Los SUBTIPOS del eneatipo 4 / La envidia (Social, sexual, conservación).

Nuestros envidiosos tienen diferentes formas de expresar su sufrimiento interno. De hecho, la curiosidad del subtipo conservación es que es capaz de tragarse su dolor.

Mientras tanto el cuatro sexual va cortando cabezas por el mundo y el social, con su vergüenza a todo a trapo, derrama lágrimas desde su falsa carencia.

Con todo ello, vemos que este eneatipo tan emocional vive desde la comparación y, a su vez, tiene como virtud la ecuanimidad.

Todo sobre El eneatipo cuatro, la envidia (ver aquí).

El cuatro social y conservación tienen bastantes similitudes y contrastan con las características principales del subtipo sexual. Resuenan en una energía muy parecida.

Pensar que el instinto social del E4 hará que nuestros quejicas por excelencia se desenvuelvan con naturalidad en los social es un error de partida. El E4 social tiene un problema grabe en lo social: su vergüenza no le deja en paz y, por lo tanto, en general, la gente le satura. O mejor dicho la exposición social le desgasta. Por ello, en según que casos, no dista tanto del E4 conservación. La diferencia está en que uno sí expresa su lamento y sufrimiento (E4 social), mientras que el otro sufre, como las hemorroides, en silencio (E4 conservación).

Con ello, los dos E4 sociales son contenidos y están en la carencia húmeda introvertida, mientras que los E4 sexuales pasan a la acción y pueden resultar muy violentos. A un nivel de agresividad y de autodeterminación son como el día y la noche. Por ello, pudiera parecer, con toda la lógica del mundo, que este cuatro sexual es el contra-cuatro.

Sin embargo, desde el punto de vista del sufrimiento quien es, de verdad, diferente el el cuatro conservación. De hecho, según Claudio Naranjo quienes son más sufridos de todos los cuatros son los conservación. Son quienes sufren en silencio y si tienen que llorar les cuesta mostrarlo. Además, no hay que olvidar que el el subtipo conservación, como veremos más adelante, es el más intelectual de los envidiosos. En este sentido, el maestro chileno solía hablar de que los cuatro podían ser sufridos  (conservación), sufridores (social) e insufribles (sexual). Llegado este punto conviene puntualizar que el adjetivo insufrible no hay que tomarlo como algo literal o un insulto. Todos los subtipos son igual de neuróticos (vaya que todos estamos desconectados de nuestra esencia), tan sólo que el subtipo cuatro sexual, como iremos viendo, puede resultar, al menos puntualmente, muy abusivo con el otro.

Por estos motivos, en realidad, el cuatro conservación sería el verdadero contra-cuatro.

Así, algunos envidiosos suelen tener un amplio historial en formaciones de todo tipo. Con ello, mientras el eneatipo dos, de partida, rechaza bastante la parte intelectual, muchos cuatros tienen esta faceta muy desarrollada.

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El Cuatro Social: vergüenza

El cuatro social, en general, curiosamente no es demasiado social; de hecho, la palabra clave para este eneatipo es la vergüenza.

Y te preguntarás ¿por qué se llama social si no es social? Pues buena pregunta; pero, nos tememos que en varios subtipos del eneagrama pasa lo mismo. 

Pero, más allá de este matiz, al cuatro social lo reconoceremos porque tiene todo lo que hemos hablado del cuatro en general, pero con un extra de inseguridad en sí mismo. Tienden a dar lástima y captar la atención desde la pena.

De hecho, esta “vergüenza tóxica” puede tener ecos de abusos sexuales recibidos en su infancia. En estos casos, evidentemente, es fundamental que, en un entorno de seguridad máxima, se puedan blanquear estos asuntos del pasado. 

Respecto a la vergüenza también cabe apuntar que el eneatipo cuatro la puede vivir como una especie de miedo anticipatorio. Por ejemplo, si se imagina que tiene que hablar en público, el miedo y la ansiedad se apoderarán de ella.

La vergüenza suele ir de la mano de sus primas: la culpa y la timidez. La culpa que les produce el sentimiento de haber hecho algo mal y la timidez de no sentirse suficiente. Al contrario de las doses, que siempre se sienten llenas, ellas están en la carencia más extrema.

Muchas veces esta timidez les lleva a esconder parte de su forma de ser o incluso de su cuerpo. Puede haber un descontento grande con su físico que en casos extremos les lleva también a problemas de bulimia o anorexia.

Como buen cuatro, el cuatro social se lamenta sin parar y ama ponerse en el papel de víctima. Son los reyes de la auto-culpabilización y la comparación negativa. El otro siempre tiene algo mejor que ellos. Prefieren tragarse su propio veneno en vez de expulsarlo contra otros. Aprendieron desde muy pequeños a introyectar su agresividad, lo cual le puede llevará a somatizar y caer enfermos.

Como vemos, esta búsqueda constante de amor lleva al cuatro social a un sufrimiento constante y a un estar a merced del otro.

En este Dragon Khan suele haber demasiado espacio para la queja.

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El Cuatro  Sexual: Odio

Este subtipo se diferencia de sus compañeros de viaje pues sí es capaz de sacar la rabia a pasear y, además, lo hace con una vehemencia extrema. Podemos decir que, el habitual llanto de los cuatros es sustituido por el grito y la increpación violenta. Frente a la vergüenza habitual del subtipo social, en el cuatro sexual nos encontramos un carácter desvergonzado.  Son muy ruidosos e insistentes en sus demandas. Dede ahí, resultan muy pesados y sienten un gran rechazo del mundo. Y a más rechazo, !!más reclamación!! Son intensidad en estado puro -también, muy competitivos- y pueden resultar bastante arrogantes.

En palabras del terapeuta Fernando Erdmann: «Suelen ser turbulentos y tempestuosos a la vez que, sensuales, seductores; celosos y posesivos. La envidia competitiva es de tipo Caín, quien quiere aniquilar al otro por tener algo que él no tiene. Pueden sentirse atraídos por lo imposible, las emociones intensas, las parejas prohibidas.»

Es el llamado “cortacabezas” y en las formas puede recordar al punto sádico que tienen algunos ochos. Algunos autores hablan de ellos como el subtipo “cuatro odio” (nombre que ya daba Óscar Ichazo en el 1969).

¿Podría ser TER un 4 sexual?

También el «E4 odio» tiene puntos en contacto con el seis contrafóbico pues cuando huelen el miedo, pasan a la acción en vez de paralizarse. Incluso físicamente se pueden parecer a estos seises y abandonan el carácter menudo oral del eneatipo cuatro para convertirse en físicos más robustos que pueden cuadrar con el carácter psicopático controlador. Muchas veces, tienen una coraza superior a prueba de bombas. 

Desde ahí, tienden a la competitividad. 

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Os animamos a echar un ojo a este famoso vídeo Francisco Umbral en el que desde una violencia verbal y energética recriminaba a Mercedes Mila que «había venido a hablar de mi libro». De paso, le cortaba la cabeza en público.

ver aquí

Con esto no decimos que Francisco Umbral sea un 4 sexual, pero sí que podría serlo.

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El Cuatro  conservación: Tenacidad

Las cuatro tenaces o conservación, de alguna forma, y a pesar de ser el contranúmero, se suelen parecer más al cuatro social que al sexual. Vendría a ser una especie de contra-envidia o contra-sufrimiento del eneatipo cuatro pues su envidia no es tan evidente por su gran capacidad de sufrimiento y aguante. Tienen tendencia a un masoquismo estoico.

Mientras algunos caracteres como los E7 y muchos E2 no consiguen contactar con el dolor, el E4 conservación sí lo hace. La diferencia con el E4 social es que le cuesta más mostrar su drama. Pero la hipersencibilidad está. De hecho, las personas que se identifican con este contra-eneatipo de los E4 son especialistas en lamerse solas las heridas. Es decir, sufren como las que más; pero, hay algo dentro de ellas que les mantiene totalmente ausentes del mundo.

Un masoquismo que ya vive el niño cuatro conservación desde muy pequeño. Un soportar carros y carretas y encima sin quejarse demasiado. Es como si desde siempre se hubieran especializado en tragarse el dolor.

Es como si la pasión de la envidia típica de este eneatipo, en el subtipo conservación se transformase en una pasión por el masoquismo.  Si a esto añadimos su innegable tenacidad el cóctel molotov está servido. La auto-exigencia es máxima.

Curiosamente, el experto en eneagrama Luis Solinho, llama a este subtipo: el intrépido. En sus palabras «es una persona estoica, que ha aprendido a reaccionar ante la frustración de su infancia con el desencanto, tornándose autoexigente, esperando de esta manera ser más querida o apreciada. Rechaza la dependencia, pero necesita mucha necesidad de reconocimiento».

Por otro lado, todo lo que hemos hablado de la vergüenza en general, con un grado menor de intensidad, lo podemos encontrar en este subtipo. 

El sufrimiento, lógicamente,  también está presente en su vida, pero el volumen hacia el exterior es menor. No llora tanto como los sociales.

Sin embargo, como a las cuatro sociales, les cuesta sacar la rabia y se la quedan dentro.

También, se suelen parecer mucho a las tres conservación (“tres hacedor”). Evidentemente, no son tan frías como ellas, pero tienen este punto del esfuerzo metido en el ADN. Desde fuera son bastante  iguales; además, como las tres conservación no cumplen el patrón estético del tres social, incluso el aspecto físico puede ser parecido a las cuatro conservación.

Como ejemplo de este tipo de cuatro, Claudio Naranjo hablaba de Miguel de Unamuno comentando que «fue un joven meláncolico y muy religioso, que amó castamente a su prometida durante diez años antes de proponerle matrimonio, y bastaría este dato para excluir que fuera un E4 sexual. Tenía una alta exigencia a sí mismo, pues así lo sugiere el que aprendiera danés para leer a Kerkegaard e Ibsen, que tradujese a Carlyle del inglés y mucho textos del griego. En todo caso, se lo puede felicitar por el coraje que manisfestó en sus críticas a los necios, los ignorantes y las autoridades del franquismo temprano, que le quitaron la rectoría de la Universidad de Salamanca.»

«Vienen los días y van los días y el amor queda. Allá dentro, muy dentro, en las entrañas de las cosas, se rozan y friegan la corriente de este mundo con la contraria corriente del otro, y de este roce y friega viene el más triste y el más dulce de los dolores: el de vivir.»

Miguel de Unamuno

Pueden tener un punto en común con los unos a nivel de exigirse demasiado. No es la perfección del uno, pero, por momentos se le acerca mucho.

Suelen tener mil formaciones y títulos. Nuevamente, estaríamos ante la antítesis de un siete, que con un curso rápido de casi cualquier cosa ya se siente con confianza de ponerse de profesor.

En cualquier caso, más allá del entorno laboral, como sus compañeras de subtipo, la pareja siempre será un tema central en su vida y necesitarán a alguien que les dé sus ojos y a ser posible su corazón. 

Con todo ello, el cuatro conservación lo que realmente está conservando es  el propio sufrimiento. Es un sufridor nato. Su ego se siente merecedor de un sufrimiento grande, él puede con esto y con mucho más. Es especial incluso para esto. De hecho, pueden pasarse la vida entera sin un día de sosiego. El sufrimiento y la carencia para ellos es algo adictivo.

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Texto redactado por   Haiki

Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó

Todo sobre El eneatipo cuatro, la envidia.

Virtud: la ecuanimidad (ver aquí).

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