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¿Qué es el ego según el eneagrama?

¿De qué hablamos cuando hablamos del ego? ¿Es lo mismo el personaje que el ego?

Según la teoría del Eneagrama de la personalidad podemos identificarnos con 9 eneatipos y cada uno de ellos tiene una pasión concreta. Desde ahí, podemos pensar que «somos» un eneatipo.

La realidad es que seguramente eso que, en un primer momento, creemos que somos o hemos sido, es justo lo que no somos. Sobre todo esto va el post de hoy ¿nos acompañas?

1 Personalidad – Ego.

Ego = Personaje 
Personaje = Eneatipo = Personalidad 
Personalidad= Temperamento + Carácter 

YO= Esencia (YO real) + personalidad (YO falso)

 

FORMACIÓN online de ENEAGRAMA

«Una tiene que romperse en pedazos…para encontrarse, por fin, con ese SER, sensible y resonante que habita en su interior» Gabrielle Roth

«Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.» Jorge Luis Borges

1.1 El yo pequeño y el yo grande

A lo largo de la historia hay muchos autores que han hablado sobre el tema. En cualquier caso, cuando hablamos de ego en el eneagrama básicamente viene a ser el propio personaje. Es decir, por un lado tenemos nuestro ser real o esencia y, por otro, una máscara o personaje que se identifica con cada eneatipo.

Podríamos decir que, de alguna forma, preferimos vivir atados al ego que buscar la verdad y la libertad. De partida, más allá de nuestro eneatipo, hay mucho miedo en ser auténticos. El personaje pesa mucho y liberarnos de él, nos da temor. Preferimos estar al abrigo del carácter, bajo techo seguro y no arriesgarnos a salir a la intemperie. Pero es ahí, un paso fuera de la zona de confort, donde se encuentra nuestra parte más esencial. Si seguimos eligiendo ir por la carretera de siempre, la aparentemente tranquila, no podremos construir un nuevo sendero desde nuestra parte más virtuosa. Necesitamos amar lo que hay (también nuestra parte egoica) y, a la vez, soñar con dar más espacio a nuestro YO más real.

En algunos trabajos de crecimiento personal se habla del yo grande y el yo pequeño. El primero tendría que ver con la parte MENOS egoica (esencia) que tod@s tenemos, el segundo con lo que sería nuestra personalidad (parte más egocia). A más volumen del personaje (yo pequeño), menos esencia y transparencia en nuestras vidas. A mayor presencia de la esencia (yo grande), MENOS identificación con el personaje. De hecho, uno de los problemas es cuando la persona está tan enamorada de la parte egoica que no puede ver la diferencia entre este yo más falsificado y el yo más real. Es más, cuando alguien comienza a ver que gran parte de su vida a sido comandada por el piloto automático, ha dado un paso de gigante.

En palabras del que fuera estrecho colaborador de Claudio Naranjo, el terapeuta Antonio Pacheco: «El ego, como espejo de nuestra esencia, es una creación del alma infantil. Progresivamente, nos identificamos con nuestra propia creación y nos separamos de nuestra esencia, que se oculta , niega o reprime para protegernos del exterior y asegurar nuestra supervivencia. Así, adoptamos un falso yo y nuestro verdadero ser queda en el desván, con lo que buscamos impulsos esenciales y perdemos, al menos en parte, nuestra libertad y voluntad».

Sobre el proceso de conformación del ego hablamos detenidamente en este post.

«Sé humilde, sé simple.Inclínate ante la grandeza de una flor, de una nube, de un insecto.No seas nada. No seas nadie. Sé literalmente una nada.Y cuando estés completamente vacío, el recipiente se puede llenar de todo lo que realmente eres.¿Quién puede herir a un ego que ya está vacío?»Nikos Kazantzakis

“Huelga decir cuánta alegría o satisfacción interior he experimentado durante estos 86 años de vida en el planeta Tierra. Mi realización espiritual va más allá de las palabras: no hay una frase adecuada para describir lo que siento. Ciertamente, el propósito de nacer en la vida humana es el de poner fin al sufrimiento, lo que representa la tarea última que todos los seres humanos tenemos que emprender. Donde no hay sufrimiento prevalece la libertad, la liberación total e inconmensurable.”

Dhiravamsa, antiguo monje budista.

No se oye muy bien, pero vale la pena escuchar las sabías palabras de Gerardo Ortiz.

 

1.2 Temperamento y caracter

Ver aquí

 

«Si lo intentas, a menudo estarás sólo y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto, por el privilegio de ser uno mismo». Friedrich Nietzsche.

1.3 El triángulo central del eneagrama como base de nuestro ego

Con todo ello, radiografiar nuestra personalidad – ego, desde la óptica del eneagrama es un primer gran paso. Si luego somos capaces de compartir con los otros nuestros avances, ya será un papo de gigante. No es lo mismo sabernos, por ejemplo, envidiosos que verbalizarlo -en un entorno de seguridad- y explicar las razones que nos llevan a esta toma de consciencia.

El triángulo central del eneagrama nos explica a la perfección cómo funciona este personaje. Por un lado, más allá del eneatipo que seamos, tod@s tuvimos miedo, miedo a mostrarnos tal como éramos. De hecho, el miedo es el mejor catalizador que hay para mostrarnos desde la falsedad. Los seises son los más miedosos, pero del miedo no se libra nadie. A partir de ahí, nos enfrentamos a la ausencia de reconocimiento por lo que, realmente, éramos; así que, no tuvimos otra que montar una coraza con la que enfrentarnos al mundo. Con ello fuimos creciendo y, con el paso de los años, se fue poniendo en evidencia nuestra pereza vital. Resistencia al cambio. Hasta que no somos consientes de que podemos evolucionar hay una tendencia innata una hacer narcotizado que, ciertamente, el eneatipo nueve lleva al extremo. Pero tod@s tenemos en nuestra base caracterial, miedo, vanidad y pereza.

Así, vemos que para bajar el volumen del ego debemos estar en el aquí y ahora. Necesitamos presencia para contactar con nuestra esencia. La ausencia de miedo nos llevará a la verdad de lo que somos.

Para ello, es preciso poner más conciencia en nuestras vidas y sobre todo dejarnos guiar por nuestra parte más amorosa. Aquí, siempre apelamos a los tres amores de Claudio Naranjo para tener una visión poliédrica del amor (Amor Dionisiaco, Amor Compasivo y Amor admirativo). Desde esta conciencia amorosa podemos acercarnos a la conSciencia que todos tenemos y que va más allá de nuestro mundo material. Estos mimbres nos ayudarán a poner en juego nuestro niño interior que, más allá de cualquier otro tipo de enseñanza será nuestro maestro interior.

Muy buena reflexión de Emma Sánchez:

Se podría hacer una metáfora con lo que sería una obra de teatro. Nuestra gran actuación comienza cuando se consolida la personalidad. Es decir, en la infancia, donde suele reinar mucha verdad, se va preparando el guión de la actuación. Durante la adolescencia se hacen los primeros ensayos y se prepara la puesta en escena. Cuando nos hacemos adultos comienza la representación. El problema es que nosotros no solemos saber que es tan sólo una actuación y confundimos nuestro personaje egoico con nuestra esencia inocente. Así transcurre la obra de nuestra vida. En muchos casos, la mayoría, la misma llega a su fin con el momento de la muerte. En otros casos, la obra queda patas arriba con la conciencia de que es el ego es quien está actuando. Desenmascarar el personaje es el comienzo del fin de la actuación. Aun así, siempre habrá momentos para levantar el telón y que nuestro personaje haga de las suyas -pero cada vez lo hará con menor intensidad-. El ego necesita del aplauso de su púbico y nosotros necesitamos atarlo en corto para tener una vida más consciente y verdadera.

Con todo ello, la personalidad sería el conjunto de acciones, pensamientos y sentimientos que son persistentes en el tiempo, aun en diferentes situaciones y contextos.

Por un lado, cada persona tiene una serie de características que la hacen única. Ciertamente, somos irrepetibles.

Por otro lado, esta coraza tiene unos patrones comunes que hacen que se pueda asemejar a otros tipos de personalidad. Concretamente, según el eneagrama de la personalidad, cada uno de nosotros tiene una personalidad que, en lo básico, corresponde con uno de los nueve eneatipos.

Recordamos que, estamos hablando de un disfraz y éste es diferente del yo real. Ambos conviven dentro de nosotros y el principal problema suele ser la identificación de ese personaje con nuestro verdadero yo real. El yo del el ego es una FORMA de ser y nuestro yo real es el FONDO del ser.

A este yo pequeño del ego conviene verlo y entenderlo cuanto antes y, en la medida de lo posible, bajarle el volumen.

Sin embargo, y este es uno de los principales problemas de ciertas visiones del eneagrama, mucha gente no lo entiende así. Tan solo ve cualidades en su personaje y olvida las debilidades a mejorar. Desde ahí, no hay posible trabajo de crecimiento y el eneagrama en sí mismo no vale para nada. Bueno… sí, para arraigar más la neurosis. Con ello, mucha gente queda enamorada de su eneatipo.

SESIONES de ACOMPAÑAMIENTO INDIVIDUAL

Pantallazo de uno de los muchos comentarios que vemos continuamente de gente piensa que ser un dos o un ocho es algo maravilloso.

«No reaccionar al ego de los otros es una de las formas más eficaces de disolver el propio ego y también de disolver el ego colectivo humano»

Eckhart Tolle

Así, cuando dejamos de sentirnos tan enamorados de nuestro personaje y comenzamos a aburrirnos de nosotros mismos, el ego comienza a ponerse nervioso. Este es un momento clave. Podemos decidir emprender trayecto de la búsqueda de nuestro YO real o seguir en lo de siempre. Más de lo mismo nos dará una vida sin conciencia. Una vida que quizás pueda ser incluso cómoda, pero la autenticidad brillará por su ausencia.

Si nos lanzamos al camino del auto-conocimiento, tenemos que ser muy conscientes de que vienen curvas. Todo será más real, pero también mucho más complejo y, por momentos, puede resultar muy doloroso. Si ya has dado el primer paso, sabrás que no hay vuelta atrás.

Todo depende de nosotros. Podemos pasearnos por la vida o pisar fuerte y ver quienes somos de una vez.

Desde ahí, sí que podremos también saber qué es lo que realmente tenemos para ofrecer al mundo. Y ojo que esta misión puede no ser tan obvia como se piensa; incluso puede ser, realmente, contraintuitiva. Todo un viaje con destino a nosotros mismos nos espera a todos. !Ahh! y no olvidar que, seguramente, el trayecto no tiene fin.

Con todo ello !!El baile entre nuestro ego y nuestra esencia está servido!!

Y este ego y su opuesto, la esencia, tiene mucho que ver con lo que Gurdjieff hablaba sobre la conciencia:

«El Recuerdo de Sí o Conciencia de Si es el derecho natural del Hombre tal como es, y si la persona no lo posee, se debe a las condiciones equivocadas de su vida. Hoy ese estado de conciencia solo se presenta en la forma de raros destellos. Unicamente una larga práctica, puede restablecer ese estado que le pertenece.»

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2 QUERERNOS TAL CUAL SOMOS

Uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos cuando desemascaramos al ego es amarnos tal cual somos.

«La vida repite el mismo mensaje, si es necesario con gritos y bofetadas, hasta que finalmente escuche.
La vida envía relámpagos y tormentas para despertarte.
La vida te humilla y, a veces, te derrota una y otra vez hasta que decides dejar morir tu ego.
La vida te niega bienes y grandeza hasta que dejas de querer bienes y grandeza y comienzas a servir
Bert Hellinger.

 

2.1 Autocuidado

Recordamos las palabras del periodista experto en en eneagrama Borja Vilaseca: «El ego no es bueno ni malo. No hay que demonizarlo. Vivir identificados con esta máscara tiene ventajas e inconvenientes. Más allá de protegernos, cabe insistir en que el ego es la causa subyacente de todas las causas que nos hacen sufrir. Por eso, al estar identificados con nuestra personalidad o falso yo, es cuestión de tiempo que, hagamos lo que hagamos, terminemos fracasando. Porque, tan pronto como alcanzamos una meta, nos provoca una profunda sensación de vacío en nuestro interior, la cual nos obliga a fijar inmediatamente otro objetivo. Nuestro ego nunca tiene suficiente con lo que conseguimos; siempre quiere más. La insatisfacción crónica es la principal consecuencia de vivir identificados con este «yo» ilusorio.»

Por un lado, es cierto que este personaje está lleno de cosas que a nuestro yo más real no le gustan un pelo. De hecho, en el proceso de auto-descubrimiento, nos encontramos con verdaderas sorpresas no deseadas. Pero, por otro lado, toca pasar de ese primer momento de rabia o vergüenza a otro más amoroso. Otro que nos siga validando como personas amorosas y queribles. Si queremos estar en esta vida desde el cariño y la empatía, lo mejor es comenzar por nuestra propia casa interna. También, vemos que muchas personas no tienen ningún aprecio por su cuerpo. Fumar sin parar, comer cualquier cosa o no movernos en todo el día tiene que ver con el poco amor que nos tenemos. El auto-cuidado es clave para avanzar en la dirección del yo real. Entender nuestro cuerpo y escucharle no es tarea fácil; pero, desde ahí, escuchando su sabiduría también !podemos enterarnos de muchas cosas!!

Nos gustan las palabras del maravilloso Clown, Alain Vigneau: «La gente no se concede el derecho a sentir lo que siente. Vivimos amenazados por mil problemas, el trabajo, el dinero, la pareja, los hijos, y presionados por la imagen que querríamos proyectar: ricos, atractivos, geniales, grandes amantes. Pero ese no eres tú, ese es tu ego. Tú estás confuso, acéptalo y celébralo, quiérete tal y como eres, transforma tu pasado en patrimonio, porque eso, que incluye tus dolores, te hace único en el mundo. Mi trabajo consiste en que las personas recuperen el derecho a ser como son y dejen de esforzarse en ser lo que no son.»

«Con frecuencia, el esfuerzo necesario para dejar atrás las pautas dolorosas es más incómodo que mantenerse dentro de ellas. Y el crecimiento personal también nos duele, porque nos hace sentir avergonzados y humillados al enfrentarnos a nuestra propia oscuridad. Pero el objetivo del crecimiento personal es el viaje de salida de las oscuras pautas emocionales que nos causan dolor, para encaminarnos a las que nos proporcionan paz. (…) El cambio se produce debido a una decisión de nuestra parte: la decisión de sanar, la decisión de cambiar «

Del libro «Volver al amor» de Marianne Williamson.

2.2 Convivir con el ego

La batalla contra el ego es una guerra perdida. Mejor abrazarlo, entenderlo y ser conscientes que nos acompañará hasta nuestro último día. Jeff Foster apunta: «No intentes destruir el ego, ni trates de alcanzar un estado ‘libre de ego’. Simplemente, nota que el ego no es lo que realmente eres. Observa el ego, sí, ilumina su ingeniosa dinámica, pero no luches contra él. No te pongas en guerra con una ilusión, con las formas cambiantes, con un truco de luz. Re-conócete a ti mismo como la presencia consciente ilimitada, y permite que el pequeño ego despliegue su danza, y siéntete libre, estés donde estés.

En cualquier caso, puede dar cierto vértigo tomar conciencia de que no somos lo que pensamos, ni lo que sentimos ni lo que hacemos. Y si no somos esto ¿Qué somos? No podemos ser el pensamiento que nos llega a la cabeza, somos quien genera ese pensamiento y quien lo escucha, pero no el pensamiento. Y lo que suele ocurrir es que las personas muy mentales terminan pensando sobre ellos mismos, en vez de pararse a sentir. Se enamoran de sus pajas mentales. Los muy sentimentales sienten que si no están en la emoción más intensa no son ellos mismos. Y las personas de la acción necesitan estar sin parar para sentirse presentes.

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2.3 Presencia

La realidad es que somos mucho más que todo esto. Por ello, toca olvidarnos de seguir guerreando con nuestro ego y estar en la presencia del ser más auténtica posible. Siguiendo esta idea podemos leer de la mano del rey del aquí y ahora, Eckhart Tolle: «Cuando el ego está en guerra, no es más que una ilusión que lucha por persistir. Esa ilusión cree que es tú. Al principio no es fácil estar ahí como la Presencia testigo, sobre todo cuando el ego está en modo de supervivencia o se ha activado alguna pauta emocional del pasado, pero en cuanto has tenido ocasión de probarlo, el poder de tu Presencia crecerá y el ego aflojará su presa sobre ti. Y así surge en tu vida un poder que es mucho más grande que el ego, más grande que la mente. Lo único que hace falta para liberarse del ego es ser consciente de él, porque la conciencia y el ego son incompatibles. La conciencia es el poder oculto tras el momento presente. Por eso también podemos llamarlo Presencia. El propósito último de toda existencia humana es traer ese poder al mundo. Y por eso no puede convertirse la liberación del ego en un objetivo que se espera alcanzar en algún momento futuro.»

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3 RADIOGRAFIAR nuestra parte más SOMBRÍA

Como siempre decimos, una cosa es abrazar al ego, totalmente necesario, y otra olvidarnos de nuestra neurosis porque ser conscientes de ella hace pupita. Como bien dice Claudio Naranjo, si no contactamos con esta realidad, no tenemos margen de tomar consciencia de nuestro YO más real:

«(…) Uno de los más destacados dones de Gurdjieff, abundantemente conocido por quienes tuvieron la suerte de rodearlo, era su capacidad de confrontar a la gente con duras verdades. Tal vez la semejanza principal entre la escuela de Gurdjieff y la de Ichazo (que se decía «maestro de la espada») era una guerra cotidiana al ego, y la teoría del protoanálisis en el contexto de su trabajo alimentaba un proceso de mutua y continua «reducción del ego». Últimamente, dicen algunos que es mejor no pensar en los malos aspectos de uno mismo y concentrarse en lo positivo. Más particularmente, se dice que en la presentación del eneagrama de los caracteres se ha insistido en demasía en lo negativo sin prestar igual atención a los «rasgos positivos» de los tipos humanos. Tal actitud sólo puede venir de individuos que no comprenden el enorme valor transformador que tiene este conocimiento, el cual, dejando a un lado el cuidado de estas personas por su imagen y su autoimportancia, se utiliza para examinarse y no meramente para incrementar la cultura o congratularse.»

Con todo ello, uno de los principales problemas del ego, es que no nos enteramos que está presente en nuestra vidas. No lo vemos. Pensamos que él es nosotros y así nos va. Desidentificarnos de esta idea es un primer paso para tomar los mandos de la nave. Nos toca reencarnar en nuestro yo adulto el niño que fuimos. Sólo esencia, nada de personaje.

 

 

Mientras tanto, muchos siguen empeñados en hablar de que tienen mucho carácter o prefieren seguir enamorados de su personaje. Incluso en gente con mucho interés en esto del crecimiento personal, vemos que hay demasiado apego al personaje. Y es cierto que, eneatipos aparentemente más brillantes, como el siete y el dos, lo pueden tener más complicado, si lo miramos desde esta óptica. Pero, es fundamental romper peras con el personaje y entender que para estar en nuestro eje ha de correr el aire entre la máscara y nuestra esencia.

Para nosotros este es el camino y el eneagrama nos ayuda mucho a entender todo este complejo entramado.

Texto redactado por Haiki

Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó

*Quien sufre, no sabe quien es
Quien no sabe quien es, duerme
Quien duerme, no conoce
el sabor del Amor
Hay un saber sobre las causas
del sufrimiento
Y la falta de Amor
Ese Saber, está en el Eneagrama»
(Tradición Sufí)

«Un verdadero percatarse de lo que hacemos y de cómo y por qué lo hacemos transforma nuestras respuestas obsoletas en idioteces que probablemente caigan por el camino o que pierdan poder sobre nuestras intenciones esenciales».

Claudio Naranjo.

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2 comentarios en “¿Qué es el ego según el eneagrama?”

  1. Muchas gracias por este post, aprecio mucho todo lo que comparten! De hecho su perspectiva «integradora» sobre el eneagrama es realmente inspiradora. Sus «mensajes» (tanto en los post cuánto en los videos) son claros y muy sinceros, pero no pierden ese toque gentil y alentador.

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