¿El Eneatipo 6 puede confundirse con otros eneatipos?

Todos sentimos miedo. De hecho, a no ser que sea una cosa exagerada, el miedo nos protege de liarla parda más de una vez. Aun así, hay un eneatipo que vive preso de una especie de angustia vital y ese es el 6. Los seises están atrapados por la duda y se refugian en aprender mucho y hacer todo muy bien para salir al mundo lo menos inseguros posible. Son gente que proyectan mucho y siempre están esperando alguna catástrofe. Les cuesta confiar de verdad en el otro.

Muchas veces, vemos que hay personas que dudan si son un seis o no. De hecho, lo que también pasa es que, en ocasiones, se terminan ubicando en el 6 por descarte. No se terminan de ver con claridad en otro eneatipo y, al final, se colocan en el 6.

Pero, más allá de ello, es cierto que, como todos los eneatipos, el 6 puede confundirse con otros eneatipos. ¿Vamos con ello?

El seis, a pesar de ser un personaje muy mental, puede confundirse con algún subitipo emocional. Recordamos el subtipo contrapasional del 4 es el conservación y es por ahí por donde puede venir alguna confusión. Los cuatro «tenaces» son muy sufridos y la emoción no se les nota mucho. Además, estudian y se preparan mucho y esto nos puede recordar al 6. Pero quien más nos puede llevar a confusión es el 3 conservación. Fijaros que estamos hablando del tres hacedor o el tres que tiene de pasión satélite la seguridad. Y la seguridad es uno de los temas principales del 6. De hecho, muchas veces es complejo saber si alguien están en el 6C y tiene mucha flecha al 3C o está en el 3C y tiene mucha flecha al 6C.

Con sus compis de triada metal no suele haber demasiada confusión. El 5 está mucho más aislado del mundo y el 7 suele tener una seducción que el 6 ni la huele.

En el 6 subtipo social podemos ver ecos del 1 (subtipo no sexual). Los seises sociales están apasionados por el deber tanto o más que por el miedo. Y esta rigidez apolinea nos recuerda al 1. La diferencia es que el 6 social sigue una norma fija y el 1 sigue la norma si la norma le parece adecuada. Si no es así el 1 estará por encima de la norma, cosa que al 6 le costará mucho.

En el subtipo 6 sexual, o contrapasional, nos encontramos una persona contrafóbica que, en un momento dado, se puede revelar contra la autoridad si ésta no está a la altura. Es el seis «fuerza» y, desde ahí, nos recuerda a la potencia e intensidad del 8.

Por último, no podemos olivdar que el 6 y el 9 tienen una flecha directa y por ahí también puede haber alguna resonancia. En cualquier caso, el 9 suele ser más masoquista y confluyente que el 6.

Según Claudio Naranjo en la biblia del eneagrama: Carácter y neurosis: 

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III/VI:

En algunos casos, puede resultar difícil distinguir estos dos, pues el eneatipo VI puede mostrar mucha vanidad y el eneatipo III puede tender a la ansiedad. Sin embargo, el contenido de esta ansiedad suele ser diferente: en el eneatipo III, está más relacionada con el desvelamiento de sí mismo y la separación; en el eneatipo VI, con el cometer errores o no saber qué curso de acción tomar. Aunque el eneatipo III puede tener un alto nivel intelectual, su orientación intelectual consiste en la necesidad de un apoyo racional para la acción práctica, mientras que el eneatipo VI, en general, está más interesado en las cuestiones teóricas y metafísicas, más allá de lo práctico. Quizá más determinante que el contraste entre introversión y extroversión en estos tipos sea que el eneatipo VI se guía por su interior, mientras que el eneati-po III se guía por los demás.

IV/VI:

Tal vez la diferencia más notable entre estos tipos sea la emocionalidad y la expresividad del eneatipo IV, en contraste con la concentración intelectual y la inhibición del eneatipo VI. No es fácil confundirlos.

V/VI:

Pueden ser confundidos por los rasgos esquizoides del eneatipo V, así como por los estados de ánimo tristes del subtipo más evitador. Por otro lado, el eneatipo V puede ser, como el eneatipo VI, desconfiado, aunque su desconfianza es más evitadora que incluso la del eneatipo VI evitador o fóbico, que es más dependiente, afectuoso y generoso, tanto por su disponibilidad como por su calidad de buen anfitrión. Comparativamente, el eneatipo VI es más disciplinado y tiene más en cuenta la autoridad externa, ya sea por lo que respecta a la sumisión a lo convencional o a la autoridad real, ya sea por el dominio sobre sus inferiores en la escala jerárquica.

VI/VII:

Es probable que el eneatipo VII sea más encantador y considerablemente más adaptable que el eneatipo VI. Por otra parte, la experiencia de rabia destaca más en el eneatipo VI. La diferencia más notable es la que existe entre la culpa característica de éste último y su ausencia en el primero. Mientras que el eneatipo VI tiene una visión jerárquica de las relaciones, el eneatipo VII aborda a la gente como iguales y se siente poco intimidado por la autoridad. Si el eneatipo VII es, en un sentido amplio del término, un tipo miedoso, no tiende tanto a la ansiedad como el eneatipo VI, y su miedo es sólo un aspecto psicodinámico tras su amabilidad compulsiva.

VI/VIII:

Aquí la distinción es bastante clara, por la falta de asertividad de uno frente a la sobreasertividad del otro y por el miedo manifiesto frente a la ausencia de miedo evidente (salvo en el caso de uno de los subtipos de la cobardía, el carácter contrafóbico, en el que la búsqueda de la fortaleza y la belicosidad pueden hacerle parecer al carácter fálico-narcisista). Una diferencia existente entre ellos es la de una mayor orientación intelectual en el eneatipo VI, en contraste con la orientación antiintelectual más frecuente en el eneatipo VIII, además de la mayor presencia en el primero de la culpa, la preocupación por la autoridad intelectual y una cierta dosis de introversión, frente a una mayor impulsividad e indisciplina en el segundo.

VI/IX:

Aquí, una diferencia es la de la característica de introvertido o de extrovertido. Otra diferencia relacionada con ésta es el predominio de una orientación intelectual o sensomotora, respectivamente. Mientras que el eneatipo VI se orienta hacia la jerarquía, el eneatipo IX rechaza una perspectiva jerárquica. Por otro lado, si el eneatipo VI, junto con el eneatipo V, es el más guiado por su interior, el eneatipo IX es la expresión más pura del seguimiento de la tradición.

I/VI:

La variedad del eneatipo VI predominantemente orientada hacia el deber puede resultar difícil de distinguir del eneatipo I. Una diferencia estriba en la mayor asertividad de éste último; otra, en la mayor dificultad del miedoso para tomar decisiones. Por otro lado, el eneatipo I es más activo.

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