Las ALAS en los ENEATIPOS ¿Realmente existen?

Más que explicar qué son y los matices que tiene cada eneatipo en función de su ala, nos animamos en el siguiente post a reflexionar si tiene sentido hablar de alas dentro del eneagrama.

De hecho, para nosotros lo importante es entender que no hay 9 pasiones dominantes, sino 27. De hecho, por ejemplo, para un seis social, puede ser mucho más importante la pasión del deber que la del propio miedo. Es decir, entender que los 3 subtipos de cada eneatipo hacen un mapa supercompleto que invalida la idea de alas para explicar lo que no cuadra dentro de los nueve egos en función de la personalidad del eneagrama.

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1 ¿Las ALAS son un invento?

La mayoría de explicaciones del eneagrama hablan de que existen las alas; es decir, más allá del eneatipo que seas, puedes tomar atributos del eneatipo que tengas vecino.

Esta explicación puede tener cierto sentido, siempre y cuando no se entre a explicar los subtipos. Como bien sabemos, cuando profundizamos en los instintos, nos encontramos con 27 formas de ser y es ahí donde podemos ver el EGOtipo o eneatipo con el que nos identificamos.

Pero claro, es mucho más sencillo contar cuatro cosas de cada eneatipo y explicar una par de ideas de los eneatipos que lindan con él y listo.

Esto, en nuestra opinión, hacerlo así no sirve para nada; bueno… mentimos, sí sirve. Sirve para que mucha gente pueda acceder a este maravilloso mundo y, si le encancha, desde ahí, puede seguir profundizando. Vaya… que, en realidad !!sirve para mucho!!

De hecho, si todo el mundo, en un primer momento, llegase a la visión más naranjiana del asunto y viera que hay unos buenos tochos «ontológicos» para leer, que la invitación es a mirarnos desde nuestra zona sombría y que todos estamos en neurosis, la mayoría del personal saldría corriendo. Así que, vamos a darle la vuelta a la tortilla y vamos a romper una extraña lanza por este eneagrama un poco más light.

Dicho esto, las alas tienen un origen temprano en muchas líneas de enseñanza del eneagrama. Como bien dice nuestro amigo Fernando Erdmann: «Dentro de estos primeros grupos experimentales estuvo un grupo de sacerdotes jesuítas que tomaron notas de los talleres que fueron a parar a los archivos de sus seminarios en alemania. Allí es donde Riso (SJ) encuentra estas notas tomadas por otro, las lee y encuentra pronto la gran sabiduría que hay detrás, y muy entusiastamente invierte pronto tiempo en publicar libros acerca de esta nueva sabiduría, por supuesto, con las alas ( ya descartadas por Naranjo ) incluidas. (…) Riso populariza un eneagrama con distorsiones importantes, y no sólo él, sino que otras varias desafortunadas publicaciones en Estados Unidos con distorsiones peores aún. Que esto no importa dirán, que es una pelea de egos, que esto o lo otro. Sin embargo, la profundidad intelectual del trabajo de este notable hombre que es Claudio Naranjo, tiene un sustento mucho mayor y más académico que las interpretaciones que hizo un ex sacerdote ( porque luego se retiró) que se topó con esas notas que hizo suyas atribuyéndose un trabajo que no provenía de él y que contenía errores respecto del original. Con el tiempo, hizo mayores acercamientos al eneagrama de Naranjo, con inciertos y dudosos resultados.»

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Con todo ello, en nuestra opinión, seguir insistiendo en que existen las alas, solo lleva a confusiones. Además, cuando llega el momento épico es con las explicaciones que diferencia por ejemplo un 5 ala 4 o un 4 ala 5.

También es cierto que, aunque nos terminamos identificando con un sólo eneatipos, todos tenemos un poco de casi todos los tipos de ego. Otra cosa es que podamos ver reflejados temas de otros eneatipos en el nuestro propio. Este reflejo puede ser de cualquier eneatipo, sobre todo abundan los ecos de los eneatipos que son o fueron papá y mamá.

Pero, ¿quizás pueda haber algo más de los eneatipos vecinos? Puede ser, pero esto no implicaría dar por buenas las alas. ¿Puede un siete tener ala seis? En realidad, según como se mire, poder puede, todos tenemos miedo y el siete suele tener bastante. Es un miedo que intenta esconder. El mismo siete ¿puede tener ala ocho? Más o menos, por un lado, tentemos al siete conservación que en realidad se parece, en ciertos aspectos, algo al ocho. Por otro lado, nos encontramos que cuando nuestros golosos van madurando, bajan el volumen a su Peter Pan interno. ¿Significa esto que se van acercando a su ala ocho? Bueno… puede ser una forma de verlo y, si a alguien le sirve, pues está bien así.

Siguiendo esta idea el experto en «eneagrama empresarial», Michael Goldberg, apunta: «En el sentido del reloj, al ala de atrás yo la llamo «la sombra» de la manera que Jung quiso decir con su término sombra: las partes de usted, buenas y malas, que usted rechaza. El Seis es el ala de la sombra de Siete. (…) Miremos el caso de un Cuatro. Lo que transforma a un Cuatro es encontrar un asilo seguro para estar de pie y observar sus sentimientos, el lugar del Cinco. Normalmente, Los Cuatro están inmersos en un mar de sentimientos. Están «sumergidos en la sopa». Lo que no tienen es una isla que es lo que el Cinco les ofrece para ponerse de pie y decir, «Oh, mire eso. Allí estoy yo… en la sopa.» Ése es el aliado para un Cuatro.El lado de la sombra del Cuatro es su lado mundano. A veces es lo comercial, lo que vende, lo que logra admiración, cosas del Tres, pero que también pueden ser la parte que trata con los aspectos prácticos del mundo. La posición del Tres, de una u otra manera, es sobre «lidiar con las cosas mundanas», jugar con ellas, hacer algo con ellas. Algunos Cuatros son buenos en ese paseo. Pero el Cuatro típico que rechaza al Tres, porque es mundano y ordinario, tiene que preguntarse, «¿Qué significa estar en el mundo? ¿Qué significa crear, ser espiritual, ser profundo y original, pero comprometido con el mundo, y no simplemente con mi propio universo?» De eso es que se trata. Eso es equilibrar, ser armonioso.»

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2 Las ALAS en la enseñanza de Claudio Naranjo

Llegado este punto, alguien podrá preguntar: ¿Claudio Naranjo en Carácter y Neurosis habla de algo parecido a las alas?.

La respuesta es NO. Es más, en todo el libro no sale la palabra alas en ningún momento. Lo más parecido que se puede encontrar es alguna explicación tipo esta: «(…) La posición de la envidia en el eneagrama es la de un satélite de la vanidad y un vecino del punto 5, la avaricia, que implica un sentimiento de privación comparable al de la envidia, aunque se supone una actitud diferente frente a la experiencia de la escasez. Mientras que el punto 4 representa una enérgica reclamación al exterior, una intensa demanda de aquello que falta, el punto 5 se caracteriza por una actitud psíquica de abandono de cualquier expectativa con respecto al exterior y, por el contrario, una preocupación por retener la propia energía, dedicación y atención. La conexión con la vanidad es incluso más importante que con la avaricia, porque el punto 4 constituye un miembro de la triada de la esquina derecha del eneagrama, que, en conjunto, gravita alrededor de una preocupación excesiva por la imagen de sí mismo. Mientras que una persona del punto 3 se identifica con la parte de la personalidad que coincide con la imagen idealizada, el individuo del eneatipo IV se identifica con esa parte de la psique que no consigue ajustarse a la imagen idealizada y está siempre procurando lograr lo inalcanzable».

Como podemos ver, esto es una explicación contextual de cómo funciona cierto eneatipo en relación a otros y no una explicación de que, en este caso, el cuatro se pone más cinco o que el cuatro es una persona especial y única que pone su creatividad en favor de conseguir un éxito más propio del enetipo tres.

En cualquier caso si alguien quiere saber más sobre lo que se entiende habitualmente por alas de los eneatipos, puede ver este vídeo de Borja Vilaseca:

3. NO son las ALAS, son los INSTINTOS.

Podríamos decir que teniendo subtipos ¿quién quiere alas? No es lo mismo explicar, por ejemplo, un seis en la versión «no naranjiana» hablando de que es muy leal y responsable y que tiene dos alas. Si alea al siete es como más simpaticote, y todavía más amigo de sus amigos, y si alea al cinco, es más tranquilo. Quizás a alguien le sirva esta visión; pero nosotros, como siempre, animamos a entender al eneatipo desde su zona más sombría. Es mucho mejor ver qué le pasa al seis con su pasión del miedo. Analizar sus fijaciones principales que le llevan a estar siempre en la duda constante y, finalmente, ver cómo los subtipos del seis, son tan diferentes entre sí (ver aquí).

En este sentido, otros expertos en eneagrama como Jordi Pons tienen una visión lejana al concepto de alas: «(…) Según Claudio Naranjo las «alas» son un invento sin fundamento. Las diferencias básicas entre las personas de un mismo eneatipo están determinadas por los subtipos de este eneatipo. Además de los tres subtipos (conservación, social y sexual) también tiene influencia el segundo subtipo al que tiende. Por ejemplo, un eneatipo 3 del subtipo conservación, podría tender a ser eneatipo 3 conservación-social o eneatipo 3 conservación-sexual. Aunque la influencia del segundo subtipo sería mucho menor que la del primero».

Así, nuestra recomendación es pasar a la acción y tomaros el tiempo para entender los subtipos (ver aquí) y olvidaros de conceptos que no nos ayudan en nuestro proceso de auto-observación. Y lo mismo que decimos esto, si hay alguien que entender el eneagrama desde las alas, le ayuda a salir de su propia neurosis, pues está de maravilla, no? No todos los caminos llevan a Roma, pero sí muchos lo hacen. Por ello, conviene no ponernos tan dogmáticos sobre si «alas sí» o «alas no» y centrarnos en nuestro trabajo personal. El eneagrama, obviamente, no es el territorio y, en el fondo, tan sólo es un mapa, un maravilloso mapa; pero, donde nos la jugamos es en cómo vamos dando lugar en nuestra vida a nuestra parte más esencial.

En realidad, todo lo que nos lleve a pillarnos con más facilidad y conseguir contrarrestar el potente músculo de nuestro ego está muy bien. Lo demás son egos o escuelas peleando por tener la razón; así que, a ponernos el mono de trabajo y a mirar para adentro.

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Autores del post:

Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó (Haiki)

Más sobre el tema en el blog de Jordi Pons, aquí.

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