Enfado, ira y rabia en los eneatipos del eneagrama

Muchas veces confundimos enfado, ira y rabia. No es tan sencillo saber la emoción que estamos sintiendo y el peaje que pagamos, bien por no expresarla o bien por expresarla sin filtro. 

Cuando algo nos fastidia nos lleva a lugares que conviene reconocer. Además, cada eneatipo vive de una manera particular cada una de estas intensas emociones y está bien ser consciente de los patrones habituales de comportamiento.

Así que, si te apetece profundizar en el tema, estás en el lugar adecuado.

1 Diferencias entre enfado, ira y rabia 

Antes de entrar en harina, sería bueno recordar que las falsas creencias que cada uno tiene sobre este tema, son decisivas a la hora de ver cómo gestionamos la emoción.

Hay personas que, como si fuera un mantra interno, tienen introyectado que enfadarse es algo malo. De hecho, todos sus movimientos y gestos son suaves. Pareciera que van como levitando por el mundo y cuando hay una situación de conflicto tienden a huir.

Sin embargo, la realidad es que,  el enfado se caracteriza por una sensación de frustración o disgusto ante una situación o circunstancia.  Sólo es una emoción negativa en caso de querer negarla o controlarla en exceso (vetando su expresión).

La capacidad o no de mostrar el dolor que nos produjo el disgusto dice mucho del momento vital que podemos estar viviendo.

Hay gente que reprime mucho y otros que pierden las formas a la mínima.

Otros pareciera que tienen la mecha muy corta y a la mínima se permiten mostrar su enfado, a veces, con una contundencia exagerada.

 También hay quien hoy está en una polaridad y en el pasado estuvo en otra. Como en casi todo en la vida, acercarnos al equilibrio suele ser la cosecha del trabajo sobre sí.

Enfado, ira y rabia tienen que ver con la injusticia, cuando sentimos que algo no es justo nos lleva a este tipo de emociones. Otra cosa es que las reprimamos (o no).

Por otro lado, mucha veces nos estamos enfadando mucho por algo que, objetivamente, sabemos que no es para tanto. ¿Qué nos ocurre en estos momentos? Lo que pasa es que es la gota que colma el vaso. Como se suele decir, en ocasiones pagan justos por pecadores; es decir, quizás hemos tenido un día de asco en el trabajo y no hemos podido expresar nuestro enfado. Al llegar a casa, nuestra pareja o nuestro hijo hace algo que no nos gusta y le cae la del pulpo.

Esto es más habitual de lo que nos gustaría y conviene por lo menos ser conscientes de que es así, para por lo menos pedir perdón a tiempo.

Cuando subimos una marcha al enfado, nos encontramos con la ira y los habituales ataques de ira. Nuevamente, en ocasiones, es necesaria y nos ayuda a poner los límites adecuados. El problema es cuando se cronifica o no sabemos las técnicas básicas de comunicación.

Finalmente, cuando la ira sube otra marcha, nos encontramos con la rabia e incluso el odio. Cuando estamos aquí es importante no dejarnos llevar por estas emociones tan intensas, pues podemos causar estragos en nuestro entorno más inmediato.

Con ello vemos que, un primer nivel de enojo sería el enfado. En un segundo nivel estaría la ira. Y un tercer nivel nos encontramos con la rabia. 

Podríamos afirmar que sentir enfado puede ser más beneficioso que perjudicial pues nos ayuda a poner límites. Es más, podemos incluso mostrar enfado con asertividad y cariño y que el otro así lo reciba. No es fácil pero es posible.

Si el enfado va a más, sentir la ira, nuevamente, no es algo negativo. Es tan solo una emoción que causará más estragos si no se expresa que si se expresa. Nuevamente, el truco está en cómo la expresamos. Para empezar la podemos trabajar con nosotros mismos. Podemos ver como la hormona de la noradrenalina se va apoderando de nosotros; pero, al mismo tiempo, comenzamos a respirar conscientemente. Tan solo esto, hará que nos vayamos calmando. No negamos la emoción pero no nos dejamos llevar por el secuestro amigdalino. 

Si vemos que el ataque de ira va a ser devastador, a no ser que nos sirva para defendernos de una gran agresión violenta, será más práctico desaparecer por un rato de la escena. Los cabreos excesivos bajan nuestros niveles de serotonina al mínimo.

Muchas veces, retirarnos a respirar y escribir lo que vamos a decir nos da la oportunidad de bajar un punto la intensidad de la emoción y luego ver si, realmente, queremos expresar todo tal cual o comienzan los habituales y necesarios matices. 

Balancear la emoción, intelecto y acción siempre es buena idea y, en estos casos mucho más.

El texto de este post son tan solo unas pinceladas de cada concepto.

El contenido completo de este post y mucho más lo encontrarás en nuestra

FORMACIÓN DE ENEAGRAMA AVANZADO.

(Acceder)

2 Enfado, ira y rabia en los eneatipos

El enfado en la TRIADA VISCERAL

Enfado, ira y rabia en el eneatipo 9

Eneatipos como el E9 tienden a reprimir el enfado y no ponen los límites que debieran. Van por la vida en modo “masoquista on” y soportan mucho más de lo que les conviene.

Enfado, ira y rabia en el eneatipo 8

Otros tipos de ego como los E8 (según la versión “naranjiana” del eneagrama) no dudarán en mostrar su enfado con contundencia. 

Son la otra cara de la moneda del E9. Mientras unos aguantan demasiado otros no aguantan nada.

Enfado, ira y rabia en el eneatipo 1

Pero ¿quiénes son nuestros reyes de la Ira? Sin duda alguna los E1. ¿Significa esto que son personas que van liándola sin parar? Nada más lejos de la realidad. Nuestros perfeccionistas sienten que la sangre les hierve, pero, normalmente, se contienen. Para ellos hacer lo correcto es más importante que expresar su propia emoción. Y saben que sus ataques de ira son demasiado demoledores como para darles rienda suelta sin ton ni son. 

El enfado en la TRIADA EMOCIONAL

Enfado, ira y rabia en el eneatipo 2

Podemos ver cómo el E2, normalmente subtipo social y sexual, tiene una flecha al E8 potente que le hace pasar de cero a cien en niveles de enfado.

Enfado, ira y rabia en el eneatipo 3

Los E3, normalmente, tienen mucho enfado reprimido pues andan demasiado ocupados buscado el reconocimiento como para mostrarlo. Palmadita en la espalda que a veces llega (y tranquiliza al ego) y a veces no y entonces contacta con la incomodidad.

Enfado, ira y rabia en el eneatipo 4

Los E4 no suelen mostrar el enfado, salvo el E4 subtipo sexual que lo muestra a lo bestia. Es capaz de conectar con una rabia salvaje y sacar la catana a pasear. No por casualidad, le llaman el 4 odio o el cortacabezas del eneagrama.

El enfado en la TRIADA MENTAL

En la triada mental, el enfado suele estar más contenido. 

Enfado, ira y rabia en el eneatipo 5

Los E5 ya vienen medio enfados con el mundo y a la mínima se sentirán invadidos, por lo tanto su muro emocional les protege de ser heridos.

Enfado, ira y rabia en el eneatipo 6

Los E6, normalmente, estarán contenidos, salvo el 6 sexual o contrafóbico que, en un momento dado, se nos viene arriba y se puede poner incluso violento.

Enfado, ira y rabia en el eneatipo 7

Los E7 tenderán a evitar estas emociones y sobre todo, aquello que huela a conflicto. 

El texto de este post son tan solo unas pinceladas de cada concepto.

El contenido completo de este post y mucho más lo encontrarás en nuestra

FORMACIÓN DE ENEAGRAMA AVANZADO.

(Acceder)

3 CONCLUSIÓN

Así que, como vemos, por un lado, hay una serie de ideas sobre el tema que nos sirven para reflexionar más allá del tipo de ego. 

El enfado nos indica que algo no está bien y nos impulsa a tomar medidas para resolver problemas y conflictos.

Es importante que podamos sensar el cuerpo para ver cómo estamos, realmente, con esta emoción. Muchas veces, el ritmo cardíaco ya nos dará muchas pistas. La respiración también nos delatará.

Por ejemplo, entender que incluso enfadarnos constructivamente con nosotros mismos nos ayuda a crecer, es importante. Si no tenemos un ligero enfado con lo que vemos de nosotros, seguramente, no nos moverá al cambio. Eso sí,  con  un minuto de enojo es suficiente para darnos cuenta de que hay que mover el culo. A partir de ahí, ya comenzamos a conectar con la culpa y se puede complicar el tema.

Por otro lado, como hemos ido radiografiando, cada personaje del eneagrama vive este triunvirato de enfado, ira y rabia, de manera muy particular.

Por último, apuntar que lo más habitual es que tod@s tengamos enfado acumulado desde tiempos inmemoriales y que buscar la forma de expresarlo en un entorno de seguridad casi siempre es muy buena idea. 

En este trabajo es decisivo el FOCO que pongamos en la voz (ver aquí). En cualquiera de los casos, la comunicación efectiva será determinante.

De hecho, este enfado, en muchos casos, es tan fuerte que cuando sale lo hace como ira o rabia. Estar preparado para ello y que alguien nos acompañe en el proceso será determinante para que sigamos en el necesario trabajo sobre sí.

Con todo ello vemos que, como siempre, las emociones no son malas ni buenas, tan sólo depende de cómo las vivimos. Mientras a unos eneatipos les sienta fatal dejarse llevar por tanto enfado (expresado o no) a otros les cuesta la vida poner un mínimo de enfado para, por ejemplo, poner límites.

Si te ha gustado la reflexión, nos encantará saber cómo lo ves tú.

Autores del post: Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó (Haiki).

Te gustará:

 

FORMACIÓN online de ENEAGRAMA

Enfado, ira y rabia en los eneatipos del eneagrama

4 comentarios en “Enfado, ira y rabia en los eneatipos del eneagrama”

  1. Me quedo con esto como imprescindible «enfadarnos constructivamente con nosotros mismos nos ayuda a crecer, es importante. Si no tenemos un ligero enfado con lo que vemos de nosotros, seguramente, no nos moverá al cambio. Eso sí, con un minuto de enojo es suficiente para darnos cuenta de que hay que mover el culo. A partir de ahí, ya comenzamos a conectar con la culpa y se puede complicar el tema.»

  2. carmen tejón vázquez

    Que bueno eso de enfadarnos con nosotros mismos para movernos del lugar en el que estamos! Y no dejarnos llevar por la culpa.
    Me ha encantado. GRACIAS.

Deja un comentario

Scroll al inicio