TESTIMONIOS de los ENEATIPOS

Compartimos con vosotros esta recopilación de vivencias en primera persona en relación con la identificación con el eneatipo.

Veremos patrones habituales, enamoramientos del personaje y también, la evolución hacía una menor neurosis.

La mayoría de los testimonios aparecen con tan solo las iniciales de la persona que comparte el testimonio. Aun así, mil gracias por la generosidad por todo lo compartido.

TESTIMONIOS de los ENEATIPOS

TRIADA EMOCIONAL

Testimonio ENEATIPO 2

Extracto testimonio 1 del eneatipo 2:

«Recuerdo mi infancia como una de las etapas más felices de mi vida. Nací cuando mi hermana tenía 2 años y, según cuentan, ella tenía unos celos tremendos de mí. Yo era una princesita que siempre tenía algo gracioso que decir. Era muy mona y siempre me salía con la mía. Daba igual lo que de dijeran porque, desde que tengo uso de razón, en mi cabeza siempre se conseguían las cosas. Las imaginaba e iba a por ellas. No tenía miedo y esta decisión hacía que todo girase en torno a mi persona. Eso sí, lidiar con mi hermana no era fácil. Cuando papá y mamá se despistaban me trataba fatal. Era una tirana conmigo; pero, yo siempre encontraba el abrazo de papá. Con mi madre todo fue bien; pero, mi sensación era que se ausentaba demasiado. Desde ahí, yo ocupaba un roll que no era el mío: el de confidente de papá.«

Extracto testimonio 2 del eneatipo 2:

«(…)

También, he somatizado muchas enfermedades en mi vida. Eso sí, ni estando muy enferma pedía ayuda; para mí, era importante que mis amigos adivinaran lo que me pasaba y estuviera ahí. !Un lio!! Mi montaña rusa emocional me ha jugado malas pasadas y he tenido largas temporadas de baja por ansiedad. Durante años dormí fatal, levantándome a media noches con ataques de hambre. Ahora estoy poniendo orden en todo este caos y he conocido un chico con el que me entrego y creo que podemos crecer mucho juntos. Me sigo viendo en el privilegio y en la niña caprichosa pero con menos intensidad. Aun así, mis ganas de seducir me siguen pasando malas jugadas.»

Acceder a los Testimonios COMPLETOs de los ENEATIPO 2

Testimonio ENEATIPO 2. La seducción de la falsa generosidad.

FORMACIÓN DE ENEAGRAMA

FORMACIÓN online de ENEAGRAMA

Testimonio ENEATIPO 3

Extracto testimonio 1 del eneatipo 3:

«No tengo demasiados recuerdos de mi infancia. Fui un niño con entorno familiar estable y que cualquiera diría que tuve una infancia feliz. La realidad dista mucho pues la apariencia marcó en gran parte mi niñez. Mis padres trabajaban sin parar y no tenían mucho tiempo para nosotros. Mi hermano y yo competíamos por sacar las  mejores notas. Yo era el mayor y el más responsable de los dos. La frase que más repetía mi padre era «la única nota buena es un diez» y me acostumbré a ello.  Eso sí, si no ganaba o sacaba ese diez, lo pasaba fatal y, así, fui creciendo. Me hice el mejor del equipo de fútbol, y todos los profesores estaban encantados conmigo.(…)»

Extracto testimonio 2 del eneatipo 3:

«(…) Hace 5 años, conocí a Alma, una mujer maravillosa que me ayudó a encontrar un equilibrio en mi vida. Juntos construimos un hogar cálido y amoroso, y ahora estamos esperando un hijo. Me siento agradecido por tener una pareja que me apoya y por haber encontrado la tranquilidad que tanto necesitaba. No sé como se llamará, pero NO como yo.

A mis 40 años, miro hacia atrás y veo lo mucho que he crecido como persona. Ya no me importa tanto ser el mejor en todo, sino más bien disfrutar de cada momento. Aunque por momentos siento la auto-exigencia, me siento feliz y agradecido por mi vida y todo lo que he logrado hasta ahora.»

Acceder a los Testimonios COMPLETOs de los ENEATIPO 3

TESTIMONIO eneatipo 3. La búsqueda del reconocimiento de la eficiencia.

TALLER DE ESCUCHA ACTIVA

Taller online de ESCUCHA ACTIVA

 

Testimonio ENEATIPO 4

Extracto de Testimonio 1 del eneatipo 4:

«Desde muy pequeña, mis padres me enviaron a internados, donde no recibí mucha atención. Mi madre fue especialmente estricta y la forma en que me trataba a menudo me hacía sentir insegura y poco valorada. Recuerdo que en uno de los internados, una monja me trató mal, lo que me hizo sentir aún más sola y abandonada. Me pegaron en más de una ocasión.  Me comparaban con mis hermanos y decían que era una mocosa insolente. Mis tías me trataban fatal y no me dejaban jugar con mis primos. (…)»

Extracto de Testimonio 2 del eneatipo 4.

«(…)Ahora entiendo que me puedo enamorar y no tiene por qué ser para siempre. Me quiero un poco más y sé que quiero ser madre. Es un tema que me, por un lado, me ilusiona mucho y, por otro, me aterra. Tengo ganas de devolver a la vida lo que la vida me dio a pesar de que yo no durante mucho tiempo no supe valorar. 

Ya no demando tanto y, sobre todo, valoro lo que recibo. Me gano la vida con dignidad, pero sé que el arte tiene que tener un espacio más claro en mi día a día. No tengo prisa, pero me imagino con un futuro más lindo. Y sólo eso, ser capaz de desarme lo mejor, también, es un cambio. Después de tratarme como una mierda siempre, ahora quiero algo bueno para mí. Puede parecer poco, pero para mí es mucho. También, sé que nunca más volveré a estar con nadie que me traté mal y esto también es el regalo que me llevo de estos años de aprendizaje. En fin, que estoy abierta a la vida y, aunque sé de mis limitaciones, también sé que tengo mis dones.  Seguiré buscando el amor sano y verdadero. En ello estamos.»

Acceder a los Testimonios COMPLETOs de los ENEATIPO 4

TESTIMONIO eneatipo 4. La comparación sufridora.

SESIONES de ACOMPAÑAMIENTO INDIVIDUAL

TRIADA MENTAL

Testimonio ENEATIPO 5

Extracto  testimonio 1 del eneatipo 5:

«Siempre pensé que mi infancia había sido correcta. No eché nada en falta. Me parecía que había tenido lo que habían necesitado: principalmente acceso a mucha cultura. Desde niño me apasionó tocar el violín. Fui una especie de niño prodigio de este instrumento.  Antes de comenzar el conservatorio tenía un gran dominio del instrumento.  Pasaba horas y horas tocando mientras mis hermanos jugaban al fútbol.

Posteriormente, me pudo al presión y no duré mucho en el conservatorio. Lo que comenzó como un placer se volvió una obligación y terminé por dejarlo.  Mi otro gran refugio fueron los libros. Yo era el típico niño introvertido que le costaba socializar. (…)»
 
Extracto  testimonio 2 del eneatipo 5:

«(…) Comencé a ver toda mi vida y las fichas de domino cayeron una a una, siendo cada ficha un acontecimiento en diferentes etapas de mi vida: no pedir de comer cuando tenía hambre (claro que no siempre), no expresar mi ultraje e indignación cuando me sacaron de la escolta de la escuela, no expresar descontento a la maestra porque realmente no me gustaba el nuevo lugar que me asignó, nunca levantar la mano para nada pues prefería luchar desde el llano, en invisible, solo ser notado por las buenas calificaciones, no hacer nada por expresar cuando una niña me gustaba. Es como si, sistemáticamente, mis deseos y mis necesidades eran algo que no importara, no pensaba en “no lo merezco” ni nada de esas cosas que tanto dicen por ahí y cuando hoy me lo dicen, no me ayuda en nada saberlo. Anestesiándome en cada paso, en un largo entrenamiento me hice experto en desaparecer y en refugiarme en la cabeza, en ser independiente y satisfacer mis propias necesidades, en ser observador, siendo el mundo un lugar de observación que puede ser fascinante siempre y cuando las cosas puedan ser explicadas. Al no ver mis necesidades y mis propios deseos, desaparezco incluso para mí mismo. (…)»

Extracto  testimonio 3 del eneatipo 5:

«(…) He tenido varias parejas, pero con todas repito el mismo patrón. Al principio va muy bien, hay mucha complicidad, pero con el tiempo el fuego se apaga y la relación se transforma en una especie de hermanos o grandes amigos. Si paso mucho tiempo con la misma persona, me agobio mucho. Necesito contactar y también retirarme. En cualquier caso,  la pasión se evapora rápido. No consigo comprometerme de verdad, entregarme en el amor y tengo muchos miedos. También me acompaña la sensación de que no estoy a la altura en la parte más sexual. Hay un freno interno que no me deja conectar con una parte más instintiva. Hace unos meses hice un taller de Tantra y parece que algo se ha movido en este terreno. No sé. Siento que hay mucho que descubrir. En el fondo,  hay un miedo a que me descubran, a que me conozcan en mi fragilidad. Es un miedo y un deseo que van de la mano. No sé cómo acabará todo, pero, ahora, tengo fe en un buen futuro.»

Acceder al post completo: 

TESTIMONIO eneatipo 5. La necesidad de aislarse.

TESTIMONIO eneatipo 5. La necesidad de aislarse.

FORMACIÓN DE ENEAGRAMA

FORMACIÓN online de ENEAGRAMA

Testimonio ENEATIPO 6

Extracto  testimonio 1 del eneatipo 6:

«Durante toda mi infancia mies esfuerzos se centraron en ser un niño bueno. Mis notas siempre fueron buenas, nunca me metía en grandes líos y me gustaba mucho hacer deporte.

Mis padres eran ambos bastante escrictos y controladores. 

No tenía mucha libertad y a la que me salía del guión, me llegaba de inmediato el castigo. No eran castigos muy extremos pero sí muy continuos.

Recuerdo que siempre estaba pensando en jugar a fútbol. Me gustaban todos los deportes de equipo y aunque era de los buenos del equipo, nunca terminaba de destacar demasiado.  (…)»

Extracto  testimonio 2 del eneatipo 6:

«(…) Durante este tiempo, pedí excedencia en el banco y me entregué en cuerpo y alma a la familia. La vida me dio este regalo envenenado. Gracias a ello, pude aprender a valorar lo importante y decidí no volver al banco.  Ahora vivimos más humildemente, pero tengo todo el tiempo para mí y para mi familia. Además, he hecho muchas formaciones del mundo de crecimiento personal y ya estoy comenzando a trazar mi futuro profesional por estos nuevos mundos. Es toda una aventura, pero no me faltan ganas e ilusión. También, es cierto que ,echo de menos la seguridad del banco, pero, la incertidumbre no me para. Sé que no será fácil y no descarto tener que volver a un trabajo fijo, pero ahora tengo la energía puesta en intentarlo.  Mi mujer me apoya y tengo fe en que puedo ayudar a otras personas a aprender a vivir mejor. Quizás no tengan que sufrir tanto como he sufrido yo para llegar a conocerme un poco.»

Acceder a los Testimonios COMPLETOs de los ENEATIPO 6

TESTIMONIO eneatipo 6. La angustia vital

Taller online de ESCUCHA ACTIVA

Testimonio ENEATIPO 7

Extracto  testimonio 1 del eneatipo 7:

«Desde pequeña era bastante trasto. Muy inquieta y siempre en las nubes. El cole no me interesaba nada y tenía una salvaje dentro que solo quería subirse por los árboles.  Siempre había una sonrisa en boca y, aunque tenía bastantes pataletas, se me vía una niña muy risueña.

Era espontánea y creativa. Desde que tengo uso de razón me recuerdo cantando y, más adelante, tocando cualquier instrumento. Nunca me interesaba hacerlo muy bien. Lo que quería era tocar rápido lo que fuera: pasaba de la guitarra al piano y del piano a la batería. !Todos me encantaban!! (…)»

Extracto  testimonio 2 del eneatipo 7:

«(…) Volví a hacer deporte y retomé el Judo que hice durante varios años en la adolescencia. Me puse fuerte, tanto físicamente como mentalmente, y, sobre todo, entré en un proceso terapéutico que me permitió entenderme mejor. A día de hoy, se puede decir que he cambiado mucho. Me cuido más, me quiero más y me puedo relacionar con el mundo desde otro sitio. Siempre tengo tendencia a seducir y brillar, pero soy capaz de poner un límite. En las relaciones me implico más y no descarto formar familia con la chica que estoy saliendo ahora. Llevamos un año y ella quiere que nos comprometamos a más. Yo no sé si salir corriendo o ir a por todas. Me da miedo y, a la vez, sé que me pongo en una posición muy infantil. No lo veo claro, pero, por lo menos, me planteo cosas que antes eran impensables. Para empezar he sido fiel durante toda la relación, lo cual ya es un logro importante. Aun con todo, no sé lo que la vida me deparará.»

Acceder a los Testimonios COMPLETOs de los ENEATIPO 7

TESTIMONIO eneatipo 7. La evitación del dolor.

TALLER DE ESCUCHA ACTIVA

TRIADA VISCERAL

Testimonio ENEATIPO 8

Extracto de testimonio 2 del eneatipo 8:

«Mi infancia no fue fácil. Vengo de una familia muy humilde, y crecí en un barrio peligroso en el que las oportunidades eran escasas y las tentaciones eran muchas. Mis padres eran andaluces pero emigraron al País Vasco justo antes de nacer yo. Vivíamos de malas maneras y mi padre era un tiro al aire. Siempre estaba en el bar y el poco dinero que tenía se lo gastaba en apuestas. Mi madre era una santa, pero no tenía tiempo de nada.  Éramos 5 hermanos y aquella casa era sálvese quien pueda. (…)»

Extracto de testimonio 2 del eneatipo 8:

«(…) Aun así ya han pasado más de 10 años y mi vida tiene otro color. Tengo gente trabajando para mí y los quesos van viento en popa. Intento no ser un mal jefe, aunque muchas veces me veo como un auténtico tirano. Lo bueno es que me rodea gente que me ya me va conociendo y me ponen límites muy claros. Los veo y los respeto. Me gustaría retomar la relación con mis hijos, pero siento que ya llego tarde y que puede ser peor aparecer ahora en sus vidas que seguir al margen. No sé, es algo que me quita mucha energía y cada día lo veo de una forma. Y estos son algunos capítulos de mi vida. Una vida intensa, sin límites y totalmente descontrolada. También, podría parecer una vida muy vivida; pero, yo no la veo así. Creo que, ahora, es cuando de verdad comienzo a vivir. Siento el miedo por primera vez y desde ahí, tengo algo de prudencia. Siento mis emociones y puedo expresarme desde esta vulnerabilidad. Ya no veo a la mujer como un objeto. Se puede decir que sí he dado pasos. Ahora viene lo mejor o !eso espero!!» 

Acceder a TESTIMONIO eneatipo 8. Escondiendo su vulnerabilidad

TESTIMONIO eneatipo 8. Escondiendo su vulnerabilidad

FORMACIÓN DE ENEAGRAMA

FORMACIÓN online de ENEAGRAMA

Testimonio ENEATIPO 9

Extracto testimonio 1 del eneatipo 9:

«Hasta hace no mucho siempre decía que había tenido una infancia feliz y que había sido un chica con suerte.

Ahora, después de años de trabajo personal, entiendo que no es así. No ocurrió nada muy tremendo en mi niñez, pero si que puedo afirmar que fui bastante ignorada.

Era la segunda de seis hermanos. El mayor nos mandaba a todos y el pequeño se llevaba toda la atención.

Ahora he podido rescatar escenas de mucha indiferencia. Yo llegaba con buenas notas y nadie lo celebraba. Se daba por hecho que tenía que ser así. (…)

Extracto testimonio 1 del eneatipo 9:

«(…) Hace un año fui mamá y esto lo cambió todo. Tengo que tener cuidado pues veo que me entrego sin límites en la maternidad. Mi pareja tiene tendencia a esconderse en su cueva y, si no le digo nada, no ayuda mucho en el cuidado de la niña. Aun así, lo vamos hablando y veo que se esfuerza. Como mamá me veo muy alegre y aunque los primeros meses fueron muy duros, ahora voy sacando la cabeza.  Veo un futuro limpio, sin humo, donde brilla el sol. Han sido años de terapia muy duros. De no querer ver el cariño que no recibí en la infancia, de seguir olvidándome de mi; pero, a la vez, de tomar conciencia de ello. Me siento agradecida a la vida y tengo ganas de ir a por otro niño o niña. Veremos.»

Acceder a TESTIMONIO eneatipo 9. El que se olvida de sí mismo.

TESTIMONIO eneatipo 9. El que se olvida de sí mismo.

FORMACIÓN DE ENEAGRAMA

FORMACIÓN online de ENEAGRAMA

Testimonio ENEATIPO 1

Extracto testimonio 1 del eneatipo 1:

«Mis primeros recuerdos son de un niño juguetón que vivía con mucha alegría. Después, fueron naciendo mis hermanos y esta alegría parece que se fue evaporando. El foco de atención de mis padres fue pasando hacía ellos y yo iba en piloto automático.  Uno de ellos tenía un problema grave genético y necesitaba muchos cuidados extra. No es que me recuerde como un niño triste, pero sí más serio de normal. Creo que, en mis genes !!el cromosoma de las responsabilidad vino duplicado!!

En el cole era muy correcto y siempre sacaba buenas notas. Era bastante empollón y me esforzaba para dar lo máximo de mí. Se me daban bien los estudios, pero el esfuerzo nunca faltaba.  No hacía falta que nadie me recordara de hacer lo que tenía que hacer. Tenía claro que no podía dar ningún problema en casa; bastantes había ya como para ser yo una carga. No sólo podía cuidar de mí mismo, sino que podía cuidar también de mis hermanos. Mis padres trabajaban mucho y parte de la responsabilidad de la familia fue recayendo en mí. (…)»

Extracto testimonio 2 del eneatipo 1:

«(…) Me sentía como un bloque de hormigón. Aun así, a insistencia de mi terapeuta, permanecí allá. En el segundo año me fui soltando mucho más y contacté con una fiera interna que rugía por salir. Le fui dando su espacio y también, por fin, me atreví a mostrarme, desde mi instinto, con las chicas. Fue un antes y un después. Creo que es un camino que tengo que recorrer sin prisa, pero con paso firme. Aun hoy, hacer lo correcto tiene un peso excesivo en mi vida, pero voy permitiendo alguna travesura. También soy capaz de mostrarme, en un entorno de seguridad, desde mi parte más tierna. Y todavía hoy tengo delirios de salvar al mundo, pero tengo claro que !tengo que comenzar por mí mismo!! Luego ya iremos a por metas más ambiciosas».

Acceder TESTIMONIO eneatipo 1. El rígido crítico.

También te gustará:

Eneagrama desde cero.

Todos los post de eneagrama en haiki.

Las pasiones de los eneatipos

 

Deja un comentario

Scroll al inicio