propias necesidades. Los lujuriosos son los reyes del exceso. En terrenos de intimidad desde esta lujuria se llega fácil a la lascivia; es decir, obsesión en lo sexual. Busca el placer desde su propia insensibilidad. Es todo muy básico y mundano. No hay lugar para lo delicado y pausado. Su neurosis les lleva a no ver al otro y a tener la fijación de la venganza. El concepto de justicia, su justicia, también puede entrar en juego, pero, por desgracia, sobre todo para ajustar cuentas pendientes. En realidad usan la justicia para, a su modo, ajustar cuentas pendientes. Ojo por ojo, diente por diente. El perdón no entra en su vocabulario. Desde ahí, puede tener un punto sádico. Uno de sus mecanismos de defensa es la negación. Negación de su propia delicadeza y del propio dolor (tanto físico como emocional). A partir de aquí, leerás una descripción del eneatipo ocho que pudiera parecer muy negativa. Eso no es así, el ocho es un eneatipo igual de “bueno” y de “malo” que el resto. Lo que ocurre es que es más extremo y escandaloso. Desde ahí, puede parecer el eneatipo más “chungo”, pero esperamos que quede claro que no es así. En palabras del psicoterapeuta Jordi Santamaria: «La lujuria no se esconde ni se avergüenza, más bien es exhibicionista, y erecta. Se mira y se pone a sí misma. Es bravucona. Y hueca. Tiene las patas cortas, no puede ser desarrollada, ni mediata, debe brincar en el presente. Los lujuriosos se creen los putos amos porque viven en el hiperpresente. Se sienten poderosos porque dominan la realidad. Aunque sólo sean bestias desesperadas. Criaturas apocalípticas que, a veces, no saben si van a morir esa misma tarde en la próxima pelea o bien en el charco de su propio vómito. Y qué quieren que les diga, eso también es muy digno. No hay mayor canto a la vida ni actitud que traspase más a la muerte que la de su entrega. Pero más allá de ser un cohete que detona, necesitan al otro para dejar de ser un kamikaze persona. Emblandecerse, estofarse, enternecerse, y dejar de explotar, como quien acaba descubriendo otra atmósfera de vida y otra manera posible de respirar en ella.» Extracto del post de facebook: #Las_nueve_Pasiones Los ochos tienten una atracción especial por el riesgo, la intensidad y la agresividad llevada al límite. Además, es el que contacta con la rabia y es capaz de expresarla incluso con violencia. Esto no es exclusivo de ellos, recordemos que la Santa Inquisición, plagada de unos, no podía ser más violenta. También, recordamos que la agresividad en sí misma puede ser algo muy necesario y que a otros eneatipos, como por ejemplo algunos treses, les cuesta muchísimo contactar con ella. El problema del ocho es que le sale a raudales.

Lemmy, el cantante de Motorhead, podría ser un buen ocho.
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El problema de sus excesos es que cuando se juega tantas veces con fuego, tarde o temprano, se terminan quemando y los ochos se han quemado varias veces. Pero es un eneatipo que se identifica con la fuerza; así que, termina resurgiendo de sus cenizas. Son gente muy dura y curtida en mil batallas. No muestran su dolor y tampoco piedad. De hecho, más que de fuerza podríamos hablar de potencia que es la fuerza en función de la rapidez. Son gente superrápida; para cuando tú vas, ellos ya han vuelto. Vamos… que se las saben todas. En este sentido, Gonzalo Morán, apunta “(…) Los Ocho rechazan todas las emociones que consideran «débiles»: tristeza, miedo, depresión, vergüenza, remordimientos, ternura, carencias, anhelos, etc. y parecieran ser insensibles al sufrimiento, gracias a su Mecanismo de Defensa de la Negación. Un buen ejemplo de esto es una historieta en donde muestran a un Mexicano apuñalado (México es un país con fuertes características Ocho) y un amigo le pregunta: «¿¿Te duele Manito???» a lo cual el susodicho responde: «Nah, …Solo cuando me río…». Para un Ocho la rudeza es fuerza, la falta de consideración por los demás es honestidad y la persecución insensible de sus objetivos es «supervivencia». Es como si se dijeran a sí mismos : «Si al menos no me AMAN, me TEMERÁN»” (ver post) Pueden ser muy violentos y tienen un punto sádico. Castigarán sin miramientos a quien ellos crean que se lo merece. Con la autoridad tienen un “quilombo” permanente. Junto a los doses sexuales son los “chicos malos” del eneagrama. De hecho, en su estado más grotesco, dejarán el papel de chico malo para el dos y ellos se apropiarán el de “macho alfa”. Y más allá de la ayuda (en el fondo interesada) de los doses, el ocho no ayuda, el ocho salva. Harán cualquier cosa antes de mostrarse débiles. Van por la vida en modo desafiante y pueden ser muy vengativos.

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Algunos doses (sobre todo sexuales) pueden asemejarse a los ochos incluso físicamente. Si fuera un animal podría ser un gallo de pelea o el rinoceronte negro. Este último es un animal de aspecto poderoso con el que no dan ganas de hacer bromas. Como sucede con el rinoceronte negro, hay más bien pocos ochos. En el caso, del rinoceronte negro, además, está en riesgo de extinción. Esperamos que no ocurra lo mismo con los ochos ;-) Las crías de estos bichos nacen pesando 40 kilos y a los pocos días pueden hacer vida casi de adulto. Todo esto, como veremos, también los empareja con la infancia de los niños ochos.
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El eneatipo OCHO en el amor y sexo:
En el amor van a tope y, como vamos diciendo, la lujuria está muy presente en sus vidas. Eso sí, pueden confundir amor con deseo y deseo con posesión. En cualquier caso, para ellos es un tema crucial. Lo que para la mayoría de eneatipos puede ser un tabú sexual, para ellos puede ser el pan nuestro de cada día. Pueden tener tendencia a lo morboso y problemas con la pornografía. También, conviene recordar que el origen etimológico de la palabra lujuria no es sexual. Lujuria viene de lujo y tenía que ver con todo tipo de excesos. Y los ochos, ciertamente, son muy excesivos. Si va a haber sexo lo habrá a toneladas y follarán como panteras. La suavidad y los preliminares, en principio, tenderán a saltársela. Así que, cuando conectan con alguien que está en la misma onda que ellos, las cosas fluirán (por lo menos por un tiempo); pero, cuando no es así, habrá un gran encontronazo y puede pasar cualquier cosa. En estado de neurosis disparada pueden entrar con facilidad en el mundo de las perversiones. Está claro que, cuando la lujuria aparece sin control, puede ser un problema. Pero, podríamos decir que, para algunos eneatipos, en esta sociedad tan castradora que hemos construido, poner un punto de lujuria en sus vidas podría tener su gracia. Si alguien tiene intención de controlar a un ocho, será poco menos que intentar poner puertas al campo. El ocho luchará a muerte por lo que él entiende que es su libertad. Y si de paso aparece el riesgo, mejor que mejor. En palabras de Claudio Naranjo: «El aspecto pseudoamoroso está en lo erótico, también en una seducción que es como una «compra» del otro o su indulgencia en ciertas situaciones. El amor-compasión es negado porque es incompatible con el notorio énfasis del amor-necesidad. El amor- admiración, sin embargo, está más a mano; por mucho que la persona sea competitiva, puede reconocer y admirar intensamente, sobre todo si se trata de modelos fuertes. El amor a sí, sin embargo, es el más fuerte; el amor al prójimo va en segundo lugar, a pesar de tratarse de un ser aparentemente antisocial: es contrario a las normas más que a las personas concretas, y no es tanta como parece la diferencia entre los eneatipos I y VIII en lo que a los impulsos se refiere. En un caso la agresión está muy racionalizada y se percibe como un servicio de buenas causas; en el otro se reconoce la agresión como tal, y existe una especie de inversión de valores por la cual lo bueno se considera malo y viceversa.» A su vez, conviene recordar que mucha gente se ubica de partida en el ocho y en realidad son eneatipo dos. Esto se ve también en el amor. En el dos subtipo sexual hay una potencia similar al ocho, un aquí y ahora brutal. Pero en esta intensidad del dos, sí hay una mirada cuidadosa hacia el otro. En el ocho, está primero él y luego, con suerte, el otro. Los dos eneatipos tienen un punto narcisista; pero, de partida, el egoísmo, se ve más en los ochos. En cualquier caso, nuestros lujuriosos, como vemos, primero se aman (a su manera) a sí mismos, luego a referentes muy fuertes y les cuesta mucho el amor a Dios o entrar en lo espiritual. Eso sí, con el trabajo personal y a más de un ocho hemos visto terminando mirando hacía arriba y, a la vez, mostrando su corazoncito.El eneatipo OCHO en el trabajo
En el trabajo pueden pasar del extremo de ir a su bola a, en el caso de estar medianamente centrados, ser los jefazos del invento. En este caso depende de su nivel de conciencia porque puede evolucionar de no ser capaz de organizarse a sí mismo a poder organizar a mucha gente. Por desgracia, incluso estando en su peor estado, muchas veces son capaces de ocupar puestos de poder. En cualquier caso, de partida, son anárquicos y les cuesta seguir normas; así que no será fácil integrarlos en un equipo de trabajo. Eso sí, como decimos, si ya van teniendo más recorrido interior, pueden ser buenos líderes de organizaciones en las que, sí habrá normas, pero serán las suyas. Tiene tendencia al poder. Si se pone a montar empresas, puede montar muchas y muy grandes. Les irá bien o mal, eso no es tan importante como el hecho de poder volcar por aquí su intensidad. Para él, a diferencia de un tres social, mostrar su poder no es importante; con que lo sienta él es suficiente.El eneatipo OCHO en la alimentación
La tendencia al exceso la llevarán a todos los terrenos de su vida. Si pensamos en su alimentación, como es de esperar, será abundante y desordenada. Pueden ser tremendos carnívoros y no atender demasiado a que los alimentos sean saludables. Lo importante es la cantidad y engullen más que mastican. Eso de “un poco de cada cosa”, para ellos está bien, pero como aperitivo. Luego “me pones un mucho de cada cosa”. Y desde ahí, desde el exceso, se encontrarán, curiosamente, vacíos. Siempre tendrán ganas de más.El eneatipo 8 frente al mundo.
Esta es una sección que desarrollamos en nuestro curso del Eneagrama de las relaciones. Si quieres saber más puedes echar un ojo por aquí. Y si quieres un ejemplo de cómo lo hacemos, te puedes ir al eneatipo 2 (ver aquí) y ahí vas a encontrar un vídeo que te puede gustar mucho.Testimonio del eneatipo OCHO.
«Mi infancia fue una caos absoluto. Era hijo sólo y siempre estábamos cambiando de país. Mi padre era diplomático y cada dos o tres años nos mudábamos. Nunca sentí que tenía raíces. Mis recuerdos en los múltiples colegios en los que estuve están marcados por las peleas. Yo era bastante grande y no tenía miedo al enfrentamiento. Al ser el nuevo siempre había algún niño que me buscaba la boca y yo respondía de manera desproporcionada. Llegué a golpear a un profesor que me gritaba constantemente. En casa siempre estaba solo y enfadado. Mis padres me dejaban con las curadoras y no se preocupaban demasiado de mí. Se separaron cuando tenía 12 años y quedé con mi madre por unos años. En la adolescencia no hubo forma de controlarme. Todo exceso me parecía poco. Tuve varias novias a la vez y más de una vez tuve comportamientos violentos con ellas. Me recuerdo muy muy machista. En el Instituto las cosas no iban bien. Repetí dos cursos y no era capaz de concentrarme con nada. Se puede decir que disfrutaba mucho siendo el chico malo. Aun con todo, sentía un vacío en mi interior que no sabía cómo llenar. A los 16 años comencé a entrenar Full Contact y en un año ya estaba compitiendo y ganando casi todos los combates. Al año siguiente me puse en serio con el boxeo y encontré un entrenador que, por una vez, me supo traer a mandamiento. Entrené fuerte y por temporadas dejaba de salir para poder competir mejor. Se puede decir que me salvó la campana, porque era carne de cañón para acabar fatal con las drogas. Mi vida amorosa era una locura absoluta y yo enfermaba de celos o, al revés, necesitaba sexo a todas horas. Todo tipo de sexo y en cualquier condición. Era un obsesión. También, recuerdo que una novia me dejó y le destrocé el coche. No lo quemé porque me pareció excesivo, pero estuve a punto. En otra ocasión, encontré a un tipo con mi novia y le di una paliza tremenda. Ahora, lo recuerdo y se me cae el mundo encima; pero, en esos momentos, me parecía lo justo. Para mí no había otra opción. Incluso coqueteé con el mundo de la pornografía y rodé alguna película. Por suerte, rápidamente vi que no tenía la paciencia ni el aguante para estar en ese mundo y lo dejé. Hice varios cursos para aprender a invertir en bolsa y fui a lo bestia con todo lo que tenía. Incluso con lo que no tenía y, como era de esperar, perdí hasta la camisa. Bueno… durante un año o dos me fue bien, pero luego comencé a hacer locuras y me quedé en la ruina más absoluta. No tenía nada. Bueno sí, deudas muchas deudas. Mi padre no me hablaba desde los 18 años. Mi madre estaba siempre enferma y empastillada hasta las trancas. Me encontraba en un abismo absoluto. Sin amigos, sin nada. Tenía como 25 años y no veía ningún futuro. Por esa época, comencé a trabajar de camarero, pero todo lo que ganaba me lo gastaba en la noche. Era incapaz de ahorrar nada y comenzar a pagar las deudas. Aun así, por suerte, entré de socio en una discoteca en la que se movía mucho dinero y comencé a sacar la cabeza. Tenía ya dos hijos con dos mujeres diferentes, a los que no hice ningún caso. Cuando cumplí 30 años murió mi padre y al año siguiente mi madre. Ahora sí que estaba sólo en el mundo y acudir a los dos funerales me hizo darme cuenta de toda mi mierda. Vi mi vida pasar y sentí que o daba un giro de 180 grados o me iba al garete. Y así fue, dejé la discoteca, dejé la mala vida y me recluí en un caserío para hacer quesos. Curiosamente, en contacto con la naturaleza, encontré una paz que jamás había podido ni soñar. Desde ahí, comencé a devorar libros de autoayuda y, por fin, llegó a mis manos el libro que lo cambiaría todo: Carácter y neurosis de Claudio Naranjo. Por fin entendí que no estaba loco o por lo menos no más loco de lo normal. Que mi personaje era así de excesivo y yo, mi yo real, había sido un títere de mi personalidad. Fue un antes y un después que me llevó a comenzar un camino de crecimiento personal que, aun hoy, considero que está empezando. Aun así ya han pasado más de 10 años y mi vida tiene otro color. Tengo gente trabajando para mí y los quesos van viento en popa. Intento no ser un mal jefe, aunque muchas veces me veo como un auténtico tirano. Lo bueno es que me rodea gente que me ya me va conociendo y me ponen límites muy claros. Los veo y los respeto. Me gustaría retomar la relación con mis hijos, pero siento que ya llego tarde y que puede ser peor aparecer ahora en sus vidas que seguir al margen. No sé, es algo que me quita mucha energía y cada día lo veo de una forma. Y estos son algunos capítulos de mi vida. Una vida intensa, sin límites y totalmente descontrolada. También, podría parecer una vida muy vivida; pero, yo no la veo así. Creo que, ahora, es cuando de verdad comienzo a vivir. Siento el miedo por primera vez y desde ahí, tengo algo de prudencia. Siento mis emociones y puedo expresarme desde esta vulnerabilidad. Ya no veo a la mujer como un objeto. Se puede decir que sí he dado pasos. Ahora viene lo mejor o !eso espero!!» Fran B.OTALLER ONLINE VIVENCIAL DE ENEAGRAMA
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1.2 infancia de los ochos.
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¿Cómo fue la infancia de cada eneatipo del eneagrama?

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1.3 El eneatipo ocho en la bioenergética
La relación con la bioenergética, en este caso, es bastante clara, y el carácter rígido es quien mejor acoge a los ochos. De hecho, la mayoría de ellos, son rígidos fálico narcisistas. Pueden tener también un punto masoquista o psicopático, pero la herida principal será la otra. Es casi imposible que un esquizoide o un oral se puedan identificar con el eneatipo ocho. Suelen ser cuerpos muy potentes y desafiantes. Tienen la mirada de hielo que solo cambia hacia la del odio cuando conectan con la rabia. El ocho no mira, el ocho escruta. Tienes físicos muy resistentes, por lo que cuando su cuerpo les avisa de que algo va mal con algún pequeño toque, el ocho hace caso omiso. Muchas veces, necesitan un susto muy grande, como algo que afecte al corazón, para tomar conciencia de que igual su forma de estar en la vida no es la mejor. Desde ahí, desde la bajada de su pedestal, quizás puedan contactar con su ternura y comenzar su evolución hacia una vida más serena. Más sobre los caracteres de la bioenergética por aquí.Pasión (tendencia emocional): Lujuria (sadismo) / prepotencia
Fijación (pauta fija de pensamiento): venganza (desafiador) / Dominación / castigo
Mecanismo de defensa: Negación: idealiza la fuerza (Desensibilización) - evita la debilidad.
2 Los subtipos del eneatipo ocho
Así como en la mayoría de los eneatipos hay una gran diferencia en alguno de sus subtipos en los ochos, como también ocurre en el nueve y en el cinco esto no es tan evidente. De hecho, muchas veces, no es tan obvio ver qué subtipo es un ocho a no ser que esté en un estado neurótico máximo.Si te interesa aprender en profundidad los tres subtipos de este eneatipo has de ir al post:
Los subtipos de los eneatipos. El eneagrama de los instintos.
y si quieres meterte de lleno en el tema, echa un ojo :
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3 ¿Cuál es el camino de sanación del ocho?
El camino de sanación del ocho pasa por el amor. Su tabla de salvación es dar y recibir amor. Contactar con su niño interno. Es un trabajo largo pero que vale la pena. Cambiar indolencia por inocencia. Al ocho le hace mucho bien decir: “no puedo con todo”. En este estado de crecimiento personal, el ocho puede resultar el más atractivo de todos los eneatipos. La transformación de este eneatipo es la más espectacular de todos. Puede pasar del odio al amor y vivir este cambio desde la autenticidad más extrema. Porque incluso en estado patológico es un carácter transparente; al ocho le ves venir. Por ello, le hace tanto bien mirar al eneatipo dos, obviar su orgullo y quedarse con su parte amorosa y tierna. Pueden aprender de ellos a ser cariñosos, cuidadosos y delicados. De los cincos pueden tomar su capacidad de observación y reflexión. Si antes de pasar a la acción son capaces de detenerse y evaluar pros y contras de lo que van a hacer, ya habrán dado un paso de gigante. Cuando un niño está comenzando a jugar al ajedrez, uno de los ejercicios más complicados para ellos es pensar antes de coger la pieza. Su tendencia es pillar la pieza cuanto antes y pensar dónde dejarla. Les cuesta tener paciencia y contener su impulsividad. Por ello, se nos ocurre que, en el caso de que no sepan jugar, aprender ajedrez podría ser un buen ejercicio para ellos. En el caso de que sí sepan, no jugar partidas rápidas (lo más tentador y habitual) y ponerse a jugar partidas lentas. En cualquier caso, rebajar la intensidad es clave y, aunque en un principio les parece imposible, centrarse en la meditación es fundamental para llegar a estados de quietud y calma. Desde esta nueva tranquilidad pueden sonreír al mundo y ya no necesitan intimidar a nadie para ser ellos mismos.
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Y si este post te ha gustado y quieres seguir profundizando, pronto estará disponible nuestro curso: Encuentra tu yo real gracias al eneagrama. Nos puedes escribir a Haiki@haiki.es y serás el primero en enterarte de todos los detalles.El refranero de los 8:
Más chulo que un ocho. El que quiera ser líder debe ser puente. Donde hay patrón, no manda marinero. Ojo por ojo, diente por diente. A cada cerdo le llega su San Martín. Donde las dan las toman. El que a hierro mata, a hierro muere. Después de la tempestad, viene la calma . La Justicia es muy cretina, sino mata al que asesina. Corazón cobarde no conquista damas ni ciudades. Ordeno, y mando. Caiga quien caiga. Arrieros somos y en el camino nos encontraremos. Tener más valor que el Espartero. (Post completo, aquí)Puedes descargarte gratis nuestro ebook, “HAIKI, en busca del yo real”.
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Texto redactado por Haiki
Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó
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6 COMMENTS
Virginia
29 agosto, 2020Qué ha pasado con el 7???
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29 agosto, 2020Está en el horno!! Los sietes son de cocción lenta. El lunes los tendremos con nosotros!!
Joe Garcia
14 febrero, 2021Tengo una duda, como recomendarías que fuese el trato con mi jefe q es 8, que es el dueño de la empresa y se mete en todas las áreas exigiendo q se haga su voluntad en lugar de los procesos ya establecidos? Y peor aun si soy un 5 que le rehuyó y no quiero acercarme a el? 🤔
En realidad me siento abrumado y lo evito porq me causa mucho malestar solo por q llega… ademas nunca se el momento que me llamara y me pedira informacion de mi area y peor aun ni se que informacion quedra!!! 😭
Ayudae please!!!!! 😭😭😭
admin
14 febrero, 2021Hola Joe.
Gracias por la confianza en preguntar, pero nosotros nunca decimos a nadie, ni tampoco a nuestros alumnos de los cursos, lo que deben hacer.
Estos casos de conflictos son muy particulares y la solución no es directa.
Como siempre decimos, al otro no lo podemos cambiar, pero sí podemos cambiar mucho nosotros. Es el único camino: trabajar en uno mismo y conocernos bien para, poco a poco, ir haciendo las cosas diferentes.
Un abrazo y ánimo con todo.
Carina
23 febrero, 2021Hola Joe, soy 8. No le tengas miedo, xq lo huele. Tenés q mostrar confianza en vos mismo y estar seguro de lo q hacés. Si t pide información,dársela rápido y en forma concisa, a la tercera vez q le respondas así va a notar tu cambio y no te perseguirá tanto. Es su afán de saber q todo está haciéndose perfectamente y en la forma q él cree q tiene q ser, eso d controlar todo para q nada se «descontrole» q lo hace ser así d molesto.
Podés darle ideas nuevas, siempre q sean bien fundamentadas, prácticas y posibles, esperá a q esté tranquilo para proponérselas.
Mucha suerte!
admin
24 febrero, 2021Gracias por tu aportación, Carina.