Temperamento y carácter en el Eneagrama.

Mucho hemos hablado sobre la infancia de los eneatipos. Es ahí donde se construye la personalidad. Nuestro ego queda fijado a un personaje que vendría a ser la suma del temperamento y el carácter. Venimos al mundo con un temperamento concreto que, más allá de lo que vivamos  en nuestra infancia, ya marca una dirección.

Por otro lado, el niño va perdiendo, poco a poco, su parte más angelical o esencial y el carácter va tomando las riendas de su vida.

Nadie se libra de construir una personalidad. La diferencia es el grado de neurosis con el que nos plantamos en edad adulta y cómo va evolucionando. Por suerte, el TRABAJO SOBRE SÍ, va remitiendo esta neurosis y nos reconecta con esta parte esencial que hemos ido perdiendo.

Algunas corrientes de eneagrama  sostienen que la teoría de que el eneatipo viene de serie; es decir, llegamos al planeta tierra con un tipo de ego concreto. En nuestra opinión, esta visión no es del todo certera. Pasan demasiadas cosas en la infancia como para pensar que el eneatipo está determinado antes de nacer. Sin embargo, sí que hay una parte de nuestra personalidad que viene marcada desde un comienzo. A esta parte llamaremos temperamento y, en unos casos, tiene un papel decisivo y en otros no tanto. No hay una regla fija. Por ejemplo, la mayoría de las infancias del E8 son bastante terribles; pero, quizás alguien pueda identificarse con un E8 sin una infancia tan tumultuosa. 

Lo que pasa en los 9 meses antes de dar a luz influye mucho y, más allá de la propia genética, será un pilar fundamental de edificio de la personalidad. Pero nada se sostiene con una sola columna. De hecho, si nos ponemos un pelín místicos, quizás debamos dar cabida a que lo que ocurrió en generaciones anteriores puede influir en nuestra forma de estar en el mundo. Es como si un alma familiar también tuviera repercusión en lo que ha sido nuestra vida. Obvio que no lo podemos demostrar; pero, no está de más dejar la puerta abierta a que algo así  sea real. 

Con todo ello, como veremos a lo largo del artículo, nuestro eneatipo terminará siendo la fusión de lo que traemos y de lo que vivimos. Desde el minuto uno de nacer, pueden aparecer heridas como el rechazo y el abandono y serán determinantes en nuestro constructo de la la personalidad. Nadie tiene una sola herida de la infancia. Lo normal es tener una mezcla de varias. En este sentido, si tenemos varios episodios traumáticos o muchos «minitraumas» (o traumas con minúscula), lo más seguro que es nuestro tipo de ego sea más potente. Es decir no es lo mismo ser por ejemplo un E1 y estar muy fijado en la perfección y tener la necesidad de poseer la razón a toda costa que sentir estas pulsiones, pero que no condicionen nuestra vida. En cualquier caso, aunque es muy importante el tema del trauma, la gran noticia que trabajando con un terapeuta competente y de confianza todo lo vivido se puede integrar. NO es que no importe; pero importa más lo que hacemos con las experiencias que lo vivido en sí mismo. 

1 Temperamento + carácter = Personalidad

Venimos al mundo con un temperamento, que ya nos condiciona desde una especie de ADN vital. A partir de ahí, se va haciendo el carácter que tiene que ver con todo lo que nos ocurre en los primeros 7-9 años de vida. Según Wilhelm Reich el carácter viene a ser: “el modo habitual y fijo de reaccionar el individuo ante situaciones conflictivas parecidas a las que se le presentaron en la infancia, en la que el miedo al castigo u otras penas obligaron al niño a disminuir su respiración, tensar su musculatura y limitar su actividad interna y externa para evitar la ansiedad que la expresión libre de sus sentimientos le acarreaba”.

La suma de este temperamento (ver aquí) y carácter, nos da la personalidad. Ésta se va matizando a lo largo de la adolescencia hasta que nos terminamos de identificar con un solo eneatipo.

Ahí está el ego.

 

En palabras de Claudio Naranjo:

«La personalidad, en tanto que residuo de nuestras estrategias infantiles por conseguir un amor que no nos llegó naturalmente en un mundo de escasez, es un condicionamiento importante. Ciertamente, el cuidado de las apariencias de los vanidosos puede ser un rasgo que los haga deseables como decoradores de interiores, y la tolerancia de la rutina de los indolentes, confiables administradores, pero el interés de esto para la persona es mucho menor de lo que puede ser reconocer esas motivaciones y tendencias que constituyen un otro yo, algo así como una personalidad parásita en su ser, la cual, mientras más conocida se vaya haciendo, menos poder tendrá en la propia vida. Como decía Gurdjieff, cuando una máquina se conoce a sí misma se hace responsable de sus actos y ya no puede llamarse máquina».

Lo que está claro es que lo que la estrategia que el niño o niña tomó en su infancia para captar el amor y la atención de papá o mamá, son determinantes en lo que vivimos en hoy.

«Cuando hemos renunciado a nuestra verdadera identidad para interpretar un papel, estamos condenados a que nos rechacen, porque previamente ya nos hemos rechazado a nosotros mismos». Alexander Lowen.

Normalmente, solemos hablar de 4 tipos de temperamento que resumiendo mucho serían:

-Temperamento sanguíneo:

Personas alegres, optimistas y que buscan  la compañía de los demás.

-Temperamento flemático  

Personas serenas, tranquilas y racionales.

-Temperamento colérico  

Personas enérgicas, proactivas e independientes.

-Temperamento melancólico

Personas sensibles, creativas, introvertidas y perfeccionistas

En palabras de Azael Del Cid Rodríguez Sánchez: » el temperamento puede influir en nuestra forma de pensar, sentir y actuar, no determina completamente quiénes somos. Podemos aprender a controlar y modificar nuestras respuestas a los estímulos externos. El carácter, por otro lado, es más influenciado por la educación, las experiencias y los valores que se adquieren durante la vida. El carácter se desarrolla con el tiempo y puede ser moldeado y fortalecido con la práctica y la disciplina».

Si llevamos el temperamento al eneagrama, veremos que alguien que nace con un temperamento claro, ya tiene muchos boletos para determinados eneatipos (que de definirán con el paso de la infancia). Y también, por ejemplo, un caracter de nacimiento colérico o sanguíneo, difícilmente se convertirá en un E5 y un temperamento flemático o melancólico difícilmente acabará siendo un E8.

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Por otro lado, recordar que cuando hablamos de carácter siempre tenemos que tener en cuenta el carácter según la bionergética (ver aquí).

SESIONES de ACOMPAÑAMIENTO INDIVIDUAL

2 ¿De dónde sale el eneatipo?

Por otro lado, no hay una única opinión sobre la construcción del eneatipo. De hecho, hay bastante gente que piensa que viene de serie. 

Otros se lían mucho con que si es la esencia o el ego lo que nos llega desde un primer momento. 

Otros, seguramente con más criterio, nos hablan de que ese temperamento tiene mucho que ver con nuestro mundo sistémico. Lo vivido por nuestros ancestros nos llega de alguna forma y nos condiciones.  El trabajo con las constelaciones familiares vendrían a corroborar este planteamiento.

A su vez, lo que ocurre en los meses de gestación seguramente es mucho más importante que lo que se pensaba hasta ace poco. 

En cualquier caso, todo esto también pueden ser excusas para no vernos en el aquí y ahora. De hecho, si nos ponemos muy místicos, también hay quien se enroca en que lo que nos pasa hoy tiene que ver con vidas pasadas. Nosotros, sin negarlo ni afirmarlo, pensamos que es más práctico centrarnos en lo que vemos – con cierta seguridad- en este presente. El ego, por mucho trabajo personal que tengamos, está aquí presente y nos podemos auto-observar con precisión.  Tan solo presentando atención a lo que sí sabemos seguro que hay, !!ya tenemos mucha tarea para hacer!!

Para completar este tema es imprescindible esta lectura de la infancia en cada eneatipo (ver aquí).

FORMACIÓN online de ENEAGRAMA

3 Auto-conocernos

En nuestra opinión, uno de los problemas a la hora de identificar el ego es que la gente tiene mucha prisa en hacerlo. Primero, vemos que hay una resistencia a aceptar que un personaje ha podido comandar gran parte de nuestra vida.

Segundo, constatamos que cuando alguien se acerca a este complejo y maravilloso mundo del eneagrama, de repente, dice: soy un nueve o soy un seis. Y lo afirma en base, generalmente, a un escaso autoconocimiento de sí mismo y a una descripción de los 9 eneatipos que ha leído en algún libro de eneagrama (normalmente no de la línea de pensamiento de Claudio Naranjo).

Esto, para nosotros, complica mucho el tema ya que no entender que hay tres subtipos y, por lo tanto, 27 formas de ser hace que las posibilidades de identificarte mal sean altas. Entender y aceptar nuestra neurosis es un camino largo y normalmente tiene curvas. En palabras del maravilloso Clown Alain Vigneau: «Todo ego es una adicción y , a la vez, una cárcel por la soberanía de nuestros viejos contratos de la infancia y la consiguiente satisfacción de nuestras ilusorias venganzas hacia el mundo.»

Como vemos, podemos usar casi indistintamente la palabra personalidad o tipo de ego, para definir nuestro eneatipo. La base de este personaje sería el temperamento y el carácter. 

Y más allá de todo esto, no debemos olvidar que poner nombre a estas cuestiones debiera ser tan solo una excusa para ponernos a trabajar y seguir transformándonos. 

Texto redactado por Haiki

Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó

Lectura recomendada:

¿CARÁCTER Y PERSONALIDAD, ES LO MISMO?

Temperamento, carácter personalidad. Una aproximación a su concepto e interacción

Por ÁNGEL IZQUIERDO MARTÍNEZ

El artículo examina los tres conceptos de temperamento, carácter y personalidad, tratando de diferenciarlos entre sí, pero estudiando, a la vez, sus posibles interacciones. En el temperamento, se analiza su posible origen genético y el puesto que ocupa en el desarrollo de la persona, con especial relación a la afectividad. Al hablar del carácter, se analiza su estructura y el valor que se le ha concedido, sobre todo, en el campo psicoterapéutico. La última parte del artículo estudia la personalidad, como configuración de cinco sistemas básicos: percepción, cognición, emoción, motivación y acción. La relación e interacción de estos sistemas se visualizan, a través de un modelo y sus diversas perspectivas.

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¿Cómo influyen el temperamento y el carácter en nuestra vida?

Tanto el temperamento como el carácter influyen en nuestra forma de ver el mundo y de relacionarnos con los demás. Conocer nuestras propias características y saber diferenciarlas nos puede ayudar a potenciar nuestras fortalezas y a trabajar en nuestras debilidades.

Por ejemplo, una persona con un temperamento fuerte puede destacar en una profesión que requiera liderazgo y energía, mientras que una persona con un temperamento más suave puede ser excelente en profesiones que requieran paciencia y tranquilidad.

En cuanto al carácter, es importante trabajar en el desarrollo de valores y principios que nos ayuden a ser mejores personas y a actuar de manera coherente con nuestros ideales. Un carácter sólido y bien formado nos permite enfrentar las dificultades con más fortaleza y a tomar decisiones más acertadas. Conclusiones

En resumen, el temperamento se refiere a las características innatas de una persona, mientras que el carácter hace referencia a la forma en que una persona aprende a comportarse a lo largo de su vida.

Ambos elementos influyen en nuestra personalidad y en la forma en que interactuamos con el mundo que nos rodea.

El temperamento es algo con lo que nacemos y que no podemos cambiar.

El carácter es el resultado de nuestras experiencias y se puede ir formando a lo largo de nuestra vida.

Acceder a  Diferencia entre temperamento y caracter

¿Cómo fue la infancia de cada eneatipo del eneagrama?

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