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Los instintos en las triadas del Eneagrama

Normalmente hablamos de que cada tipo de ego se divide, a su vez, en otros tres subtipos (según cada instinto). De esta forma, cada una de las nueve pasiones, en función de los tres instintos básicos del eneagrama, se convierte en una suerte de veintisiete sub-pasiones.

Esta visión “clásica” del eneagrama sigue siendo válida y, en la propuesta de hoy, tan solo abrimos una nueva posibilidad.  La idea es preguntarnos, en función de cada triada, cuál sería el eneatipo más conservación, más sexual y más social.

El resultado, obviamente, puede dar lugar a más de una interpretación. Lo nuestro es solo una hipótesis, y nos encantaría conocer la tuya.

La división de los eneatipos en triadas —instintiva, sentimental y mental— responde a los tres centros de funcionamiento humano: acción, emoción y pensamiento.
Cada una de estas triadas puede ponerse en relación con los tres instintos básicos del eneagrama: conservación (supervivencia), sexual (fusión o intensidad) y social (vínculo y cooperación).

Desde esta mirada, el ego no solo se expresa en la mente, acción o en la emoción, sino también en cómo se utiliza la energía instintiva: cómo se orienta hacia el mundo o cómo se retira de él.
A continuación, presentamos una posible lectura de los instintos en función de las triadas, más que en función de cada eneatipo individual.

 

Los instintos en las triadas del Eneagrama

Triada Emocional (2, 3, 4)

Egos que deforman la energía afectiva y el vínculo.

Eneatipo 2 / Instinto Sexual

Nuestros orgullosos buscan conexión a toda costa. Harán lo que sea necesario para sentirse especiales ante el otro.
El E2 canaliza el impulso instintivo hacia fuera, en forma de expansión y seducción. Es el emocional más cargado de energía: proyecta vitalidad, calor y deseo. 

Su ego se construye desde la atracción, gracias a su falsa generosidad, como si la conexión con el otro sostuviera su existencia.

Eneatipo 3 / Instinto Social

Nuestros vanidosos necesitan lograr y destacar. Para muchos E3, si sus logros no son reconocidos públicamente, es como si no hubieran hecho nada.
Así, harán lo necesario para recibir ese reconocimiento, usando su habilidad camaleónica para captar la atención del entorno.
El E3 despliega la energía instintiva en función de la adaptación: su cuerpo se pone al servicio de la imagen y la eficacia. La vitalidad se convierte en rendimiento, y la acción, en búsqueda de aprobación.

Eneatipo 4 / Instinto Conservación

Nuestros envidiosos tienden a mirar hacia dentro y a compararse, a veces sin valorar lo que sí tienen. Muchas veces se sienten el ombligo del mundo.
El E4 interioriza el movimiento emocional y lo transforma en autoobservación. Su instinto se orienta a preservar su identidad frente al entorno.

La energía vital se pliega sobre sí misma, protegiendo la individualidad como si fuera un refugio. Es un conservarse a través de la emoción.

 

En esta triada, la energía afectiva se mueve desde la expansión del dos hasta la introspección del cuatro, pasando por la adaptación social del tres.


Triada Mental (5, 6, 7)

Egos que deforman la energía del pensamiento y el intelecto.

Eneatipo 5 / Instinto Conservación

Nuestros avariciosos de sí mismos levantan un muro entre ellos y el mundo. Prefieren su territorio interior antes que exponerse.
El E5 retira la energía hacia dentro: su cuerpo se contrae, su mirada se recoge. Representa la conservación en su forma más pura: proteger los recursos, evitar la invasión. 

El impulso vital se vuelve reserva, acumulación y contención. Su seguridad depende de mantener su propio espacio intacto.

Eneatipo 6 / Instinto Social

Nuestros miedosos son, en el fondo, animales de manada. Buscan la seguridad en la pertenencia y el orden compartido.
El E6 canaliza el instinto a través de la estructura y la autoridad. Analizan el grupo y buscan la jerarquía. Para ellos es importante que la autoridad sea plenamente confiable. Desde ahí, buscan diferentes pactos y lealtades.

La energía corporal se convierte en vigilancia y angustia vital. Su mente busca refugio en la alianza y en la norma, utilizando el instinto para sostener la seguridad colectiva.

Eneatipo 7 / Instinto Sexual

Nuestros golosos tienden a buscar intensidad y estimulación constante. Les gusta encandilar al entorno con su entusiasmo y creatividad.
El e7 orienta la energía hacia la expansión y la excitación. Su cuerpo se abre al estímulo y a la posibilidad. Es el mental más extrovertido: utiliza el movimiento para evitar el miedo.

La energía instintiva se dispersa en la multiplicidad de experiencias, como si el placer (o la evitación del dolor) pudiera ahuyentar la angustia.

 

En esta triada, la energía pasa del retraimiento del cinco a la apertura del siete, con el seis como punto de equilibrio entre ambos polos.


Triada Visceral (8, 9, 1)

Egos que deforman la energía vital y la acción.

Eneatipo 8 / Instinto Sexual

Nuestros lujuriosos tienen claro lo que quieren y van a por ello. Tienden a no ver —o no querer ver— los límites del otro.
El E8 conserva intacta la carga del instinto y la dirige hacia la posesión y el control. 

Es el tipo más cercano a la energía cruda del cuerpo; pero, el impulso se convierte en voluntad de dominio. Su contacto con la vida es directo, intenso y a veces compulsivo.

Eneatipo 9 / Instinto Conservación

Nuestros perezosos de sí mismos se narcotizan para pasar desapercibidos. Evitan el conflicto y se desconectan del impulso vital.
El E9 busca sobrevivir por apagamiento. 

Conserva la vida evitando la confrontación. No defiende su territorio: lo diluye. Su economía energética es mínima, y su sentido del yo se preserva evitando el despertar. Es la versión pasiva del instinto de conservación, convertido en hábito de inercia.

Eneatipo 1 / Instinto Social

Nuestros rígidos obsesivos ponen su energía en hacer lo correcto. Su impulso busca orden y mejora, no tanto placer o descanso.
El E1 transforma la fuerza vital en autocontrol.  Canaliza su energía hacia los valores y la estructura. Más allá de esta rigidez, hacen lo que hacen porque creen en un mundo mejor.

La pulsión corporal se sacrifica en nombre de la perfección, y la acción se vuelve “deber” más que movimiento espontáneo.

 

En esta triada, la energía vital se manifiesta desde la intensidad del ocho hasta la contención del uno, pasando por la quietud del nueve. 

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Esta propuesta no pretende sustituir la visión clásica de los subtipos, sino ofrecer una lectura complementaria: una manera de observar cómo cada triada expresa, de forma arquetípica, una modalidad instintiva dominante.

Al final, el trabajo con el eneagrama sigue siendo un camino de observación y discernimiento.
Y toda hipótesis —también esta— cobra sentido sólo si ayuda a mirar con más claridad la forma en que nuestro ego utiliza la energía vital para sostenerse.

Autores: Agnieszka y Lorenzo (Haiki)

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”Ser nosotros mismos, nos causa ser exiliados de otros. Sin embargo, cumplir con lo que otros quieren nos causa el exilio de nosotros mismos».
Clarissa Pinkola

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