Los SUBTIPOS del eneatipo 3 / La vanidad (Social, sexual, conservación).

Los subtipos de los vanidosos esconden tres formas de ser muy particulares. Las ganas de ser reconocidos son las mismas, pero las formas de conseguirlo difieren mucho.

De hecho, el subtipo 3 conservación tiene una estrategia para conseguir su palmadita en la espalda que le hace no parecer un eneatipo tres. Esta es la razón por la que muchos treses se ubican en el seis o en el nueve.

Sobre todo esto y mucho más va el post de hoy !Vamos al lío!

Todo sobre El eneatipo tres, la vanidad (Ver aquí)

Los tres social disfrutan de estar hacia afuera, de ser el centro de atención y de su vida social. Aunque sea de manera superficial, no les genera demasiado estrés estar en el mundo. De hecho, suelen usar toda su pericia y seducción para conseguir sus logros y poder sacar pecho. Sin embargo, al tres sexual y el conservación todo lo social le cuesta mucho. Lo pasan mal con el hecho de tener que relacionarse con el grupo. Y si tienen que ser el centro de atención les viene aquello de “tierra trágame”. No soportan la exposición aunque sea moderada; lo que para otras personas es algo normal, en ellos genera mucho estrés. Así, mientras el subtipo social cuadra bien con prototipo de persona chulesca, los otros dos subtipos comparten tendencia hacia la vergüenza.

La vanidad, como vamos a ver, se vive de manera distinta en cada subtipo. De hecho, en los conservación veremos la curiosa contra-vanidad que les hace merecedores del título de contra-número del tres. Además de estar en esta vanidad soterrada, piensan de los subtipos sociales que son gente inaguantable y pueden incluso pasar vergüenza ajena de ellos.

Mientras el tres social vende una imagen gloriosa de sí mismo, el tres conservación se muestra servicial ante el mundo. Aunque todos los subtipos pueden ser camaleónicos, es social se lleva la palma. Es decir, la preocupación por su propia imagen o la búsqueda de reconocimiento tiene diferentes formas; unas más explicitas y otras más sutiles.  Con ello, mientras que el tres social busca relaciones que le dejen espacio para fardar de sus logros, el tres conservación busca relaciones en las que estar tranquilo desde su aparente modestia, pudor y timidez.  Mientras tanto, el tres sexual necesita alguien que le necesite y, así, él se pueda entregar en busca de esa ansiada palmadita en la espalda. Los sexuales necesitan sentir que hay un vínculo amoroso (aunque este amor esté lleno de apegos).

También, son muchos los rasgos que comparten el antitres con el tres sexual. Esto es importante pues mucha gente que no se plantea identificarse con el tres, si conociera bien todos los subtipos, se podría llevar más de una sorpresa. El mundo está lleno, por ejemplo, de seises que, podrían ser un tres (no social) o de cuatros tenaces que, en realidad, pueden ser un tres conservación o hacedor. Algunas veces, el tres social se puede confundir con la ambición del dos social, pero, si rascamos un poco más, veremos que el vanidoso no tiene la necesidad de querer y ser querido por todos.

Con todo ello, los tres conservación son muchas veces los que más complicado lo tienen para identificarse y los tres social son los más parcos en palabras sobre su propia verdad (aunque la estén viendo). Además, cuando todos ellos van dando pasitos en esto del “descrecimiento del personaje”, les llega un momento de abismo que es muy complicado de sostener. Sienten que si se reconocieran de verdad ante el mundo, les embargaría un gran vacío y se quedarían totalmente en pelotas. Este es el punto decisivo, en que, quizás de la mano de un buen terapeuta, toca saltar a ese vacío.

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El TRES SOCIAL: Prestigio / Búsqueda del estatus-brillo

Vendría a ser lo que comúnmente se entiende por prototipo del tres. En este caso, están enfocados al éxito. 

Un éxito que muchas veces pasa por viejas ideas de reconocimiento extremo  De hecho, la pasión típica por la vanidad del eneatipo tres, en el subtipo social se cambia por prestigio. La búsqueda del brillo es constante y harán lo que sea para conseguirlo.

Esto viene definido por Oscar Ichazo a finales de los sesenta y a día de hoy continua vigente.

Y ojo que perseguir el éxito no es tenerlo. Algunos treses se miran en otros eneatipos al no verse reflejados en este éxito social. Pero, cuando se miran con más “cariño” y tiempo, se dan cuenta que hay algo que les mueve en este sentido, más allá de lo que hayan conseguido realmente.

Si para conseguir este éxito han de ser unos “trepas” u oportunistas, ahí estarán ellos. El tema ético, muchas veces, deja mucho que desear. Pueden engañar o plagiar para conseguir lo que se proponen sin demasiados miramientos. Al igual que algunos sietes, este subtipo (no los otros dos) cuenta con un nivel de autoindulgencia bastante elevado.

Evidentemente, este rasgo y, todos en general, los estamos llevando al extremo. En realidad no es necesario que para que alguien sea tres social tenga unos valores morales tan bajos.

Es una especie de “triunfador”, pero que, en el fondo, se siente completamente vacío. Por desgracia para ellos, muchos de lo que hacen comúnmente desde su parte neurótica, es lo que se entiende en muchos sectores de la población como una persona de éxito. Alguien que sabe lo que quiere y va a por ello. Todo esto tiene mucho que ver con la cultura patriarcal que nos toca vivir.

Pueden tener una adición explicita o velada al trabajo. 

Mario Conde sería un buen prototipo de tres social. Persona enfocada al éxito con dudosa ética y para la que lo importante es el estatus. Eso sí, a veces, el tiro sale por la culata.

Cuando este subtipo se topa con la realidad, su realidad, la caída suele ser  espectacular. Necesitan que se les acompañe en este contacto con el vacío. Es importante que sientan que también hay gente a su lado, sin que tengan necesidad de hacer nada. 

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Canción perfecta para ejemplificar la energía del tres social. Por cierto Freddie Mercury podría encajar bien este este subtipo (quizás también en el siete sexual).

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El TRES SEXUAL: Imagen de sí mismo / La atractividad complaciente

Son personas que NO están tan hacia fuera como el tres social y su vanidad tiene más que ver con la mirada del otro (en singular). Desde ahí, se muestras como buenos y confiables. Contrariamente al tres social,  suelen ser gente muy tímida y que le cuesta mucho mostrar su parte más agresiva.

También, pueden sentir que no son lo suficientemente inteligentes o divertidos y esto les crea mucha inseguridad a la hora de relacionarse. Es como si al exponerse el otro fuera a descubrir que no es oro todo lo que reluce y ese miedo les paraliza.

Muchas veces, no fueron atendidos de pequeños y ahora proyectan en su pareja a papá o a mamá. Es decir, siguen queriendo conquistar el amor, cariño y atención que tuvieron en la infancia. En su infancia se especializaron en no hacer ruido, por ello, cuando ya de mayores su pareja les cuestiona, lo recibirán como un puñal -pero no les será fácil mostrar lo que realmente están sintiendo-.

Normalmente se centran en el amor en pareja y todas las posibles formas de relación con el otro. Ellos y ellas tienen que sentir que son valoradas y, para ello, usarán una seducción sutil hasta límites insospechados. En este sentido, se les podría comparar con el eneatipo 2 pero hay recordar que nuestros protagonistas treses se esfuerzan mucho en esta seducción y al eneatipo dos le sale más natural. 

Además, los doses están conectados con el instinto y el tres sexual está bastante en la cabeza. No son rebeldes, sino que son chicos buenos (o se hacen pasar por ellos). 

Eso sí, las infidelidades tanto de hombres como de mujeres están a la orden del día; también los acercamientos relacionales con gran carga sexual, aunque muchas veces quede la cosa ahí. 

El tres en general, y el  tres sexual en particular,  muchas veces es víctima de lo que llamamos “amor romántico” y tiende a buscar al más guap@ y más exitos@. Valora su físico y/o su estatus por encima de lo que, realmente, es la otra persona.

El tres sexual tiene una flecha muy directa al nueve sexual. Es decir, el tres sexual está muy pendiente del reconocimiento de su pareja y para eso dice a todo. Le cuesta poner límites y, así, poco a poco, en su estado más neurótico se va anestesiando. Mientras la opinión del otro sea importante estaremos hablando de complacencia; una complacencia que le lleva a estar excesivamente pendiente de su pareja  e intentar hacerla feliz. Cuando ya pasa cierta línea roja, esta complacencia se convierte en confluencia (muy propia del nueve sexual) olvidándose de sí y de sus propias necesidades. Es importante ser consciente de todo esto para poder tocar fondo. Hay un momento triste y doloroso que han de sostener para luego poder renacer, cual ave Fénix, desde un nivel de conciencia mucho más alto. 

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El TRES CONSERVACIÓN: Seguridad / Hacedor

Es lo que se entiende en el eneagrama como un contra-número. No todos los eneatipos lo tienen tan claro como este. El tres “conserva” en un principio no se parece demasiado a los treses habituales. Por ello, muchas veces primero se ubican en otros eneatipos como, por ejemplo, el seis. 

En este caso transmuta su pasión por la vanidad por la pasión de la seguridad, con lo cual ya desde aquí se termina pareciendo al eneatipo seis.

Al igual que el dos conservación no parece muy orgulloso, el tres conservación no aparenta ser vanidoso. Por lo menos, no como se entienden comúnmente la vanidad. Por lo tanto, como bien decía Claudio Naranjo, estamos ante una personalidad contra-vanidosa. De hecho, muchas personas que terminan siendo este subtipo, de partida, ni se plantean ser treses pues las personas vanidosas le repatean especialmente.

Su tendencia natural, a diferencia del tres social, es a ser buenos.

Pero no buenos en lo que hacen, que también, sino a parecer gente buena. Aquí nos recuerdan un poco a los bonachones nueves, pero sin la carga masoquista implícita en el carácter nueve.

El amor admirativo, en cambio, no llega nunca a abarcarlo todo en el sentido existencial, es decir, no toma tanto espacio en el seno del individuo. Así, un E3 conservación siente amor admirativo solo con respecto a ciertas personas; la admiración se entrega solo a personas muy evidentes. Es el caso de algunos maestros espirituales, científicos o personas relevantes en algún ámbito que resulta de importancia para el individuo.

El amor erótico suele ser el más subdesarrollado o dormido a nivel consciente. De alguna forma, diríase que la compulsión a hacer, el estar siempre en el hacer, dificulta la apertura al placer. Así, no resulta extraño que este tipo, en el caso de sentir amor admirativo hacia alguna de las figuras mencionadas antes, se vuelque en el trabajo en pro del mundo que el admirado representa, descuidando la esfera del placer y la vida cotidiana»

Como bien dice Mateu esta pasión por el hacer del subtipo conservación, hace que también se le llame  el Tres hacedor y se puede confundir con el cuatro conservación o cuatro tenaz (sobre todo en las chicas). 

Son personas hiperresponsables y que no paran de hacer cosas. Este estar en el hacer les desconecta de sus emociones y aunque no son tan fríos como el tres social, no pueden entrar en la relación con el otro desde la autenticidad. 

No se muestran para no pasar el mal rato de ser el centro de atención; pero, desde su escondite, siguen ansiando la mirada del otro, el reconocimiento y, sobre todo, la aceptación.  Se empañan mucho en conseguir resultados y siempre tienen un plan para conseguirlos. Parece que su valía depende de lo conseguido y no de cómo ellos son realmente.

Este instinto conservación, como también los seises, evita las situaciones de riesgo e inseguridady aunque no es de tener dinero para aparentar (todo lo contrario), lo necesitan para sentirse fuera de peligro. 

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