Mientras, en ciertos sectores, se va extendiendo la visión del “eneagrama rosa” -donde somos eficaces, simpáticos y grandes mediadores-, nosotros pensamos que vale la pena seguir mirando los eneatipos desde donde más duele. Como suele decir Claudio Naranjo, por donde más te aprieta el zapato está el camino a seguir. Sabemos que hacer el trabajo de radiografiar la parte más oscura para, con mucho trabajo personal, ir poco a poco des-identificándonos del ego no es plato de buen gusto. Es más sencillo vivir en la ignorancia de quien somos en esencia. Aun así, nosotros, como siempre, os animamos a apostar por el camino largo, pero mucho más auténtico. En este sentido, vemos que cuando la neurosis es muy extrema llegan las patologías de la personalidad y, aunque no es tema central de la teoría del eneagrama, conviene no perderlas de vista. ¿Nos acompañas?
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IMPORTANTE: Antes de entrar en este tema tan complejo conviene puntualizar que, en nuestra opinión, NO hay trastornos mentales exclusivos de cada eneatipo. O escrito de otra forma, cualquier trastorno o psicopatología puede aparecer en cualquier eneatipo. Dicho esto, sí que vemos que puede haber ciertas tendencias o caminos más directos. Es decir, en determinados casos de neurosis máxima, hay más probabilidades que ciertos eneatipos desarrollen una patología concreta.
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Este planteamiento, evidentemente, no lo inventamos nosotros, sino que está en la teoría del eneagrama desde que a principios de los ochenta se publicase el libre Carácter y neurosis de Claudio Naranjo.
Aquí conviene recordar que hablar de Neurosis para el común de los mortales era -y sigue siendo- algo novedoso. Es cierto que, por suerte, Karen Horney en los años cuarenta había escrito sobre ello e incluso propuso tres tipos de estilo de neurosis. Neurosis que afirmaba que teníamos todos, no sólo las personas que tuvieran un trastorno especial (más sobre el tema). Todo ello sirve de base para que Claudio haga su propuesta y explicación del EGO, (ver aquí).
Recordamos que, aunque por escrito esta relación entre el caminito directo que tiene cada personalidad hacia un tipo de patología no queda por escrito hasta el 1994, el Dr Naranjo trabajaba con estos conceptos desde mucho antes. De alguna forma, podríamos decir a menos neurosis, más cerca de la esencia y más neurosis, más cerca de algún trastorno.
En palabras de autora de varios libros de eneagrama, Hellen Palmer: «vi que Claudio había producido una Piedra de Rosetta al ensamblar con precisión de carpintero los eneatipos con las categorías actuales del DSM 3 , y se ocupaba de explorar esa dimensión de la enseñanza. Pero, desde mi punto de vista, no estaba atraída ni a los grupos de Arica ni a los grupos SAT. Me enlisté en ese curso público de Claudio con el propósito de proveer recursos para mi interés básico en el entrenamiento de la intuición. Claudio siguió su camino en el trabajo de la conversión del vicio en virtud».
Siguiendo esta idea, uno de los colaboradores cercanos al propio doctor Naranjo, David Barba, apunta en su ponencia del congreso de mapa de Autodescubrimiento (ver aquí): «Este sistema del eneagrama concibe que en un extremo del ego o la pasión estaría el trastorno mental; es decir, una persona que por ejemplo sufre de Trastorno Límite de la Personalidad vendría a ser una agudización de los síntomas del carácter. En este caso muy compatible con las características típicas de un eneatipo cuatro. Con todo ello, hay un eneagrama de los trastornos mentales. (…) Un punto de partida es aceptar que todos estamos un poco locos».
Así, como vamos viendo, conviene insistir en que el concepto de neurosis dentro del eneagrama no se entiende igual que fuera. Las personas ajenas a este mundo pensaran en la neurosis como algo cercano a la psicosis. De hecho, si nos vamos a la RAE, tenemos que es una «Enfermedad funcional del sistema nervioso caracterizada principalmente por inestabilidad emocional.» Sin embargo, todos los que seguimos las enseñanzas de Claudio Naranjo entendemos que, básicamente, es el estado natural del ego. Un ego que, ciertamente, tiene pasión por una emoción y, desde ahí, se disocia de la parte esencial de cada persona.
Con todo ello, y partiendo de la idea de que tod@s estamos, en mayor o menor grado, un tanto neuróticos, no es complicado entender que cuando se dispara la neurosis, podemos llegar a ciertos trastornos.
En nuestra opinión, es importante recalcar que cuando hablamos de patológica no hablamos de lo que se entiende comúnmente por locura. La locura, entendida como se suele entender, es otra cosa. También es cierto que está «La locura lo cura» del controvertido Memo que le da otra visión al tema (ver aquí).
Como siempre, lo complicado es contarnos verdad y saber en qué andamos exactamente. Normalmente, no tenemos tiempo para la auto-observación y, por lo tanto, mal vamos a saber si quien comanda la nave es nuestro yo pequeño (ego) o nuestro yo grande (esencia). En este sentido, Luis Fer Cámara apunta: «Nuestra capacidad de conocernos a nosotros mismos s inversamente proporcional a nuestra PATOLOGÍA y, lamentablemente, no somos demasiado capaces de ser realistas al respecto. Es imprescindible conocerse en la relación con el mundo, que incluye sobre todo personas concretas con las que establecer relaciones íntimas, familiares y de colaboración. Los demás tienen mejor ojo, en general, para nuestros defectos y para los patrones de nuestro carácter que nos alejan del amor y la compasión».
Estos defectos o patrones de comportamiento tienen que ver con nuestra parte más egoíca. Cuando esta neurosis se va de las manos, entramos en terrenos más patológicos según la visión del Dr Claudio Naranjo. Estos trastornos vendrían a ser en el eneagrama la polaridad opuesta a la virtud de cada tipo de ego.
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SESIONES de ACOMPAÑAMIENTO INDIVIDUAL
De todas formas, en este blog, generalmente, no hablamos de estas patologías y cuando describimos los eneatipos lo hacemos simplemente desde las pasiones, fijaciones y mecanismos de defensa.
Aun así, como ya hemos dicho, en la biblia del eneagrama que no es otra que el libro Carácter y neurosis, Claudio Naranjo explica estos temas con mucho detenimiento.
También, en su libro «Eneagrama de la sociedad», apunta: «Aunque las patologías del carácter no sean sino las manifestaciones más problemáticas de rasgos caracterológicos que se consideran normales, es también cierto que lo «normal» es sólo en menor medida «enfermo» (o si preferimos el lenguaje religioso «pecaminoso») y por serlo así el conocimiento de las patologías reviste el interés particular de hacernos más visible nuestra «sombra» a través de su exageración. (También colectivamente es a través del estudio de lo patológico que hemos venido entendiendo poco a poco la así llamada salud.)»
Con ello, conviene entender que cuando la neurosis del eneatipo se dispara y el volumen del personaje está a tope, nos podemos acercar a un estado patológico o trastornos. Mientras si la neurosis va disminuyendo y nos vamos acercando a nuestra esencia, aparecen las VIRTUDES de cada eneatipo. En este sentido, te puede interesar este post:
Las VIRTUDES de los eneatipos del eneagrama.
También, recalcar que nosotros no somos expertos en este tema de las patologías de los eneatipos; así que, tómate todo de manera orientativa. Muchas veces, lo que tenemos son más intuiciones que certezas claras.
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«Da pequeños pasos hacia las cosas que nos asustan.Necesitamos dejarnos morir… por lo que nos tomamos a nosotros mismos.Rompe, quema, acaba con la mierda… y toca el asombroso fuego de la Verdad. Este es el camino de los valientes y de aquellos que ya no tienen elección.»
-Jeff Foster-
1 Cuando la NEUROSIS se dispara en cada eneatipo
Como vamos diciendo en este post, tan sólo estamos indicando los caminos habituales más directos que tiene cada eneatipo hacia un tipo de trastorno.
Lo que escribimos no tiene tanto que ver con lo que nosotros pensamos sino con lo que Claudio Naranjo explicó a lo largo de su vida. De hecho, si lees la biblia del eneagrama que es libro Carácter y neurosis, podrás comprobar como el maestro chileno ya indicaba muchas de las cosas que por aquí os contamos.
A su vez, es importante remarcar que aunque cada eneatipo puede tener un camino más directo a una patología, ninguna es exclusiva de un tipo de ego. Por poner un ejemplo: la depresión (ver aquí) que es es un trastorno mental caracterizado fundamentalmente por un bajo estado de ánimo y sentimientos de tristeza, podría parecer algo exclusivo del E4. Quizás podríamos pensar que otros eneatipos «más retirados» como un 5 o 9 también podrían tener más boletos. Pero la realidad no es así pues incluso un E7, en un momento dado, puede contactar con la depresión. Eso sí, como especilista en pintar la vida de rosa, puede tenerla más o menos enmascarada, mientras otro eneatipo la deja aparecer con más claridad.
Es muy cierto aquello que detrás de cada E7 hay un niño triste escondido.
En fin que es un tema bien complejo y delicado. Por ello, leer todo lo que viene con cuidado y cierta distancia.
TRIADA EMOCIONAL
La neurosis extrema del Eneatipo 2
El eneatipo dos tiene muchas ganas de que se le vea. Hagan lo que hagan están pillando más protagonismo del habitual. Desde ahí, pueden llegar a una personalidad histriónica / histérica y también, por sus ganas de ser queridos a un trastorno de dependencia.
Según Claudio Naranjo: «La «psicología oficial» del eneatipo II no ha descrito correctamente la característica falsa generosidad de este carácter, ya que las descripciones del carácter histérico han puesto el acento en el egocentrismo impulsivo, cuando sería más exacto hablar de una complementariedad de egocentrismo y generosidad aparente. Al explicar el carácter histérico, se tiende también a interpretar el erotismo de la personalidad histérica como un fenómeno de origen sexual, cuando sería más real considerar el erotismo como un medio de seducción inspirado por un deseo de amor.»
La neurosis extrema del Eneatipo 3
El trastorno de personalidad narcisista parece lógico pensar que se puede desarrollar más fácil en un tres o en un siete (también en dos y ocho).
Los vanidosos, en neurosis media, tienen la tendencia a buscar una excesiva valoración en el otro. Esta necesidad de reconocimiento, si lleva al extremo, les contacta con un vacío inmenso. Un vacío que, todos los eneatipos pueden llegar a sentir, pero ellos más. Recordamos que, según la bioenergética el carácter más rígido quizás podría ser el uno que cuadraría bastante bien con el rígido obsesivo. Sin embargo, en los vanidosos también detectamos una gran rigidez que muchas veces, a pesar de ser potencialmente muy emocionables, les contacta con una curiosa frialdad.
En palabras de Claudio Naranjo: «(…) En una explicación del carácter rígido realizada por Jonson se destaca la separación de la respuesta amorosa de la respuesta sexual: Cuando la sexualidad se aparta o se separa de la respuesta amorosa, algo del afecto humano natural se pierde. Más generalmente, observa que el rígido «es más capaz que ningún otro carácter de atraer, tener éxito y ser autosuficiente. Su ilusión es que puede comprar amor con estos logros, pero, como no deja entrar en ella el verdadero amor, todo lo que en realidad consigue es atención. Las relaciones amoroso-sexuales son, con mucho, el aspecto más turbulento de su vida. Por ejemplo, una chica tres puede sentirse sexualmente atraída hacia un hombre sin amarlo, mientras ama a otro hacia el que no siente ninguna atracción sexual. O bien sentirse sexualmente atraída por hombres inasequibles, por los que pierde el interés cuando estos mismos hombres se vuelven accesibles. Otra posibilidad es que sean muy hábiles en satisfacer y satisfacerse en las etapas seductoras iniciales de las relaciones amorosas, pero que resulten incapaces de mantener esto a medida que la relación se hace más íntima. El síndrome del eneatipo III es el trasfondo más usual de lo que se diagnostica como personalidad tipo A: cumplidora de sus objetivos, competitiva, siempre acelerada y con tendencia a sufrir enfermedades cardíacas.»
Por otro lado, recordamos que una de las fijaciones del E3 es su tendencia camaleónica. Desde ahí, pueden adoptar varios tipos de personalidad en función de lo que más interese, sobre todo en el subitpo E3 social. Muchas veces, si un proyecto laboral lo requiere serán tan encantadores y simpáticos como un E7. Si el proyecto lo necesita no dudarán en adoptar una personalidad más contundente como la de un E8. No es que se conviertan en otra cosa; tan solo, se ponen difentes disfraces en función de lo que sea más eficaz para conseguir sus logros u objetivos.
Todo esto nos puede recordar, si la neurosis es más extrema de lo habitual, a una especie de personalidad múltiple. *
La neurosis extrema del Eneatipo 4
La depresión, evidentemente, puede estar en cualquier eneatipo, pero por su forma de ser pesimista y melancólica, quizás el cuatro es quien más boletos haya comprado. Seguramente, también habrá más personas bipolares o con trastorno maniaco depresivo con este eneatipo que con otro. Con esto NO queremos decir que el único eneatipo que pueda tener una depresión sea el E4. Tan solo apuntamos que una persona que pasa media vida en la queja y siéndose menos que el resto, es muy probable que un momento dado de su vida se venga muy abajo y entre en depresión.
Sobre todo en el subtipo E4 sexual pueden pasar de estar en una posición casi sumisa y muy en la parte baja del habitual Dragon Kan emocional de este personaje, a un posición de sentirse muy arriba. Ahí presentan signos muy violentos y, también, nos pueden recordar al orgulloso E2 en su estado más neurótico. Si la cosa se pone muy intensa, pueden llegar a parecerse al E8 en su parte más violenta y sádica.
El trastorno masoquista, como veremos, es compartido con el E9. Siguiendo con Naranjo: «El tipo IV fue representado en la caricatura de Steig con una imagen que sugiere una sufriente víctima de las circunstancias de la vida y de la gente. Corresponde a la personalidad autoanuladora del DSM-III, incluida en éste tras su revisión. También corresponde a lo que Horney llamaba carácter masoquista, en el cual hay una autoimagen pobre, una predisposición a sufrir más de lo necesario, una gran dependencia del amor de los demás, un sentimiento de rechazo crónico y una tendencia a la insatisfacción. (…) Los envidiosos son conocidos por su carácter auto-desalentador, masoquista, depresivo o fronterizo»
De hecho, el maestro chileno, en Carácter y neurosis, habla de los envidiosos como los «depresivo masoquistas».
Para saber más sobre tipos de depresión, ver aquí.
TRIADA RACIONAL
La neurosis extrema del Eneatipo 5
Un cinco quizás tenga más probabilidades para llegar a una Personalidad Esquizoide que, por ejemplo, un ocho. En cinco cueva (conservación) es quien más está en ello.
En palabras de Claudio Naranjo: «La característica de insociabilidad (o «autismo«) de su esquizoide, es algo que podría entenderse tanto en relación con la hipersensibilidad como con respecto a la insensibilidad hacia los demás. La visión de Kretschmer sobre la esquizotimia fue elaborada ulteriormente por Sheldon, que abrazó la triple concepción de aquél sobre la constitución humana, interpretó la morfología corporal «esténica» como «ectomorfa» (originada en el predominio del ectodermo embrional), y consideró a la disposición esquizoide como una variable del temperamento que denominó «cerebrotónico«.
Nuevamente, el autismo o síndrome de Asperger pueden estar en cualquier eneatipo, pero mucho nos tememos que nos encontraremos más cincos que de otro eneatipo.
Siguiendo con el Dr Naranjo: » El cuadro caracterológico que corresponde a la avaricia es el de lo que se denomina hoy en día la personalidad «esquizoide.» Se caracteriza por la indiferencia hacia las relaciones humanas, la incomunicación, la inexpresividad, la limitación de los propios deseos y la torpeza social. Más de un cuadro caracterológico corresponde a la expresión del miedo. Uno de ellos es un carácter tímido y vacilante que en el DSM-III aparece a través de dos descripciones diferentes: la del carácter «dependiente» y la de lo que se denomina carácter «evitativo.» Estoy convencido de que no se trata de dos caracteres fundamentalmente diferentes, sino variantes de un cuadro único en que coexisten la necesidad temerosa de apoyo y la timidez en el acercamiento a los demás. (…) Por más que en su tendencia a la autoculpabilización el autista desconozca la medida del amor espontáneo en su psiquis -desde el punto de vista del ideal de lo que debería ser o hacer-, es también cierto que su programación se vuelve contraria a este impulso de unificación con el otro que Platón nos ofrece en «El banquete», como respuesta a lo que pueda ser el amor. El carácter esquizoide es contrario a este impulso de unificación con el otro, en tanto que alberga una verdadera pasión por evitar los vínculos. Si el amor supone un interesarse en el otro, el esquizoide es aquel que no se interesa. No sólo expresa poco su cariño, sino que resulta una persona más fría que las demás, más apática, más indiferente. (…) El término de Ichazo para la fijación correspondiente al eneatipo V es «tacañería», que pienso que se aproxima demasiado a «avaricia», la pasión o emoción dominante. La palabra «mezquindad», con su connotación de incapacidad inconsciente de dar, estaría más cerca de captar el aspecto predominante en la estrategia del eneatipo V frente al mundo: el autodistanciamiento y el abandono de las relaciones. Sin embargo, sería mejor todavía decir que es indiferente, aislado, autista y esquizoide.”.
Así, más allá de estas tendencias, el avaricioso de sí mismo, tendía un caminito directo a la Sociofobia.
La neurosis extrema del Eneatipo 6
En el eneatipo seis podemos ver muchas fobias y ansiedades. Para ellos el mundo es un lugar peligros y no se pueden fiar de cualquiera. Así, si dispara su tendencia a la seguridad y a la duda, pueden caer en estos trastornos. Ah!! y un seis social puede coquetear con facilidad con el fanatismo.
Claudio Naranjo apunta: «El guerrero del punto VI de la caricatura sugiere una connotación aparentemente muy distinta a la del miedo: por el contrario, alude a una actitud belicosa surgida del miedo a la autoridad y mantenida por una (contrafóbica) evitación de la experiencia del miedo. Sin embargo, la imagen del guerrero es una caricatura apropiada solamente para algunos individuos del tipo VI, no para los claramente débiles y miedosos. Los subtipos del eneatipo VI están muy diferenciados, de modo que, además de la personalidad evitadora del DSM-III, abarca también al paranoide otra forma de carácter desconfiado de características más obsesivas.»
La neurosis extrema del Eneatipo 7
Los siete y su tendencia a la multi-actividad les llevaría a estar muy cerca, en casos extremos, del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
También, como más de un eneatipo, nuestros manipuladores E7 pueden coquetear con un narcisismo mayor del habitual. En palabras de David Barba, estrecho colaborador de Claudio Naranjo: «El DSM, la biblia diagnóstica de los psiquiatras, lo describe con los siguientes rasgos: un aire seguro de sí mismo, confiado, satisfecho, que en realidad se traduce en arrogancia, presuntuosidad, esnobismo, engreimiento. El E7 siempre dice que se encuentra de maravilla, que todo le va bien, que su mundo es un paraíso, que la vida le sonríe. Mientras que no contacte con sus sentimientos carenciales, seguirá creyendo que es un ser muy especial con una inteligencia privilegiada y un encanto fuera de lo común que suele utilizar para seducir. Sin embargo, es increíble la facilidad con que, a veces, este optimista se hunde en el desánimo y el vacío, una vez que sus expectativas de satisfacerse se ven truncadas. No es raro que el E7 raye, en ocasiones, los trastornos bipolares (con alternancia de las típicas fases maníacas y depresivas). «
De hecho, los sietes desde este narcisismo suelen tener tendencia a salirse con la suya, sobre-explotar a los demás y manipular al personal para que haga lo que ellos desean.
Ciertos eneatipos como el siete (sobre todo subtipo conservación), el ocho y el nueve pueden caer con más facilidad en adicciones.
El experto en eneagrama, según Oscar Ichazo, Antonio Barbato comenta: «Cuando el rasgo de la Indisciplina es extremo, conduce a enfermedades conocidas como síndrome de Pinocho, si se inclina a la mentira patológica o de Peter Pan, si es proclive a no querer asumir compromisos.»
Algunos autores ven en el E7 con alta neurosis tendencia al transtorno de personalidad depresiva y maniaca. **
Por otro lado, aunque sabemos que el principal candidato a estados depresivos es el el E4, si te estás preguntando si un E7 también puede llegar a tener una depresión, la respuestas es sí. Lo que ocurre es que, en general, habrá menos E7 con depresión que E4. De hecho, si nuestros alegres gulosos y golosos entran en depresión, puede ser una excelente oportunidad para dar un cambio importante en su vida y comenzar a integrar la parte dolorosa y dura de la vida en su día a día. Si esto no ocurre, a veces es la vida la que se encarga de que venga todo de golpe y la bajada al pozo más profundo puede ser muy dura.
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La neurosis extrema del Eneatipo 8
Los ocho son, en palabras de Claudio Naranjo, antiosociales jugando a ser sociales (sobretodo en el subtipo social). Así que, más allá de su posible tendencia al narcisismo, también le cae bien el trastorno antisocial. Recordamos que estamos hablando de neurosis disparadas. Es decir, estamos en el extremos opuesto al potencial virtuoso del ocho que es la inocencia. Pero, cuando hablamos de su tendencia más neurótica, vemos que la habitual negación de la vulnerabilidad, suya y del resto, va en aumento. Desde aquí, la empatía brilla por su ausencia.
Según el psiquiatra y humanista chileno, Claudio Naranjo: «El eneatipo VIII corresponde al carácter fálico-narcisista de Reich y reaparece hoy día en las personalidades antisocial y sádica del DSM-III. Se trata de una persona orientada al poder, la dominación y la violencia. En el punto VIII vemos a alguien subido a una tarima para hablar a la gente o, mejor, para arengarla con fuerte voz y porte imponente.»
Siguiendo con el Dr Naranjo y sus palabras en la biblia del eneagrama, Carácter y neurosis: «El lujurioso según Kurt Schneider se designa como personalidad «explosiva». Respecto de estos «psicópatas explosivos», nos dice que son desobedientes y desafiantes, y que son muy bien conocidos en la vida y en la experiencia clínica como aquellos que «a la menor provocación se ponen rabiosos e incluso violentos sin guardar la menor consideración; una reacción que adecuadamente ha sido denominada como de corto-circuito.» En una línea semejante, Scholtz describe la «anestesia moral» de aquellos «que conocen perfectamente bien las leyes morales, pero no las sienten, y a causa de ello no subordinan a ellas su comportamiento.(…) «generalmente se anticipará a cualquier ataque inminente con un ataque por su parte. En este carácter, la agresión se expresa menos a través de lo que hace o dice que a través de cómo actúa. En particular, le sienten totalmente agresivo y provocativo aquellos que no controlan su propia agresión. Los tipos más acusados tienden a alcanzar posiciones dominantes en la vida, y son poco adecuados para ocupar posiciones jerárquicas subordinadas […] Su narcisismo, por oposición al de los restantes tipos de carácter, se expresa no de un modo infantil sino en forma de una descarada autoconfianza, acompañada de un despliegue flagrante de superioridad y de dignidad, a pesar del hecho de que la base de su naturaleza no es menos infantil que la de los demás tipos.»
La neurosis extrema del Eneatipo 9
El trastorno masoquista parece que puede resonar más en el eneatipo nueve y también en algunos cuatros (aguantadores profesionales del sufrimiento).
Llegado este punto, parece oportuno rescatar las palabras de Claudio Naranjo en Carácter y neurosis: «En el punto IX, la figura humana sentada evoca unas vacaciones en la playa bajo la sombra de una palmera. Aunque esto pueda ser apropiado para retratar la pereza en el sentido convencional, no sugiere la pereza psicológica de quien no quiere mirar hacia sí mismo ni la característica sobreadaptación resignada del tipo IX. En la clasificación del DSM-III, el eneatipo IX corresponde a la personalidad dependiente, aunque este nombre no resulta adecuado, ya que son varias las personalidades que comparten la dependencia y no creo que constituya el núcleo del carácter del eneatipo IX, que también es resignado, autosubordinador, gregario y conformista».
Así, como vemos, en cada eneatipo con un nivel de neurosis alto puede haber un acercamiento a un trastorno del manual DSM; pero, no tienen porque ser exclusivo de cada eneatipo. A su vez, no dejamos de insistir, en que tan sólo estamos marcando posibles tendencias de cada eneatipo y jamás que un eneatipo, en este caso por ejemplo los nueves tengan un trastorno de personalidad dependiente.
Con todo ello, el E9 puede tener un camino más directo al Trastorno dependiente o Trastorno pasivo-agresivo.
La neurosis extrema del Eneatipo 1
Por último, comentar que es fácil que un uno o uno seis social, con una neurosis potente, llegue a un trastorno de personalidad OBSESIVO-COMPULSIVA (TOC) antes que otro eneatipo. Siguiendo con el Dr Naranjo: «Los unos son personas exigentes y críticas consigo mismas y con los otros, y, más que clasificarlos con una etiqueta psiquiátrica, los denominaré perfeccionistas, aunque su síndrome corresponde a la personalidad obsesiva del DSM-III». ***
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Según el terapeuta especializado en eneagrama Jordi Pons:
Eneatipo 1: trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos alimentarios, trastorno de personalidad depresivo, comportamientos autodestructivos, culpabilidad paralizadora.
Eneatipo 2: trastorno de personalidad histriónica, somatización, hipocondría, comportamiento sexual coactivo (acoso), trastornos alimentarios.
Eneatipo 3: trastorno de personalidad narcisista, depresión (a veces anhedonia), hipertensión, psicopático, vengativo.
Eneatipo 4: trastorno de personalidad evasiva, depresión grave, crímenes pasionales, narcisista, suicidio.
Eneatipo 5: esquizoide, esquizotípico y de personalidad evasiva, disociación, crisis psicóticas, depresión y suicidio.
Eneatipo 6: trastorno paranoide, trastorno disociativo, dependencia, ataques de ansiedad intensos, comportamiento pasivo-agresivo.
Eneatipo 7: trastorno maniaco-depresivo, trastorno obsesivo-compulsivo, elementos de personalidad histriónica, abuso de sustancias nocivas.
Eneatipo 8: trastorno de personalidad antisocial, violencia física, comportamiento sádico, aislamiento social, paranoia.
Eneatipo 9: trastorno disociativo, negación extrema, depresión con anhedonia, despersonalización grave prolongada.
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Según la terapeuta Viviana Trucco:
E2
- Personalidad Histriónica (Naranjo)
- Histriónico, Dependiente (DSM, Palmer)
- Trastorno de Personalidad Histriónica
-
Trastorno por dependencia (DSM Riso/
- Hudson)
E3
- Personalidad histérica (Naranjo)
- Adicto al Trabajo
- Personalidad Tipo A (DSM Palmer)
- Trast. de personalidad narcisista Depresión
E4
-
masoquista (Naranjo)
-
Deprimido, Trastornos Bipolares (DSM
- Palmer)
- Depresión Mayor, Trastorno Bipolar
-
Trastorno Narcisista, Trastorno Evasivo (DSM
- R/H)
E5
- Personalidad esquizoide (Naranjo)
- Esquizoide, Evasivo (DSM Palmer)
- Trastorno Esquizoide
- Trastorno esquizotípico
E6
- Personalidades paranoides y fóbicas (Naranjo)
- Paranoide (DSM Palmer)
- Trastorno de Paranoia, de Evitación, Fronterizos
- Trast. de Dependencia, Trast. Disociativos (DSM Riso/Hudson)
E7
- Personalidad Maníaca (Naranjo)
- Narcisista (DSM Palmer)
- Trastorno maníaco depresivo
- Trastorno de Personalidad Histriónica (DSM Riso/Hudson)
E8
- Personalidad antisocial, sádica, narcisista (Naranjo)
- Sociópata (DSMIV Palmer)
- Trastorno de Personalidad Antisocial (DSM Riso/Hudson)
E9
- Personalidad Simbiótica y sobreadaptada (Naranjo)
- Pasivo agresiva (Palmer)
- Obsesivo Compulsivo (DSM Palmer)
- Trastorno de disociación (DSM Riso/Hudson)
- Trastorno de dependencia y esquizoide (DSM Riso/Hudson)
E1
- Personalidad Obsesiva (Naranjo)
- Obsesivo Compulsivo (DSM Palmer)
- Trastorno Obsesivo Compulsivo
- Trastorno Depresivo (DSM Riso/Hudson)
…
2 Eneagrama de las PATOLOGIAS (trastornos).
“(…) es muy relevante hablar de patologías porque, en cierto modo, la distinción entre lo sano y lo patológico es más convencional que real. Dicho de otra manera: más aparente que profunda y más cuantitativa que cualitativa. Si bien en cada uno de los tipos de personalidad se puede reconocer a personas con distintos niveles de patología versus integración -de la psicosis, pasando por la neurosis, a los diversos grados de evolución hacia la santidad (una condición de trascendencia del ego)-, es también cierto que el estilo de personalidad de los «sanos» o «normales» constituye el residuo de una patología. Profundamente considerada, la diferencia entre sanos y enfermos no es tanto la diferencia entre presencia o ausencia de motivaciones neuróticas (es decir, pecados), sino más bien diferencias con respecto a cuánto más que eso haya en la persona, o en qué medida la persona haya logrado ser ama de la propia casa más que esclava de su condicionamiento. Así, aun en casos de avanzada autorrealización podemos ver que la persona exhibe residuos de su condicionamiento infantil -sólo que sus rasgos de carácter han pasado a serle útiles más que a constituir impedimentos.»
“(…) Era natural que, siendo psicoterapeuta, me fuese dando cuenta, ya desde el comienzo de mi trabajo con Ichazo, que a cada uno de los pecados o pasiones corresponde a una determinada patología del carácter entre aquellas que se reconocen en la medicina y la psicología. Con ello, a través de la práctica posterior, pude apreciar con claridad creciente cómo la posibilidad de reconocer el propio prototipo entre los caracteres se hace más fácil cuando se conoce no sólo el eneagrama de las pasiones sino también el eneagrama de las patologías.”
“(…) Aunque las patologías del carácter no sean sino las manifestaciones más problemáticas de rasgos caracterológicos que se consideran normales, es también cierto que lo «normal» es sólo en menor medida «enfermo» (o si preferimos el lenguaje religioso «pecaminoso») y, por serlo así, el conocimiento de las patologías reviste el interés particular de hacernos más visible nuestra «sombra» a través de su exageración -también colectivamente es a través del estudio de lo patológico que hemos venido entendiendo poco a poco la así llamada salud-.”
“(…) Hablar de «caracteres» o tipos humanos es algo diferente de hablar de «patologías» o «desórdenes de la personalidad»; por cuanto, se puede decir que, los cuadros anormales descritos por psicólogos y psiquiatras corresponden sólo a la manifestación más acentuada de ciertos tipos humanos. En tanto que, según un reciente libro, sólo alrededor de un tres por ciento de los pacientes que recurren a los auxilios de un terapeuta en Estados Unidos son diagnosticados esquizoides, por ejemplo, seguramente el tipo de carácter que la profesión médica llama esquizoide se encontrará en una proporción considerablemente mayor.
Hoy en día, cuando los libros sobre el eneagrama de la personalidad están despertando un interés creciente en el público, hay quienes critican una orientación que insista demasiado en lo patológico -y me parece que esta protesta, por lo general, trasluce una resistencia al propio cuestionamiento y una preferencia por una manera light, amena e inocua de informarse, muy propia de nuestra época, que se ha rebelado contra la insistencia tradicional de la cultura cristiana en el pecado-.
Por esto, no me esforzaré en complacer a aquellos que querrían una presentación de los caracteres a la manera habitual de los libros de astrología, en los cuales para cada planeta o constelación se mencionan aspectos favorables o desfavorables.”
Extractos de EL ENEAGRAMA DE LA SOCIEDAD
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3 PATOLOGÍAS DESCRITAS EN EL DSM
Trastornos de Personalidad del DSM-IV (más por aquí).
1.- Personalidad PARANOIDE:
Son personas que sospechan, sin base fundada, que van a engañarlas, son desconfiadas, suspicaces, siempre en guardia porque creen que los demás van con doble intención y que van a intentar sacarles provecho.
2.- Personalidad ESQUIZOIDE:
Son personas que no disfrutan de las relaciones sociales ni de la familia y buscan la soledad. Tienen escaso interés por encontrar pareja sexual.
3.- Personalidad ESQUIZOTÍPICA:
Son personas excéntricas, que suelen llamar la atención bien sea por su aspecto o por creencias raras o pensamiento mágico (supersticiones), suspicaces, con ideas paranoides y aislamiento social.
4.- Personalidad ANTISOCIAL o PSICOPATÍA:
Son personas que presentan un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, no se adaptan a las normas sociales, estafadoras, irresponsables, imprudentes y que no sienten remordimiento después de haber maltratado, robado o haber ocasionado cualquier tipo de daño a otros.
5.- Personalidad LÍMITE o BORDERLINE:
Son personas inestables, que se derrumban ante cualquier pequeña adversidad, buscan constantemente apoyo y comprensión y hacen esfuerzos frenéticos por evitar un abandono real o imaginario.
* Según somos estupendas: «Las personas que lo padecen viven con una intensidad emocional que les supera y resulta agotador para ellas y necesitan más visibilidad. El modo de vincularse que conocen es de forma dependiente, y si la persona no responde como se espera el sufrimiento es muy elevado.»
6.- Personalidad HISTRIÓNICA o HISTÉRICA:
son personas caracterizadas por una expresión desproporcionada de los sentimientos, tendentes a dramatizar y buscan ser siempre el centro de atención. Suelen mentir llegando a creerse sus propias mentiras.
7.- Personalidad NARCISISTA:
Son personas que se creen especiales y van buscando el halago y el aplauso de los demás. Carecen de empatía, por lo que no son capaces de comprender los sentimientos de los otros, provocando rechazo y alejamiento.
8.- Personalidad por EVITACIÓN (TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD EVITATIVA/POR EVITACIÓN):
Son personas de sensibilidad extrema, con sentimientos de inferioridad y miedo al rechazo o descalificación de los otros. Tienen miedo a implicarse emocionalmente por miedo a sufrir un desengaño.
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Se trata de un problema que hace que las personas eviten las relaciones sociales, se vuelvan solitarias y se muestren muy sensibles si reciben una crítica o desaprobación.
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9.- Personalidad por DEPENDENCIA:
Son personas inseguras que se sienten indefensas y tienden a la sumisión a una persona que les haga olvidar sus temores a la incertidumbre y al abandono.
10.- Personalidad OBSESIVO-COMPULSIVA (TOC): ***
Son personas perfeccionistas, rígidas, llenas de dudas, amantes del orden y con una preocupación excesiva por los detalles, como ponerse a hacer listas de lo que tienen que hacer, hasta perder de vista el objeto principal de esa actividad.
*Extracto de RELATOS NEURÓTICOS de Mercedes Santos Sánchez
11 Trastorno de Identidad Disociativo (TID) (Personalidad múltiple) *
Perturbación de la identidad que se caracteriza por dos o más estados de la personalidad bien definidos, que se puede describir en algunas culturas como una experiencia de posesión. La perturbación de la identidad implica una discontinuidad importante del sentido del yo y del sentido de la entidad, acompañado de alteraciones relacionadas del afecto, el comportamiento, la conciencia, la memoria, la percepción, el conocimiento y/o el funcionamiento sensitivo-motor. Estos signos y síntomas pueden ser observados por parte de otras personas o comunicados por el individuo (ver aquí).
12 Personalidad depresiva y maniaca **
la personalidad maniaca se caracteriza por períodos de euforia, energía excesiva y comportamientos impulsivos. Las personas con esta personalidad pueden experimentar episodios de alta autoestima, exceso de confianza y una sensación de invulnerabilidad. Durante estas fases, pueden participar en actividades de riesgo sin considerar las consecuencias. Sin embargo, estas fases maníacas suelen ir seguidas de episodios de agitación, irritabilidad y cambios bruscos en el estado de ánimo.
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13 TDH
«El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, conocido como TDAH (o simplemente TDH), es una afección crónica del desarrollo neurobiológico caracterizado por un déficit de atención, impulsividad e hiperactividad motora y/o vocal que afecta a millones de niños en el mundo y que a menudo continúa en la edad adulta.»
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“(…) Los estados patológicos al que abajo de cada uno de los tipos psicológicos tenderían a comportarse según el principio de constancia, en búsqueda de una ilusoria homeostasis. Por este camino se viola una natural inclinación evolutiva a mantener un estado uniforme de desequilibrios con el fin de lograr desarrollar estados psíquicos de organización y complejidad creciente como los sistemas abiertos, según las investigaciones de Von Bertanlanffy y Prigogine.”
Extracto de ENEAGRAMA Y PATOLOGÍAAcceder.
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https://www.instagram.com/p/CzhK38LIq-4/
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Este tema es bien potente y no conviene confundir el momento en que estamos tocando fondo y nos sentimos «mal» con el camino hacia un trastorno. En la patología la neurosis se fue al extremo, normalmente, de manera inconsciente.
En este tocar fondo puede haber mucha conciencia y trabajo personal. De hecho, cuando nos ponemos en el trabajo de DEcrecer al personaje es inevitable pasar por momentos de mucho dolor e incluso cierta desesperación.
Por ello, siempre os animamos a no transitar solos este trayecto (ver aquí).
Autores del post:
Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó (Haiki)
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*Trastorno de Identidad Disociativo (TID) (Personalidad múltiple)
El Trastorno de Identidad Disociativo (TID), anteriormente conocido como trastorno de personalidad múltiple (hasta 1994), es una compleja condición mental caracterizada por la presencia de dos o más identidades o estados de personalidad distintos en una misma persona. Cada una de estas identidades puede tener su propio conjunto de pensamientos, emociones, recuerdos y comportamientos únicos, y puede asumir el control de la persona en momentos diferentes. Este trastorno se engloba dentro de los trastornos disociativos, que se caracterizan por una desconexión entre diferentes aspectos de la experiencia consciente, como la memoria, la percepción y la identidad.
El TID suele surgir como resultado de experiencias traumáticas y abusos severos, especialmente durante la infancia, cuando la mente está en desarrollo y es más vulnerable. Los mecanismos de defensa de la mente pueden dar lugar a la fragmentación de la personalidad como una manera de enfrentar situaciones extremadamente dolorosas o aterradoras. Cada identidad puede estar asociada con una parte específica del trauma o puede tener un papel protector, permitiendo que la persona sobreviva psicológicamente en circunstancias difíciles.
Los síntomas del TID pueden variar ampliamente entre las personas afectadas. Los cambios en la identidad pueden ser tan sutiles como cambios en la expresión facial y la postura, o tan notorios como cambios en la voz y en la forma de hablar. Las identidades también pueden diferir en edad, género, preferencias y habilidades. Los lapsos de memoria son comunes, ya que las identidades no comparten recuerdos entre sí. Las personas con TID pueden experimentar depresión, ansiedad, impulsividad y autolesiones. El diagnóstico preciso es crucial, ya que el TID a menudo se confunde con otros trastornos, como la esquizofrenia o los trastornos de personalidad.
El tratamiento del TID es complejo y requiere un enfoque integrado. La terapia más utilizada es la terapia cognitivo-conductual y la terapia de integración de la personalidad, que busca ayudar a las diferentes identidades a comunicarse y trabajar juntas de manera colaborativa. El objetivo final es lograr la cohesión y la integración de las identidades para permitir una vida más funcional y saludable. Los medicamentos también pueden ser utilizados para tratar síntomas específicos como la depresión o la ansiedad.
Aunque el TID es una condición rara, su impacto en la vida de las personas afectadas puede ser profundo y debilitante. Las personas con TID a menudo enfrentan desafíos en sus relaciones personales y laborales debido a los cambios abruptos de personalidad y los lapsos de memoria. El estigma y la falta de comprensión en la sociedad pueden aumentar el sufrimiento de quienes padecen esta condición. La educación pública sobre el TID es esencial para promover la empatía y el apoyo a las personas afectadas.
En resumen, el Trastorno de Identidad Disociativo es una condición mental en la que una persona desarrolla múltiples identidades o estados de personalidad, cada uno con sus propios pensamientos, emociones y comportamientos. Surge como resultado de experiencias traumáticas y se caracteriza por cambios de identidad y lapsos de memoria. El tratamiento implica terapias y, en algunos casos, medicamentos para abordar los síntomas. La comprensión y el apoyo de la sociedad son cruciales para ayudar a quienes viven con TID a llevar una vida más funcional y significativa.
Excelente entrevista de Ricardo Moya a Lasole. En la entrevista se puede ver, en vivo y en directo, como conviven dentro de lasole las diferentes personalidades.
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SESIONES de ACOMPAÑAMIENTO INDIVIDUAL
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**Transtorno de personalidad depresiva y maniaca
La personalidad depresiva y la personalidad maniaca son dos trastornos de la personalidad que se encuentran dentro del espectro de los trastornos del estado de ánimo. Estos trastornos pueden tener un impacto significativo en la vida de las personas que los experimentan, afectando su manera de pensar, sentir y relacionarse con el mundo que les rodea.
La personalidad depresiva se caracteriza por una tendencia constante hacia la tristeza, la apatía y la desesperanza. Las personas con esta personalidad suelen sentirse abrumadas por una sensación persistente de tristeza, lo que puede llevar a la falta de interés en actividades que antes les resultaban placenteras. Además, pueden experimentar una baja autoestima, autocrítica y una visión pesimista de sí mismas y de su futuro. Las relaciones interpersonales también pueden verse afectadas, ya que pueden tener dificultades para expresar emociones positivas y mantener conexiones sociales.
Por otro lado, la personalidad maniaca se caracteriza por períodos de euforia, energía excesiva y comportamientos impulsivos. Las personas con esta personalidad pueden experimentar episodios de alta autoestima, exceso de confianza y una sensación de invulnerabilidad. Durante estas fases, pueden participar en actividades de riesgo sin considerar las consecuencias. Sin embargo, estas fases maníacas suelen ir seguidas de episodios de agitación, irritabilidad y cambios bruscos en el estado de ánimo.
Ambas personalidades, depresiva y maniaca, pueden tener un impacto negativo en la vida diaria de quienes las padecen. La personalidad depresiva puede llevar a la incapacidad para experimentar alegría y satisfacción, lo que puede afectar el rendimiento laboral y las relaciones personales. Por otro lado, la personalidad maniaca puede resultar en decisiones impulsivas que pueden tener consecuencias negativas a largo plazo, además de dificultades para mantener relaciones estables debido a los cambios drásticos en el estado de ánimo.
Es importante destacar que estos trastornos de la personalidad son diferentes de los trastornos del estado de ánimo clínicos, como el trastorno depresivo mayor y el trastorno bipolar. Mientras que las personalidades depresiva y maniaca se relacionan con patrones de pensamiento, emociones y comportamientos crónicos, los trastornos del estado de ánimo implican episodios intensos y recurrentes de depresión y manía.
El tratamiento para estas personalidades puede incluir terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual, que puede ayudar a identificar patrones de pensamiento negativos y desarrollar estrategias para cambiarlos. En algunos casos, la medicación también puede ser útil para manejar los síntomas asociados.
En resumen, la personalidad depresiva y la personalidad maniaca son dos trastornos de la personalidad que influyen en la forma en que las personas experimentan y responden al mundo que les rodea. Afectan la calidad de vida y las relaciones interpersonales, y el tratamiento adecuado puede ayudar a las personas a manejar sus síntomas y mejorar su bienestar general.
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***Personalidad OBSESIVO-COMPULSIVA (TOC)
El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) es un trastorno de salud mental caracterizado por la presencia de pensamientos intrusivos y angustiantes, conocidos como obsesiones, que provocan una necesidad imperiosa de realizar acciones repetitivas y ritualizadas, denominadas compulsiones. Las obsesiones son ideas, imágenes o impulsos no deseados que generan ansiedad intensa y malestar en quien las experimenta. Estos pensamientos suelen ser persistentes y difíciles de controlar, y a menudo involucran temas como la contaminación, el orden, la agresión o la duda.
Para aliviar la ansiedad causada por las obsesiones, las personas con TOC realizan compulsiones, que son comportamientos repetitivos o actos mentales que buscan reducir la incomodidad generada por las obsesiones. Estas compulsiones pueden incluir lavado excesivo de manos, verificación constante, contar, repetir palabras o frases, ordenar objetos de manera precisa y otros rituales. Sin embargo, estas compulsiones brindan solo un alivio temporal y su realización a menudo se convierte en una rutina incontrolable que afecta negativamente la vida cotidiana, las relaciones y el funcionamiento general de la persona.
El TOC puede causar un deterioro significativo en la calidad de vida de quienes lo padecen. Las obsesiones y compulsiones pueden consumir una cantidad significativa de tiempo y energía, interfiriendo con actividades importantes y generando altos niveles de angustia. Además, las personas con TOC pueden sentirse avergonzadas o frustradas por sus síntomas, lo que puede llevar al aislamiento social y la depresión.
El tratamiento para el TOC generalmente implica una combinación de terapia cognitivo-conductual (TCC) y, en algunos casos, medicación. La TCC busca desafiar y modificar los patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales asociados con el trastorno. La exposición con prevención de respuesta es una técnica común en la que las personas se exponen gradualmente a las situaciones que desencadenan sus obsesiones y aprenden a resistir la realización de compulsiones. Los medicamentos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), también pueden ser recetados para ayudar a reducir la ansiedad y los síntomas del TOC.
En resumen, el TOC es un trastorno caracterizado por pensamientos obsesivos angustiantes y la realización de compulsiones en un intento por aliviar la ansiedad. Afecta negativamente la vida diaria y la salud mental de quienes lo padecen, pero a través de la terapia y, en algunos casos, la medicación, muchas personas pueden aprender a manejar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
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Gabor Mate hablando de trauma e identidad, AQUÍ
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Autores del post:
Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó (Haiki)
Imagen de portada: Diagrama visto en página 21 del «El Eneagrama de la sociedad» de Claudio Naranjo
FORMACIÓN online de ENEAGRAMA
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Resumen de cada eneatipo y el camino más directo hacia un tipo de patologia.
Eneatipo 2
El Eneatipo 2 puede volverse manipulador cuando su necesidad de ser amado no es correspondida. Su excesiva entrega a los demás busca una validación constante, lo que puede llevar a un trastorno histriónico, donde el drama y la exageración emocional son mecanismos para captar atención. En el fondo, teme ser rechazado y no ser lo suficientemente querido.
Eneatipo 3
El Eneatipo 3 es ambicioso y enfocado en el éxito, pero esta necesidad de reconocimiento puede derivar en un trastorno narcisista. La obsesión por proyectar una imagen de éxito lo desconecta de sus emociones más profundas, haciendo que su identidad se base únicamente en la validación externa. En su búsqueda de admiración, puede perder de vista su verdadera esencia.
Eneatipo 4
El Eneatipo 4 vive con la sensación de carencia, lo que lo puede llevar a un trastorno depresivo mayor. Al enfocarse en su sufrimiento y en la comparación constante con los demás, su melancolía se convierte en un estado habitual. Su tendencia a revivir experiencias dolorosas refuerza su sensación de ser incomprendido y único en su dolor.
Eneatipo 5
El aislamiento emocional del Eneatipo 5, combinado con su deseo de preservar su energía mental, puede conducir a un trastorno esquizoide. Este eneatipo evita las relaciones cercanas y prefiere la soledad, donde se siente más seguro. A menudo, su desapego les hace parecer fríos o indiferentes, cuando en realidad buscan proteger su espacio interior.
Eneatipo 6
El miedo constante del Eneatipo 6 lo coloca en un estado de alerta continua. Esta desconfianza puede manifestarse como un trastorno de ansiedad generalizada (TAG) o un trastorno paranoide, donde percibe peligros incluso en situaciones seguras. Su búsqueda de seguridad externa a menudo les lleva a depender de figuras de autoridad, sintiendo que no pueden confiar plenamente en su propio juicio.
Eneatipo 7
El Eneatipo 7 huye del dolor buscando constantemente placer y nuevas experiencias. Este patrón puede desembocar en una adicción o comportamientos impulsivos, donde el miedo a enfrentar el vacío interior se oculta bajo una capa de actividades constantes. El deseo de mantenerse distraído les impide conectar con sus emociones más profundas. Su mente de mono les puede llevar a un TDAH.
Eneatipo 8
El Eneatipo 8 se protege tras una coraza de agresividad y control, lo que puede llevar a un trastorno antisocial, donde las necesidades de poder y dominio eclipsan la empatía. Ante cualquier amenaza, reaccionan con una fuerza que busca eliminar la vulnerabilidad, utilizando la intimidación para mantener su sentido de control. Recordamos que Naranjo decía que el E8 es un antisocial jugando a ser social.
Eneatipo 9
El Eneatipo 9 tiende a evitar el conflicto a toda costa, lo que puede generar un trastorno de evitación. Al desconectarse de sus propias necesidades y deseos, se refugia en la pasividad y la indiferencia, prefiriendo conformarse antes que enfrentar situaciones difíciles. Esta negación de sus propios impulsos y emociones los aleja de su crecimiento personal. Desde ahí puede llegar a la narcotización.
Eneatipo 1
La necesidad de perfección del Eneatipo 1 puede llevar a un constante estado de tensión interna. Su deseo de corregir el mundo exterior y su propio comportamiento puede evolucionar hacia un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), donde las reglas rígidas y la autoexigencia les controlan. Este tipo de personalidad tiende a reprimir su enojo, que luego se manifiesta como frustración e impaciencia hacia sí mismos y los demás.
En neurosis máxima se vuelven muy obsesivos compulsivos.
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Conocer los posibles trastornos asociados a tu eneatipo te ayuda a identificar patrones y trabajar en tu crecimiento personal. ¿Te atreves a conocerte más a fondo?
Descubre más en Haiki.es
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El tema del eneagrama me atrapo de una la forma en que lo abordan te invita a que te adentres en la pagina.muchas felicidades.
Muchas gracias a ti, José Luis, por el interés.
Hola:
Acabo de ver vuestro Eneagrama de las Patologías y no acabo de estar de acuerdo del todo. La personalidad histérica me parece más bien el E4 que el E3, que es el más contenido ( así que obsesivo) de los histéricos en general ( E2,E3,E4). La Personalidad limítrofe, no solo está en el E4, por otra parte. Pertenece a otra taxonomía ( neurosis, Trastorno Límite, psicosis, comos seguramente sabéis). Bueno, saludos cordials. Albert Rams
El eneatipo 7 puede tener deficit de atencion sin hiperactividad? O es más propio del 9?
Efectivamente, El eneatipo 7 puede tener deficit de atención. En realidad, lo puede tener cualquier eneatipo, pero en el 7 será más probable.
La depresión por ansiedad o aburrimiento y los sentimientos de vacío existencial son propios del 7? Me pasa a veces cuando no puedo quedar con nadie me aburro
Hola No necesariamente, Maria Angeles. Como explicamos, las patologías tan solo son posibles tendencias y cada eneatipo tiene la suya.