El VIAJE DEL HÉROE en el eneagrama

El VIAJE DEL HÉROE en el eneagrama

El eneagrama nos muestra el camino para ser cada vez más nosotros mismos. En general, hemos vivido en automático y cuando tomamos conciencia de ello, suele ser un momento doloroso. Momento necesario que nos impulsa al cambio.

Desde ahí, comienza un duro viaje que casi seguro tendrá momentos muy delicados. En algunos casos, toca atravesar una auténtica noche oscura.  Con ello, y el trabajo personal, el ego cada vez tendrá menos presencia y, poco a poco, irá apareciendo una parte más esencial de cada persona. El eneagrama nos muestra el camino para que el personaje vaya decreciendo y cada vez estemos menos neuróticos.

Y a menos ego, más esencia. El final del viaje tiene que ver con la vuelta a casa, reconectar con nuestro yo más real. La virtud de cada eneatipo actuará como faro en la oscuridad para que todo ello sea posible.

1 ¿Qué es el VIAJE DEL HÉROE en el eneagrama?

El «Viaje del Héroe», descrito por Joseph Campbell y adaptado a diferentes disciplinas, es un proceso arquetípico de transformación personal. Este viaje se relaciona profundamente con el camino que propone el Eneagrama de la personalidad, especialmente desde la visión de Claudio Naranjo, que aborda el desmantelamiento del ego y el encuentro con la propia esencia.

En el contexto del Eneagrama, el viaje comienza cuando la persona toma conciencia de su estado automático, dominado por la neurosis. Este primer momento, tal como ocurre en el Viaje del Héroe, es una llamada al despertar. Según Campbell, este es el «Llamado a la aventura», donde el héroe se enfrenta a la realidad de que su vida hasta ese momento ha sido regida por patrones inconscientes. En el Eneagrama, este sería el reconocimiento de los mecanismos del ego y cómo han limitado el verdadero ser de la persona.

El «rechazo del llamado», otro paso clave en el Viaje del Héroe, también se presenta en el proceso de transformación del Eneagrama. A menudo, la persona duda o teme enfrentarse a sí misma, tal vez porque la zona de confort del ego ofrece una falsa seguridad. Pero, como enseña Claudio Naranjo, este dolor inicial es inevitable y necesario para impulsarnos hacia el cambio.

Una vez aceptado el llamado, el héroe atraviesa un proceso de «cruzar el umbral». En términos de Eneagrama, este paso es equivalente a comenzar el trabajo de autoconocimiento, desmantelar las capas del personaje y entrar en terrenos más oscuros de cada uno de nosotros. Aquí, el héroe, al igual que el buscador en el Eneagrama, enfrenta desafíos, encuentros con sombras, resistencias y aspectos profundos que ha evitado. Es un momento de confusión y sufrimiento, que Naranjo identifica como «la noche oscura del alma», un término usado también en la espiritualidad para describir la etapa de mayor confrontación interna.

A medida que avanza en su travesía, el héroe recibe la ayuda de mentores o aliados, figuras que pueden ser sabiduría interna, maestros o enseñanzas que le guían en su proceso. En el trabajo del Eneagrama, el maestro actúa como guía, pero el verdadero aliado es la virtud que nace al ir disolviendo el ego. Las virtudes de cada eneatipo, como la serenidad, la humildad o la templanza, actúan como faros que alumbran el camino cuando el ego comienza a ceder. Así como en el Viaje del Héroe, hay momentos críticos de prueba, donde el protagonista se enfrenta a su mayor obstáculo o enemigo, a menudo una representación de su propia sombra o temor más profundo.

En la mitología de Campbell, el clímax del viaje es la «muerte y resurrección» del héroe. En el trabajo del Eneagrama, este simbolismo se refiere a la muerte del ego o más bien a domesticar al dragón. El ego, nos guste o no, nos acompañará siempre; pero, podemos reducir mucho su presencia.  Incluso el propio Claudio Naranjo en su última entrevista afirmaba que el ego, a pesar de su trabajo personal, seguía presente. Esto nos ayuda a no bajar la guardia y estar atentos a lo que nuestra parte egoica intenta imponer en nuestras vidas.

Se trata de transmutar el personaje que hemos construido para dar lugar a la esencia verdadera.

Es un proceso doloroso, pero también liberador, pues lo que emerge es el ser más auténtico, más cercano a la plenitud. El héroe, al igual que la persona en su proceso de autoconocimiento, alcanza una integración de lo aprendido, y en el Eneagrama esto se traduce en el acceso a una vida más consciente, menos dominada por las pasiones y fijaciones del ego.

Finalmente, el héroe regresa a casa, transformado, con un «elixir» que puede compartir con los demás. En términos del Eneagrama, esta «vuelta a casa» es el retorno a la esencia, al yo real, libre del peso de la neurosis. La persona que ha trabajado en sí misma no solo se beneficia a nivel personal, sino que también tiene la capacidad de influir en su entorno de manera más saludable, pues actúa desde un lugar de mayor autenticidad y conexión con su verdadero ser.

Así, el Viaje del Héroe y el proceso del Eneagrama convergen en un mismo objetivo: liberar al individuo de las ataduras del ego para permitirle vivir una vida más plena, conectada con su esencia. Ambos caminos nos muestran que, aunque doloroso, el viaje hacia uno mismo es necesario para alcanzar la verdadera libertad y autenticidad.

Si quieres saber más sobre el Viaje del Héroe, echa un ojo a este PDF.

“El eneagrama nos permite comprender que somos esclavos de una mente condicionada y que hay una posibilidad de liberación, de ser más nosotros mismos, más conscientes, más libres. Esa libertad llega cuando reconocemos que no somos nuestro ego, que no somos los personajes que hemos construido a lo largo de la vida para protegernos, y que hay algo más profundo, nuestra esencia”​ 

Claudio Naranjo

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2 Los eneatipos en el VIAJE DEL HÉROE

 

El Viaje del Héroe dentro del Eneagrama de la personalidad es un proceso de transformación que conduce al individuo desde su fijación y pasión hacia la virtud que revela su esencia. Cada eneatipo tiene un camino particular para trascender las trampas del ego y despertar su ser esencial. En este viaje, las virtudes son el estado natural del ser cuando se supera la identificación con las pasiones.

Eneatipo 2: Del Orgullo a la humildad

El Eneatipo 2 se siente impulsado a ser indispensable para los demás, cayendo en la trampa del orgullo y la creencia de que sabe mejor lo que otros necesitan. Su fijación es la autoimagen de generosidad. Una generosidad falsa que, en el fondo, espera algo a cambio. 

En su proceso, el Dos debe aprender a recibir y dejar de depender de su rol de salvador.

Al despertar la humildad, su virtud, deja de buscar validación en su capacidad de ayudar y encuentra paz en su propio ser.

La Idea Santa asociada es la Libertad, que le enseña a amar sin esperar algo a cambio, liberándolo de la necesidad de controlar o manipular a través de la ayuda.

Eneatipo 3: De la Vanidad a la verdad.

El personaje del Eneatipo 3 se define por sus logros y éxito externo. La fijación del Tres es la eficiencia, mientras que su pasión es la vanidad, que lo lleva a buscar reconocimiento. Reconocimiento que no siempre tiene que ser muy estruendoso. A veces, es suficiente una palmadita en la espalda de la persona adecuada.

En su transformación, el Tres encuentra que su valor no radica en lo que logra, sino en ser auténtico. Al despertar la veracidad, su virtud, se conecta con su verdadera identidad, sin necesidad de mantener una imagen falsa o dependiente del éxito.

La Idea Santa del Tres es la Armonía, que le permite relajarse y comprender que ya es suficiente tal como es, sin necesidad de demostrar constantemente su valía.

Eneatipo 4: De la Envidia a la ecuanimidad

El Eneatipo 4 vive con la sensación de que le falta algo esencial, lo que lo lleva a la envidia y la comparación constante con los demás. Comparación en la que suele salir perdiendo.

Su fijación es la búsqueda de lo especial o diferente. Tiene que ver con la falsa carencia y poner siempre el foco en lo que falta.

En su viaje, el Cuatro debe aprender a equilibrar sus emociones y aceptar lo que tiene. Al despertar la ecuanimidad, su virtud, logra una aceptación plena de sí mismo y de su vida, sin necesidad de compararse o dramatizar.

La Idea Santa del Cuatro es la Originalidad, que le permite ver que ya es completo tal como es, sin necesidad de buscar lo que cree que le falta.

Eneatipo 5: De la Avaricia a la generosidad,

El Eneatipo 5 teme quedarse sin recursos, lo que lo lleva a la avaricia, reteniendo tanto información como energía. Se retira del mundo y se vuelve un ser que se esconce en su castillo.

Su fijación es la acumulación de conocimientos y el aislamiento. En su viaje, el Cinco aprende a compartir y confiar en el mundo. La generosidad, su virtud, le permite abrirse y participar sin miedo a quedarse vacío.

La Idea Santa del Cinco es la Omnisciencia, que le enseña que ya tiene todo lo que necesita dentro de sí y que el conocimiento no se agota al compartirlo.

Eneatipo 6: Del Miedo al coraje.

El Eneatipo 6 vive atrapado en la duda y el miedo, buscando constantemente seguridad externa.

Su fijación es la desconfianza y la necesidad de certezas. Suele estar presea de un sin fin de proyecciones.

En su camino de transformación, el Seis aprende a confiar en sí mismo y en los demás. Al despertar la valentía, su virtud, encuentra la capacidad de actuar a pesar de la incertidumbre, confiando en el flujo de la vida.

La Idea Santa asociada es la Fe, que le ayuda a soltar la necesidad de control y a confiar en que todo está bien, liberándolo de su estado de alerta constante.

Eneatipo 7: De la Gula a la sobriedad.

El Eneatipo 7 busca evitar el dolor llenando su vida con experiencias placenteras, cayendo en la gula vital.

Su fijación es la planificación y la búsqueda constante de diversión futura.

En su proceso, el Siete descubre que la verdadera satisfacción está en el presente. La sobriedad, su virtud, le permite encontrar el equilibrio y disfrutar del momento sin estar en una búsqueda continua.

La Idea Santa del Siete es la Planitud, que le enseña que no necesita más para estar satisfecho, ya que todo lo que busca está presente en el aquí y ahora.

Eneatipo 8: De la Lujuria a la inocencia.

El Eneatipo 8 se enfrenta a su deseo de controlar y dominar el entorno, intensificando todas sus experiencias.

Su fijación es el exceso, mientras que su pasión es la lujuria por el poder. Son personas demasiado intensas y determinadas.

En su camino hacia la transformación, el Ocho aprende a soltar el control y a confiar en los demás. Al despertar la inocencia, su virtud, descubre una nueva manera de relacionarse con el mundo desde la apertura y la vulnerabilidad.

La Idea Santa del Ocho es la Veracidad, que lo conecta con la verdad profunda de la vida, permitiéndole vivir con autenticidad y sin la necesidad de imponerse.

Eneatipo 9:De la Pereza de sí mismo al hacer diligente.

El Eneatipo 9 cae en la pereza y la desconexión de sí mismo, evitando el conflicto y el esfuerzo necesario para vivir plenamente.

Su fijación es la indolencia, que lo mantiene en un estado de inercia. Tienen tendencia a narcotizarse.

En su proceso de transformación, el Nueve debe conectarse con su propio deseo y actuar desde allí. La acción correcta y diligente, su virtud, lo impulsa a participar activamente en la vida, sin dejarse llevar por la comodidad o la evasión.

La Idea Santa del Nueve es el Amor Divino, una comprensión de que todo está conectado y que él también tiene un lugar en ese flujo, lo que lo motiva a actuar con propósito.

Eneatipo 1: De la Ira la serenidad

El Eneatipo 1 se enfrenta a su pasión de la ira, manifestada como una lucha constante por corregir las imperfecciones del mundo.

Su fijación es el perfeccionismo, que lo lleva a un juicio implacable de sí mismo y los demás. Son demasiado rígidos y se creen en posesión de la verdad

En su viaje, el Uno debe soltar esta necesidad de controlar, y a través de la serenidad, su virtud, aprende a aceptar las cosas tal como son, sin tanta rigidez.

La Idea Santa de este eneatipo es la Perfección, que le permite ver que todo está bien tal como es, liberándolo de la constante frustración de intentar mejorarlo todo.

El Viaje del Héroe en el Eneagrama representa el proceso de cada eneatipo para liberarse de las trampas de su ego y reconectar con su verdadera esencia. Cada eneatipo enfrenta una pasión que lo mantiene atrapado en un ciclo de comportamiento repetitivo, y su proceso de transformación implica despertar la virtud que naturalmente reside en su ser más profundo.

A lo largo de este viaje, las Ideas Santas juegan un papel clave, ayudando a cada eneatipo a reconectar con una verdad superior que disuelve las ilusiones del ego. Estas ideas ofrecen una perspectiva elevada que permite ver la realidad sin las distorsiones impuestas por las fijaciones y pasiones.

En definitiva, el Viaje del Héroe en el Eneagrama no es solo un proceso individual de autoconocimiento, sino una invitación a vivir de manera más auténtica, plena y en armonía con el entorno.

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3 El Viaje del Héroe o heroína. Un viaje a través del amor

El Viaje del Héroe es una metáfora que describe un proceso de transformación profunda, en el que la persona se enfrenta a sus sombras y desafíos para emerger con una comprensión más auténtica de sí misma. 

En el terreno del amor, este viaje es especialmente relevante, pues amar de verdad requiere atravesar etapas de autoconocimiento, confrontación del ego y, finalmente, apertura a una conexión genuina.

 El Eneagrama, como mapa del ego y la esencia, es una herramienta poderosa para entender este proceso, ya que nos revela cómo las pasiones y fijaciones del ego distorsionan nuestra capacidad de amar, y cómo el viaje hacia la virtud nos devuelve a un amor más puro y auténtico.

En el comienzo del Viaje del Héroe, se encuentra una llamada a abandonar la zona de confort del ego. En el amor, esta llamada puede manifestarse como la necesidad de superar los patrones automáticos de control, dependencia o miedo que surgen de nuestras pasiones, como la ira, el orgullo o la envidia, según lo describe el Eneagrama. El amor, en este punto, está limitado por las proyecciones del ego, que busca llenar vacíos o satisfacer necesidades inconscientes. Aquí, el héroe (o la persona) comienza su búsqueda de un amor más profundo, pero primero debe enfrentarse a las barreras que él mismo ha construido.

La segunda fase del viaje es la confrontación con las sombras. En términos del Eneagrama, esto implica el reconocimiento de las fijaciones y pasiones que distorsionan la relación con el otro y con uno mismo. El ego, con sus defensas y mecanismos de protección, teme abrirse verdaderamente al amor porque esto requiere vulnerabilidad y entrega. 

En esta fase, el héroe se enfrenta a sus miedos: el miedo al rechazo, a la intimidad, o a perder el control. Aquí entra en juego una de las claves del amor verdadero: “Amar sin miedo”.

Para avanzar en el viaje, es necesario aceptar que el amor implica riesgo y que solo enfrentando esos miedos se puede experimentar un amor genuino.

El siguiente paso en el viaje es la transformación. En esta etapa, el héroe empieza a desarrollar la virtud que le permitirá amar con más autenticidad. En el contexto del Eneagrama, esto significa dejar atrás las pasiones y abrazar las virtudes inherentes a cada tipo. El héroe descubre que el amor no es una transacción ni una forma de control, sino una expresión de su esencia más profunda. Este es el momento en el que se comprende una de las ideas fundamentales para amar de verdad: “Amar sin expectativas”. Amar sin esperar que el otro nos llene o cumpla nuestras proyecciones es una liberación, y en este punto del viaje, el héroe aprende que el amor es un acto de dar y recibir desde la autenticidad.

Finalmente, el héroe regresa transformado. En términos del amor, esto significa que ha aprendido a amar desde la esencia, no desde el ego. Ya no busca el amor para compensar sus carencias, sino que se ha liberado de las distorsiones del ego y puede ofrecer un amor auténtico, abierto y libre. El héroe ha integrado lecciones esenciales, como “Aceptar lo que es” y “Amar el presente”, reconociendo que el amor verdadero surge cuando nos liberamos de las exigencias del ego y nos conectamos con nuestra verdadera naturaleza (ver aquí).

Así, el Viaje del Héroe en el amor, a través del Eneagrama, es una travesía de autodescubrimiento, en la que el individuo deja atrás las distorsiones del ego, se enfrenta a sus miedos y emerge con la capacidad de amar de forma genuina, plena y sin condiciones.

«Si puedes ver tu camino trazado frente a ti, paso a paso, sabes que no es tu camino. Tu propio camino lo haces con cada paso que das. Por eso es tu camino»
Joseph Campbell

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Autores del post: Agnieszka y Lorenzo (Haiki)

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