Presentamos el concepto del “Trigrama: la rueda del Eneagrama”, inspirado en la enseñanza de Claudio Naranjo.
La idea es poner en sintonía los tres centros de inteligencia del Eneagrama —mental, emocional y visceral— para pasar de sus aspectos egoicos a sus partes esenciales, logrando así un estado más consistente.
Si ves que te puede interesar, estamos atentos a tus aportaciones.
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Trigrama: la rueda del Eneagrama
1 OBJETIVO DE LA PROPUESTA DEL TRIGRAMA
Cada centro de inteligencia presenta una parte neurótica (asociada a pasión y fijación) y una parte esencial (relacionada con la virtud). Cada uno tiene su propia evolución. En muchas tradiciones espirituales se reconoce que, cuando los tres centros trabajan de forma armónica, es posible salir de la neurosis y acercarnos a nuestra parte más luminosa.
Con ello, pretendemos poner el foco en un estadio previo a los 9 tipos de ego, lanzando al aire la idea de que cada centro de inteligencia es parecido a un tipo de ego en sí mismo.
De esta forma, tendríamos en cada centro una parte más neurótica y otra más esencial. Para pasar de un estado a otro, proponemos la idea de que cada centro se integra con los otros dos por medio de un concepto clave.
2 CONCEPTOS BÁSICOS DEL TRIGRAMA
Partimos de la base de que siempre es valioso trabajar con la perspectiva de los 9 eneatipos. De hecho, solemos invitar a profundizar en las 27 variantes del personaje para comprender mejor todo el espectro de la personalidad humana. Aun así, antes de adentrarnos en la complejidad de cada tipo de ego, resulta útil detenernos en un escalón previo: las tres tríadas básicas. Desde ahí, es posible hacer un trabajo muy profundo.
Por ejemplo, en un momento dado, no es tan relevante si una persona mental es un E5, un E6 o un E7, sino que quizá esté profundamente desconectada de su mundo emocional. El trabajo, entonces, será entrenar la coherencia entre lo que piensa y lo que siente.
De igual modo, una persona emocional, sea cual sea su eneatipo, puede haberse desconectado de su cuerpo. En ese caso, el foco estará en la concordia: armonizar sus emociones con su dimensión física.
Por último, desde la tríada visceral, pueden existir desconexiones tanto con la lucidez mental como con el mundo afectivo. Más allá de lo que ocurra con su lujuria, pereza o ira, el reto será entrenar aspectos globales que permitan alinear los centros (congruencia) y entrar en verdadera armonía.
Para favorecer esta armonización proponemos tres conceptos clave:
- Coherencia: armoniza lo emocional y lo mental.
- Congruencia: armoniza lo mental y lo visceral.
- Concordia: armoniza lo visceral y lo emocional.
Al trabajar estos puentes, podemos pasar de la cárcel del ego a un estado más libre y menos neurótico.
Los tres centros y su transformación:
- Centro emocional o del corazón: al entrar en armonía, se pasa del apego desesperado (conexión que busca ansiosamente la relación) a la comunión, que conduce al vínculo sagrado. Desde ahí, las personas de centro emocional alcanzan una apertura auténtica que propicia relaciones sanas y correspondencia mutua.
- Centro mental o de la cabeza: al entrar en armonía, se pasa de la confusión generada por el exceso de conocimiento (que conduce a ideas falsas o distorsiones cognitivas) a la lucidez del entendimiento. Desde ahí, las personas del centro intelectual dejan de buscar compulsivamente información y se conectan con una claridad que permite discernir lo esencial y les lleva a abrirse a confiar en una inteligencia superior.
- Centro visceral o del cuerpo: al entrar en armonía, se pasa del comportamiento compulsivo (ligado a mecanismos de defensa y patrones repetitivos) a la presencia plena. Desde ahí, las personas de centro visceral logran habitar el cuerpo con más conciencia y arraigo, poniéndose disponibles para adaptarse activamente a la vida.
El Trigrama de Haiki: la rueda del Eneagrama
Y llegado este punto, quizá te digas: “Sí, ya… pero a veces me veo mental, otras visceral e, incluso, según con quién, me noto más emocional”.
Es cierto: todos tenemos algo de los tres centros. Sin embargo, cuando nos contamos la verdad (y no siempre es fácil), solemos reconocer que uno predomina sobre los demás.
En algunas personas, esta preferencia es muy evidente; en otras, el panorama es más difuso. Lo que sí parece claro es que casi nadie puede decir que vive en perfecta armonía entre los tres centros.
Por eso, antes de adentrarnos en los nueve eneatipos básicos, conviene realizar un trabajo previo con los centros… un paso que muchas veces tendemos a pasar por alto.
3 Integración y dimensión espiritual
De la flojera espiritual a la desIdentificación de nuestra parte egoica.
La flojera espiritual es ese dulce sopor del alma que nos adormece en la comodidad del ego. Cuanto más nos aferramos a nuestras heridas, creencias y máscaras, menos espacio dejamos a la esencia para respirar.
El ego se entretiene con excusas, miedos y distracciones, evitando el silencio donde podría oírse la voz interior.
Así, la vida se vuelve repetición y defensa, en lugar de apertura y presencia. Los tres centros vitales (corazón, cabeza y cuerpo) se convierten en la cárcel que propician el enamoramiento del personaje.
La verdadera fuerza no está en la tensión de sostener la neurosis, sino en el coraje de soltarla de a poquito.
Solo entonces nuestro VERDADERO YO florece, y la flojera se disuelve en un vivir despierto.
Cuando estos centros se alinean y se armonizan, el sistema interno se vuelve consistente. Cuanta más consistencia, mayores son las posibilidades de conectarnos con nuestra conSciencia profunda, lo que nos acerca a nuestra dimensión espiritual.
En nuestra formación de Eneagrama (ver aquí) trabajamos ejemplos prácticos para aplicar estas ideas: observación de pensamientos (identificando ideas falsas), escucha empática y consciencia corporal.
Esta propuesta parte de tres personajes básicos (uno por cada centro), y dentro de cada uno se diferencian tres formas de ego (eneatipos), como si fueran subtipos de esos tres personajes principales. Aunque incorporamos matices conceptuales novedosos, intentamos mantener la conexión con el Eneagrama según Claudio Naranjo.
Así, vemos que, de alguna forma, cuando los 3 centros se armonizan y el «sistema» resulta lo más consistente posible, es cuando más opciones tenemos de llegar a una INTEGRACIÓN del SER.
Encontrar el Dios interno que tod@s llevamos dentro siempre es un buen plan y con este trabajo vamos a por ello.
El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en aprender a ver lo ya existente con ojos nuevos.
La vida, llena de misterio, se revela en momentos inexplicables, donde la frontera entre “yo” y “lo otro” se disuelve. En esos instantes, no hay un individuo buscando completitud; solo hay completitud misma, y nos descubrimos de nuevo en el “vientre de la vida”, del que, en realidad, nunca hemos salido, aunque a veces lo olvidamos.
La física contemporánea empieza a confirmar lo que las tradiciones espirituales han enseñado: todo está interconectado en una red de interdependencia.
Existen muchas palabras para nombrar esa unidad cósmica —Dios, Tao, Vacuidad, Amor—, pero todas son insuficientes ante la integridad que trasciende cualquier concepto.
El pensamiento y el lenguaje fragmentan lo indivisible. En lo profundo, ya somos completos tal como somos. El aquí y el ahora contienen todo lo necesario, sin nada más que buscar.
Sin embargo, atrapados en la neblina del ego, a veces dejamos de reconocer esta plenitud y buscamos afuera lo que ya está aquí.
El trabajo que se plantea desde el TRIGRAMA es volver a la NO dualidad y poder, gracias a la armonización de los centros, conseguir la plenitud y la integridad. Eso sí, esto solo se puede hacer con paciencia y mucho TRABAJO PERSONAL.
De esta forma, la invitación es sencilla y profunda: detente, mira dentro y pregúntate cómo se relacionan hoy tus tres centros. Observa dónde falta coherencia, congruencia o concordia, y qué pasos pequeños podrías dar para acercarte a tu esencia. Recuerda que el Trigrama no es teoría, sino práctica viva: ponlo en juego en tu día a día y descubre qué sucede cuando mente, corazón y cuerpo empiezan a caminar al unísono.
En definitiva, esperamos que se sienta como una propuesta teórica abierta a revisión, cuyo valor real surge cuando se lleva a la práctica para que sea útil en la vida diaria.
Resumen de las palabras clave del Trigrama:
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Centro emocional o del CORAZÓN:
- Parte egoica: apego
- Parte esencial: comunión
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Centro mental o de la CABEZA:
- Parte egoica: confusión
- Parte esencial: entendimiento
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Centro visceral o del CUERPO:
- Parte egoica: comportamiento
- Parte esencial: presencia
Armonías entre centros:
– Emocional ↔ Mental: Coherencia
– Mental ↔ Visceral: Congruencia
– Visceral ↔ Emocional: Concordia

Autores: Agnieszka y Lorenzo (Haiki)
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Si quieres trabajar estas ideas a un nivel práctico no te pierdas nuestra formación de Eneagrama
FORMACIÓN online de ENEAGRAMA
La metáfora de la rueda, inspirada en la rueda de la vida y la rueda del consentimiento, nos ayuda a entender cómo estos tres centros se interconectan y giran hacia la integración total.
Ver la rueda de la vida según Haiki
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Te va a interesar:
Siguiendo la estela del conferenciante y consultor Alex Rovira (que tiene una teoría parecida):
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Los TRES tipos de TRIADAs en el ENEAGRAMA
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Muy interesante!!!