Esperar a estar “mal” para ir a terapia no es un buen plan. Si ya estás patas arriba, y económicamente te lo puedes permitir, seguramente es lo mejor que puedas hacer por ti. Pero, conviene recordar que aprendemos por sufrimiento o por entrenamiento.
Si todavía no estás en ese sufrimiento, también es el momento perfecto, en el caso de que no lo hayas hecho, de plantearte ir a terapia. Trabajar en nosotros mismos, es entrenarnos para estar medianamente bien en este mundo tan complejo. Eso sí, encontrar un buen terapeuta con el que, realmente, congenies no es tan sencillo; así que, date tu tiempo para ello.
En cualquier caso, por aquí te dejamos unas cuántas razones por las que te puede convenir ir a terapia.
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En un mundo lleno de exigencias y complejidades, muchas veces olvidamos que el bienestar emocional (y vital) es tan fundamental como el físico. La terapia es un espacio transformador en el que podemos confrontar nuestra realidad interna, resolver conflictos y reestructurar nuestras vidas. Así que, aquí tienes diez razones para dar el paso hacia el crecimiento personal a través de la terapia.
Eso sí, si tienes dudas sobre el mundo terapéutico, antes de nada echa un ojo a este post.
1 Descubrir quién eres realmente
A menudo, actuamos en piloto automático, respondiendo a expectativas externas sin detenernos a conocer quiénes somos en realidad.
Ser conscientes de que nuestra parte egoica ha comandado nuestras vidas, ya es un gran punto de partida (ver aquí).
La terapia nos ofrece un espacio seguro para explorar nuestras motivaciones, deseos y conflictos internos. Al comprendernos mejor, podemos tomar decisiones alineadas con nuestra verdadera esencia.
2 Encontrar un espacio seguro y libre de juicios
La terapia nos ofrece algo fundamental: un espacio de seguridad, donde podemos ser vulnerables sin temor a ser juzgados.
Un lugar donde se fortalecerá un vínculo muy fuerte con una persona que puede llegar a saberlo todo de nosotr@s.
En un mundo en el que muchas veces sentimos la necesidad de mostrar una “máscara” o de ocultar partes de nosotros mismos, la terapia se convierte en un refugio donde podemos explorar nuestras emociones y pensamientos más profundos con libertad. Este espacio seguro nos permite abrirnos a nuestras propias inquietudes y contradicciones, y, en esa apertura, podemos descubrir aspectos desconocidos de nuestra personalidad. En palabras de Claudio Naranjo, “La curación y el crecimiento ocurren en un ambiente de aceptación y confianza”. Esta seguridad no solo facilita el autoconocimiento, sino que también nos impulsa a enfrentar y superar aspectos que, fuera de ese contexto de apoyo, sería difícil abordar.
3 Mejorar la relación contigo mism@
Un gran número de personas experimenta una relación interna conflictiva, marcada por la autocrítica y la falta de auto-aceptación. La terapia es una herramienta para transformar esa relación, fomentar el respeto y el cuidado hacia nosotros mismos y desarrollar una voz interna amable que impulse nuestro crecimiento.
Con todo ello, se romperán patrones repetitivos. Muchos de nosotros caemos en patrones que afectan negativamente nuestras relaciones y nuestras vidas. Estos ciclos de comportamiento suelen estar profundamente arraigados en experiencias pasadas. La terapia ayuda a identificar y cuestionar estos patrones, liberándonos para construir una vida más plena y auténtica.
«Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino».
Carl Jung
4 Sanar heridas del pasado
Situaciones como traumas, pérdidas o experiencias difíciles suelen quedarse guardadas en nuestro inconsciente, afectando nuestra forma de ser y actuar.
En terapia, se abre un espacio para enfrentar y procesar estas heridas, logrando una sanación profunda que nos permite avanzar sin el peso del pasado.
Recordamos que, obviamente, el pasado no lo podemos cambiar; pero, sí podemos cambiar cómo nos afecta en el aquí y ahora. Eso sí, cuando se vivieron situaciones muy traumáticas, el desafío es mucho mayor. Ahí es donde, conviene más que nunca acertar con el terapeuta que sí te pueda acompañar. Rebobinar a según qué recuerdos puede ser muy doloroso, por ello hay que hacerlo cuando toca y bien acompañado.
Si quieres saber más sobre el tema echa un ojo por aquí.
5 Sanar el Trauma
Ir a terapia es fundamental para sanar traumas, ya que estos pueden dejar huellas profundas en la mente y el cuerpo, afectando la vida diaria de forma constante. El trauma se origina tras vivir experiencias intensas y difíciles de procesar, como abusos, pérdidas, accidentes o conflictos, y su impacto no se disuelve con el tiempo sin un trabajo profundo. La terapia ofrece un espacio seguro donde el individuo puede explorar y procesar estos eventos de manera gradual y respetuosa.
De hecho, muchos traumas de la infancia, van tomando forma conforme el proceso va avanzando.
A veces estos Traumas con todas las mayúsculas del mundo, otras son una sucesión de traumas más pequeños que también dejan su huella traumática.
Además, los terapeutas ayudan a integrar las experiencias traumáticas en una narrativa coherente, permitiendo que la persona se reconecte con su bienestar y recupere el control de su vida. Técnicas como EMDR, la terapia de exposición y el trabajo con el cuerpo ayudan a reducir la intensidad de los recuerdos dolorosos y a generar nuevas respuestas emocionales ante ellos. Sanar el trauma es esencial para vivir una vida más plena y libre de los efectos de esas experiencias pasadas.
5 Experimentar una verdadera escucha
En el ritmo acelerado de la vida moderna, pocas veces encontramos un espacio donde alguien nos escuche de manera profunda y sin juicios. La terapia ofrece precisamente eso: un lugar donde somos escuchados en nuestra totalidad, con atención genuina. De hecho, es el entrenamiento perfecto para escucharnos con todas nuestras mierdas. Contarnos verdad es mucho más complejo de lo que parece; así que, esta será una gran oportunidad para ello. El terapeuta actúa como un espejo que refleja nuestras emociones, necesidades y conflictos, y nos ayuda a ver aspectos de nosotros mismos que quizá no habíamos reconocido. La escucha en terapia es una herramienta poderosa, ya que nos permite sentirnos validados y acompañados en nuestros procesos internos. Eso sí, estate segur@ que la escucha de tu terapeuta sea lo más presente posible y si puede ser lo más amorosa posible. Como señalaba Claudio Naranjo, la presencia y escucha activa del terapeuta pueden ser en sí mismas profundamente curativas, dándonos la seguridad y el apoyo que necesitamos para explorar nuestras propias emociones y pensamientos.
A su vez, aprenderás a expresar tu verdad con más claridad. Las relaciones personales y laborales dependen en gran medida de una comunicación efectiva y empática (ver aquí). La terapia no solo nos permite entender nuestras necesidades y deseos, sino que también nos ayuda a expresarlos de manera adecuada, fortaleciendo la conexión con los demás y reduciendo malentendidos.
SESIONES de ACOMPAÑAMIENTO INDIVIDUAL
7 Superar el estrés y la ansiedad
Los niveles de estrés y ansiedad pueden incrementarse debido a nuestras ocupaciones, el ritmo acelerado de vida y presiones externas. Estos factores no solo afectan nuestro bienestar emocional, sino también nuestra salud física. El estrés y la ansiedad son respuestas naturales del cuerpo ante situaciones que percibimos como amenazas o desafíos.
En momentos de estrés, el organismo libera cortisol, una hormona que activa la respuesta de “lucha o huida” aumentando el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y el estado de alerta. Sin embargo, el exceso de cortisol debido al estrés prolongado puede causar tensión muscular, insomnio, problemas de concentración y un sistema inmunológico debilitado. La terapia es una herramienta clave para reducir esta carga: a través de técnicas como la reestructuración cognitiva, aprendemos a cambiar pensamientos negativos, y con prácticas de relajación, bajamos los niveles de cortisol en el cuerpo. Además, en el ambiente seguro de la terapia, expresamos nuestros miedos, reduciendo así la tensión y promoviendo un estado de calma y equilibrio hormonal. La terapia no solo ayuda a aliviar el estrés, sino también a construir resiliencia para futuros desafíos.
8 Aprender a gestionar emociones difíciles
Sentir tristeza, rabia o frustración es natural, pero cuando no sabemos cómo manejar estas emociones, pueden abrumarnos o llevarnos a actuar de manera que lamentamos. En terapia, exploramos estas emociones, comprendemos su origen y desarrollamos estrategias para canalizarlas de forma sana y constructiva.
Muchas veces, la clave está en dar lugar y espacio a la emoción que venga sin juzgarla.
Recuerda que la única emoción negativa es la que no se expresa.
9 Mejorar la calidad de tus relaciones
La terapia también se enfoca en mejorar nuestras relaciones.
Aprendemos a identificar dinámicas nocivas, a establecer límites y a comprender mejor las perspectivas de los demás.
De hecho, el trabajo con el eneagrama tiene este maravilloso efecto secundario: nos ayuda a comprender de manera amorosa a las personas que nos rodean.
Con estas herramientas, las relaciones se vuelven más equilibradas y satisfactorias, basadas en el respeto y la reciprocidad.
10 Crecimiento y florecimiento personal
Finalmente, como decía Claudio Naranjo, la terapia no es solo una solución a problemas, sino un camino hacia el florecimiento de la persona. Nos ayuda a vivir con más autenticidad, presencia y libertad. Nos invita a crear una vida rica en sentido y propósito, donde podemos ser fieles a nosotros mismos.
Con todo ello, se hará más presente tu autoestima. Una autoestima sólida es clave para enfrentar desafíos, relacionarnos con los demás y tomar decisiones valiosas. La terapia nos da las herramientas para construir una autoestima realista, basada en la aceptación de nuestras fortalezas y limitaciones, impulsándonos a confiar más en nuestras capacidades.
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La terapia es una oportunidad para conocernos, sanar y fortalecer nuestras vidas.
Es un proceso de autodescubrimiento que no solo nos ayuda a resolver conflictos, sino que también nos invita a expandir nuestra conciencia y a cultivar el bienestar emocional. Decidir ir a terapia no es un signo de debilidad, sino una manifestación de valor y amor propio que puede transformar profundamente nuestra vida.
SESIONES de ACOMPAÑAMIENTO INDIVIDUAL
Texto redactado por Haiki
Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó
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“Los mejores jugadores de tenis del mundo se entrenan cinco horas por día para eliminar toda debilidad en su juego. Los maestros zen aspiran siempre al estado de reposo de la mente, la bailarina al equilibrio absoluto, y el sacerdote no hace más que examinar su conciencia. Todas las profesiones tienen dentro de ellas un reino de posibilidad en el cual, quien la practica pueda buscar la perfección. Para el psicoterapeuta, ese reino, ese curso de inagotable autoperfeccionamiento del que nadie se gradúa recibe el nombre de contratransferencia”.
Irvin Yalom
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