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¿Qué eneatipo soy?

Muchas veces, nos preguntáis por vuestro eneatipo; pero, nosotros jamás os decimos lo que pensamos. Es algo que tenemos claro.

Sin embargo, muchas veces, de buenas a primeras, en general con buena intención, la gente va diciendo el eneatipo a otras personas.

Y ¿Quién es esa gente? pues puede ser desde un amigo que, con toda su ilusión, te dice «eres un cinco de libro» o un terapeuta que te indica, sutilmente (o explícitamente), tu eneatipo. En cualquier caso, en nuestra opinión, no es conveniente hacer esto. Si te interesa el tema, estás en el lugar adecuado.

Tenemos muy claro que la principal virtud de meternos de lleno en el mundo del eneagrama es aprender a vivir con más plenitud.

1 Terapeutas y expertos en eneagrama

Es un trayecto para conocernos mejor; no hay que llegar a ningún sitio; ni siquiera a concretar el eneatipo que se supone que somos. Un proceso terapéutico, sin duda, nos podrá ayudar a que nuestro camino sea más seguro; pero, lo más importante siempre será nuestra capacidad de auto-observación y auto-conocimiento. 

En cualquier caso, en esta búsqueda de nosotros mismos puede haber momentos muy complicados y la presencia de un buen terapeuta nos ayudará a sostenerlos con más entereza. Alguien cerca que nos facilite el camino deberá ser siempre bienvenido.

Así, quien se ponga manos a la obra y vea su eneatipo con claridad, será fantástico; pero, quien no lo vea con tanta facilidad, estará trabajando igualmente en conocerse mejor. 

Con ello, animamos a escapar de esa necesidad que tienen todos los recién llegados a este mundillo de saber su eneatipo cuanto antes. 

Y lo peor es que hay supuestos expertos que dicen que, con su ayuda, en un pis pas cualquiera sabrá su eneatipo. !Como si eso fuera lo más importante! 

Esta es una forma muy poco elegante de “ayudar” a los recién llegados. 

También es cierto que quien conoce de nuevas el eneagrama no tiene porque ser consciente de la profundidad y complejidad de la herramienta. 

En este sentido, entendemos que la mayoría de terapeutas y expertos en eneagrama tienen presentes estos matices; pero, vemos que hay unos pocos que se intentan aprovechar de la inocencia y desconocimiento de los primerizos en el noble arte del eneagrama.

Por otro lado, en nuestra opinión, hay que tener cuidado con ciertos planteamientos muy limitados del propio eneagrama (por ejemplo, no hablar de subtipos y sí hablar de “alas”) que pueden llevar a mucha gente a identificarse en el eneatipo equivocado. 

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2 Un solo eneatipo

A todo ello hay que sumar que hay eneatipos de libro y otros que son mucho más híbridos y ninguna de las dos opciones significa nada (ni bueno ni malo). 

La realidad es que, más allá del trabajo personal de cada uno, hay quien se identifica casi al cien por cien con un eneatipo y hay otra gente que es mucho más mezcla

Al final, todos terminamos viéndonos en un solo eneatipo; pero, a veces, para nada somos el prototipo del mismo. 

Por otro lado, hay mucha gente usando el eneagrama para fines que no son lo suyo -por ejemplo en el entorno laboral-. No es que no se pueda, pero te quedas en la superficie de lo que es el potencial real del eneagrama.

Evidentemente, si en una misma empresa de 5 trabajadores, hay tres o cuatro que huelen demasiado a siete, aquello será muy creativo y divertido pero les costará Dios y ayuda concretar y terminar los proyectos. 

Si nos vamos al extremo opuesto, y tenemos demasiados cincos, la parte de gestión, dirección y ventas puede ser atendida con demasiado esfuerzo.

Si en una empresa pequeña hay dos personas que “ochean” con claridad, nos acordaremos de aquello de que dos gallos en un mismo corral suelen acabar mal. 

Y así podríamos seguir

Esto es así, pero para organizar el tema a este nivel empresarial hay otras herramientas como los roles de Belbin, las 24 Fortalezas de Martin Seligman o el Self management de Alex Rovira.

En fin, que, aunque reconocemos que es tentador, conviene seguir usando el eneagrama para lo que es: una herramienta de autoconocimiento que nos permite entender mejor el mapa de nuestra personalidad. No será el territorio, pero se puede acercar mucho. 

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3 Visión holística

A partir de ahí, nos podremos querer más y seremos más empáticos con el mundo.

Sin embargo, quien quiera usarlo a nivel empresarial o como si fuera un horóscopo para saber si un seis y un siete se van a llevar bien como pareja, está en su derecho, pero que no cuenten con nosotros para ese viaje.

Más sobre el tema por aquí

De hecho, vemos constantemente a gente intentando cuadrar eneatipos en función de supuestas cualidades amorosas. Como si un seis fuera la pareja ideal de un tres o como si un dos y un ocho fuera imposible que estén juntos.  Todo esto es banalizar el eneagrama; aunque, sí que es cierto que cada eneatipo tiene sus particularidades y, por ello, toca estar atentos. En cualquier caso, lo que no podemos perder de vista es que si hay dos personas relacionándose poniendo en juego, por lo menos por momentos, su parte más esencial, no habrá incompatibilidad de eneatipos como muchos hablan.

Es cierto que, podemos suponer que el amor entre un dos y un cuatro, seguramente, será un pequeña bomba de relojería; pero, no por ello  es un amor imposible. 

Si se juntan dos cincos como pareja, pues, lo más normal es que les falta un poco de alegría en ciertos terrenos. Cuanto más bajen de la cabeza al cuerpo, mejor; pero, nuevamente, no significa que dos cincos no puedan ser pareja.

Aunque es cierto que no es habitual que los dos miembros de la misma pareja sean el mismo eneatipo, pueden serlo perfectamente. Ya será más extraño que sean también el mismo eneatipo y subtipo; pero bueno… todo puede ser.

Con ello, nos volvemos a reafirmar en nuestra visión holística de la herramienta y aunque algunos la quieran particularizar para según qué temas, entendemos que no es el camino a continuar.

Por aquí siempre recomendamos echar un ojo a la teoría de los TRES AMORES de Claudio Naranjo (ver aquí).

“(…) Eros (o amor-deseo), caritas (o amor-dar) y philia (o amor-admirativo) pueden caracterizarse como amor de hijo, amor de madre y amor de padre, y se relacionan predominantemente con la primera, segunda y tercera persona que distingue la estructura de nuestro lenguaje: el amor deseo, con su anhelo de recibir, privilegia al yo, en tanto que el amor ágape es un amor al tú, y el amor-admiración proyecta la experiencia de valoración más allá de la experiencia del yo-tú, en una personificación de lo trascendente o una simbolización del valor puro: ÉL. Se puede también decir que el amor al yo acoge al animal interior que hay en nosotros, criatura de deseos, mientras que el amor al tú encara al prójimo como persona o ser humano y el amor-admiración encuentra su verdadero objeto en lo divino, ya sea, en una dimensión universal o en la experiencia de la divinidad encarnada.» Claudio Naranjo

Por aquí, seguiremos apostando por transmitir con la mayor claridad posible las ideas del eneagrama de la personalidad, según lo aprendido de nuestro querido Claudio Naranjo.

Lo demás, son brindis al sol, brindis que pueden ser muy atractivos (y rentables), pero que inciden en lo que el propio Naranjo llamaba la farsa del eneagrama.

Texto redactado por   Haiki

Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó

 

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