Entre los apasionados por el miedo nos encontramos tres formas de vivir la angustia.
Por un lado, tenemos el subtipo contrafóbico o seis sexual que tiene más fuerza de la cuenta.
Por otro, tenemos el subtipo social, que necesita una norma que seguir, mientras que el subtipo conservación es una especie de osito de peluche que busca siempre la seguridad.
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6 SOCIAL: Deber / Sumisión a la norma.
6 SEXUAL: Fuerza / El kamikaze.
6 CONSERVACIÓN: Calor / El osito de peluche.
Todo sobre El eneatipo seis, el miedo. (ver aquí)
El seis social y seis conservación son muy diferentes del seis sexual. De hecho, el seis sexual, que termina siendo el contra-número, pareciera que no tiene miedo. Todos ellos venden seguridad siendo personas, de partida, de naturaleza insegura. El seis sexual o seis contrafóbico lleva esta característica al extremo. En general, los «no sexuales» necesitan más aprobación para pasar a la acción, mientras el sexual pasa al ataque en un pis pas.
Cuando alguien llega al eneagrama de nuevas, le parecen todos los seises iguales. Una especie de visión borrosa donde, de hecho, la gente va ubicando a todos aquellos que no saben dónde situarse en este complejo mundo de los eneatipos. Esta bruma se va disipando y, poco a poco, entendemos que, aunque ciertamente todos sentimos miedo -!quizás algún ocho no!!-, hay unas cuantas personas que están apasionados por esta emoción. Luego, vemos que, incluso el seis social y el seis conservación son también muy distintos. Uno es obseso del deber y otro es un osito de peluche.
En cualquier caso, lo que, en nuestra opinión, puede llegar a confundir es la propia palabra del miedo. Si entendemos el miedo como la antítesis del amor, no estaríamos hilando fino. Aunque ciertamente por ahí van los tiros. Este miedo no sería esta polaridad de lo amoroso, sino que tendría que ver con una angustia vital. Quizás esta palabra junto al temor retrata mejor esta pasión principal del eneatipo seis. Recordamos que el seis sexual es el temible, el social es el temoroso y conservación el atemorizado.
Pasión que les desconecta de su verdadera virtud del coraje y esta valentía también tiene que ver con bajar al corazón, no con ir en contra del miedo. Por ello, el subtipo contráfobico no es más virtuoso que los otros seises, simplemente enfoca la pasión a contra y, por eso, funciona de manera reactiva a esta angustia vital.
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El seis Social: Deber
Sumisión a la norma.
El seis social o “seis deber” es el perfecto soldado. Es muy disciplinado y obediente. Necesita claridad y, por lo tanto, odia la ambigüedad. Si tienen claro dónde está el norte y cuáles son los pasos a seguir, se sentirán tranquilos. Tiene un alto sentido moral y hará lo que tiene que hacer cuando tenga que hacerlo. Para ellos es muy importante tener claro qué esta bien y qué esta mal. Si no lo saben ellos, necesitan una persona que se lo confirme.
En esto se parecen y se diferencian del eneatipo uno. El uno también necesita hacer las cosa «bien», pero no busca una confirmación externa; ellos saben lo que es lo correcto. Ambos, el seis social y el uno, son gente muy precisa. Desde aquí, también podemos hablar de su tendencia a la eficiencia, lo cual les emparenta con el eneatipo tres. También, el uno y el seis social comparten tendencia a la represión de los instintos; es decir, aunque muchos eneatipos están bastante castrados, en estos se ve con más claridad. Es como si el animal interior estuviera bajo siete llaves. Desde ahí, corren el peligro de olvidar su parte más carnal y que esto mismo les pueda jugar malas pasadas. Tomos los seres humanos tienen necesidades concretas, también de los más mundanas, y negarlas no hace bien. Si se olvidan de esta parte, pero no por ello deja de estar presente. Por todo ello, desde fuera, pueden parecer similares, pero el seis social no dejará de ser un buen soldado y el uno tiene una autonomía interna que le hace obedecer su propio criterio.
Los seis sociales son buenos cumpliendo las normas y les gusta que el resto también las cumpla. Si no lo hacen, serán críticos con ellos. Y si pueden castigar al que las incumple, mejor que mejor. Necesitan la claridad de las reglas. Si les toca mandar y están un poco descentrados pueden resultar un tanto tiranos.
Defiende a muerte la ideología del grupo.
Son fríos (insensibles) y calculadores. Cortan su parte instintiva por el miedo a entrar en relación y que, desde ahí, surja un vínculo que les haga mostrar su parte más tierna. Con tanto control y su afán por que las cosas no se desmadren, acumulan mucha tensión.
Pueden contactar ligeramente con la rabia, pero son muy correctos y se la tragan con patatas.
Claudio Naranjo habla de que este subtipo tiene un carácter prusiano.
SESIONES de ACOMPAÑAMIENTO INDIVIDUAL
**Esta descripción son tan sólo ideas básicas. Si quieres acceder al texto completo (mucho más extenso) y al vídeo, puede hacerlo en nuestro curso sobre los SUBTIPOS del eneagrama puedes profundizar mucho más (ver aquí).
El seis Sexual: Fuerza
El kamikaze.
El seis sexual o contrafóbico es el contra seis. Funciona en dirección contraría al miedo. Se podría relacionar esta aparente ausencia de miedo con la fuerza y, del mismo modo, el contacto con el miedo del conservación con cierta debilidad. Ambas apreciaciones, evidentemente, son sólo eso acercamientos a la comprensión de los subtipos.
Suelen intimidar para no ser atacados y presentan una imagen chulesca y prepotente. Lo de la mejor defensa en un buen ataque lo llevan al extremo. Incluso tienen un tono de voz muy contundente. En este sentido, quien fuera una de las manos derechas de Claudio Naranjo, Grazia Cecchini, apunta: «En los contrafóbicos, la fuerza se cultiva a menudo a nivel físico (casi todos han dedicado tiempo a deportes o experiencias físicas que servían para sentirse fuertes muscularmente). Otro rasgo es el de la fuerza como resistencia a la fatiga, a la represión, a la humillación y al dolor mismo. Este aspecto lo hace asemejar a un E4 conservación. La diferencia es que el E6 sexual cultiva la fuerza como ilusión para sostener el ataque del otro y el miedo. No obstante, para que se produzca una transformación es necesario llegar a niveles más profundos: reconocer la fuerza como una identidad sustitutiva que colma la profunda sensación de no ser dignos y que está puesta al servicio de no sentir necesidad del otro. «Si soy fuerte no caeré en la relación y no me van a herir». «Si soy fuerte, puedo existir, ya sea que tú/el otro esté en relación conmigo (porque sabré defenderme), ya sea que tú/el otro me abandone». La ilusión neurótica de la fuerza está directamente conectada con la ilusión de independencia e incolumidad, y también con el rasgo narcisista de la megalomanía.«
Mucha gente de este subtipo (¡y hay muchos más de lo que pudiera parecer!) tardan en ubicarse en el seis porque para ellos el miedo no es tan evidente. No reaccionan desde la parálisis. Si huelen el miedo van a por él. Para ellos, no hay situación peligrosa, reaccionan desde una especie de impulso y se suelen meter en líos importantes.
Es más, aunque lleguen a sentir el miedo, les costará mucho reconocerlo en público.
No les cuesta pasar a la acción como al resto de seises. Tienden a querer impresionar al otro con lo que van haciendo.
A veces, no parecen mentales y se les puede confundir con un ocho o con un cuatro sexual. Físicamente son muy potentes, aunque también hemos conocido a chicas seis sexuales más menuditas, pero con una energía importante.
Por último comentar que, el E6 Sexual, seguramente, es el tipo de E6 con flecha más habitual al E3; es decir, aunque no sean directamente vanidosos, sí que la imagen es bien importante para ellos. Eso sí, no cualquier tipo de imagen. Sobre todo en los hombres, necesitan que se les vea como alguien contundente y potente. Así, también, trabajan su parte física para dar esta impresión -desarrollando normalmente una gran coraza muscular en la parte superior que nos recuerda su carácter Psicopático (en términos bioenergéticos)-.
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«Quería que vieras lo que realmente es el coraje. El coraje no es un hombre con un arma, es saber que estás en desventaja desde antes de empezar, pero sigues adelante sin importar nada».
Harper Lee
El seis conservación: Calor
El osito de peluche.
Los seis conservación o seis calor, son el subtipo más blandito. A diferencia del social no necesita tanta norma y puede relajarse un poco. No es tan tajante con la idea de bien y mal y puede navegar con comodidad en la escala de grises que separa el blanco del negro. A veces, son como osos de peluche y pueden llegar a tener un punto casi casi emocional.
Son gente muy confiable y que da gusto estar con ellos. Eso sí, les falta un poco de impulso en la vida para mostrarse desde todo el potencial que tienen. Por ello, les falta cierta dirección y eso les lleva a dar más rodeos de los necesarios.
Tienen tendencia a buscar protección en los demás. La autoridad es para ellos muy importante. Por ello, la localizan y si es de su confianza, estarán en calma bajo su paraguas. Así, al contrario que un seis sexual, les costará mucho desafiar a quien está por encima de ellos e incluso a quien está a su par. Con todo ello son los reyes de las alianzas. Desde estos vínculos sentirán que el otro les respeta y sobre todo no serán atacados por la gente que está en su entorno cercano. Hacer alianzas pudiera parece que no tiene nada de «malo»; sin embargo, en el caso de nuestros protagonistas, el problema es el exceso de alianzas y, sobre todo, la razón por las que las buscan: en el fondo, no confían en el otro.
Con todo ello, este seis cuida mucho los vínculos y procura tener bien referenciadas las personas que, en un momento dado, pueden protegerles. Debida a su auto-castración puede recordar por momento a la mansedumbre del eneatipo nueve. Pueden haberse quedado un poco infantilizados y, desde ahí, demasiado apegados al control.
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A partir del minuto 2.30:
«En casa no decimos «Hola», decimos «¿Qué ha pasado?»