En el 2001 hacíamos nuestra primera constelación familiar. Debían estar recién llegadas a España y entonces era algo muy desconocido. Con los años, se han ido popularizando y hemos podido participar en muchas ocasiones. Tenemos claro que una constelación familiar bien orquestada puede ser algo que de una claridad tremenda y si no es así, también puede ser una herramienta peligrosa.
Como casi todo en la vida, depende. Lo que está claro que este potencial que tiene es maravilloso y, por ello, también nos gusta ver sus puntos de contacto con el eneagrama.
Si te interesa el tema, estás en el lugar adecuado.
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Eneagrama y Constelaciones Familiares: Explorando las raíces del ser
El Eneagrama y las Constelaciones Familiares son herramientas que, aunque parten de enfoques diferentes, convergen en su propósito: ayudarnos a comprender y sanar nuestras relaciones internas y sistémicas.
En última instancia, ayudarnos al trabajo sobre sí y ponernos más amorosos en la vida.
Esta integración nos permite un acceso profundo a la naturaleza del ser, al identificar patrones de comportamiento y dinámicas transgeneracionales que nos influyen a nivel inconsciente. De hecho, muchas veces nos pasan cosas que tienen que ver con algo tan antiguo que viene de otras generaciones y que solo con el trabajo terapéutico, a veces, no basta. Son terrenos inciertos, delicados y sutiles; pero que vale la pena explorar.
1 Comprendiendo las herramientas
El Eneagrama: Personalidad y esencia
El Eneagrama de la personalidad explora nueve tipos básicos de personalidad, cada uno definido por una pasión y fijación dominante. Estas características surgen de heridas infantiles que moldean nuestras defensas y nuestra forma de estar en el mundo. Estas dinámicas no son estáticas; el Eneagrama ofrece un camino de autotransformación hacia la esencia auténtica del ser.
En palabras del propio Naranjo, “el carácter, derivado del griego charaxo (‘grabar’), hace referencia a lo que es constante en una persona porque ha sido grabado en uno, es decir, a los condicionamientos cognitivos, emocionales y de comportamiento”.
El Eneagrama, por tanto, ilumina cómo estas marcas configuran nuestra forma de responder al mundo y de buscar (o evitar) nuestras necesidades esenciales.
Las Constelaciones Familiares: Ordenando el sistema
Las Constelaciones Familiares, desarrolladas por Bert Hellinger, revelan cómo las dinámicas familiares influyen en nuestra vida. Estas se centran en los «Órdenes del Amor», tres principios fundamentales que rigen el equilibrio en los sistemas familiares:
- Pertenencia: Todos tienen un lugar en el sistema familiar. La exclusión genera desequilibrios que afectan generaciones posteriores.
- Jerarquía: Los que llegaron antes tienen prioridad; respetar este orden asegura la armonía.
- Equilibrio entre dar y recibir: Las relaciones saludables requieren un intercambio equilibrado para evitar dinámicas de deuda o dependencia.
El objetivo es liberar bloqueos que perpetúan el sufrimiento, permitiendo que las personas ocupen su lugar con libertad y dignidad.
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El vínculo entre ambas herramientas
El Eneagrama y las Constelaciones se complementan al abordar tanto las dinámicas internas como las sistémicas.
Por ejemplo, una persona con características del eneatipo 2, cuya pasión es el orgullo y cuya fijación es ayudar compulsivamente (desde la falsa generosidad), podría descubrir en una constelación que este comportamiento deriva de una necesidad inconsciente de “compensar” algo que vivió en su infancia o una carga que el propio sistema familiar va pasando de generación en generación.
Al trabajar en ambas herramientas, es posible desmantelar estos patrones y avanzar hacia relaciones más auténticas y libres.
«Cuando un hijo es más importante que nadie para uno de los padres, no se le hace un regalo, sino que se le da una carga y sacrificio; no es abono, sino sequedad disfrazada de encantamiento. Los hijos no necesitan sentirse especiales ni tienen que ser el todo para los padres. Eso es demasiado.»
Joan Garriga
2 Las heridas infantiles y las pasiones del ego
Las heridas como base de las pasiones
Cada eneatipo surge como una respuesta adaptativa a una herida de la infancia. Estas heridas se convierten en las pasiones del ego, que perpetúan la desconexión con nuestra esencia.
Según Naranjo, “el núcleo de toda psicopatología es un vacío óntico que coexiste con una percepción de pérdida de ser”.
Si te interesa saber más sobre heridas de la infancia echa un ojo por aquí.
«La verdadera patria del hombre es la infancia».Rainer Maria Rilke
2.2 Deseos y carencias según el Eneagrama
Nuestras pasiones son motivaciones deficitarias: intentos de llenar una falta percibida en nuestra infancia.
Por ejemplo, un eneatipo 3 busca éxito y validación externa para compensar su miedo al fracaso y la insuficiencia.
En este sentido, las pasiones nos atan a un círculo vicioso de insatisfacción, que el Eneagrama nos ayuda a identificar y trascender.
2.3 Resolviendo los desequilibrios en los Órdenes del Amor
Las heridas de la infancia también afectan nuestra posición en los Órdenes del Amor. Por ejemplo:
- Desequilibrio de pertenencia: Un niño excluido o no reconocido puede desarrollar un patrón de aislamiento, como en el caso de ciertos eneatipos (E4 o E5). Estos dos eneatipos con los que viven más sumidos en la carencia.
- Desequilibrio jerárquico: Un hijo que asume roles parentales puede pertenecer a un eneatipo 8, con patrones de sobreprotección o control. Incluso un niño con boletos para terminar siendo E1 puede empezar a “padrear” desde la misma adolescencia.
- Desequilibrio entre dar y recibir: Un eneatipo 6 puede sentirse atrapado en relaciones de deuda emocional, buscando seguridad sin lograr reciprocidad. De hecho, muchas veces la vida del E6 es una danza continua entre la búsqueda de jerarquía y su rebelión a la misma. También un E2 puede sentir que no necesita nada y que todo lo que tiene es para cubrir al otro. Desde ahí se pone en un altar y vive la vida embargado por la soberbia.
El trabajo con las Constelaciones permite desentrañar estas dinámicas y restaurar el equilibrio.
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Taller presencial: Constelando tu eneatipo
“Todos tenemos creencias que nos impiden ser lo que deseamos ser. Cuando más nos perjudican estas formas de pensar o estas creencias, más tratamos de ocultarlas. Incluso llegamos a creer que no nos pertenecen. Poder superarlas exige, por tanto, que nos reencarnemos en repetidas ocasiones. Nuestra alma podrá alcanzar la felicidad plena sólo cuando nuestro cuerpo mental, emocional y físico estén atentos a nuestro Dios interior.»
Lise Bourbeau
3 Trayectorias de Naranjo y Hellinger
Claudio Naranjo: Transformación desde el ego
Claudio Naranjo dedicó su vida a explorar la estructura del carácter y sus vínculos con las pasiones del ego.
Su enfoque, basado en el Eneagrama, combina psicoterapia, espiritualidad y una profunda comprensión de la condición humana, dando lugar en los años setenta al eneagrama de la personalidad.
Para Naranjo, el carácter es tanto la fuente de nuestra neurosis como el mapa hacia nuestra transformación. En sus palabras: “Nuestro conflicto básico, nuestra manera fundamental de estar en lucha con nosotros mismos, es la interferencia de nuestro carácter en la autorregulación organísmica”.
Bert Hellinger: Sanando el sistema
Bert Hellinger, por su parte, desarrolló las Constelaciones como una respuesta a las dinámicas familiares inconscientes que perpetúan el dolor emocional.
Su concepto de «Órdenes del Amor» ofrece un marco para restaurar el equilibrio en los sistemas familiares, permitiendo a las personas reconciliarse con su pasado y asumir su lugar en el presente.
Partimos de la evidencia de que por ejemplo los nietos de abuelos que participaron en una guerra tienen unas secuelas “invisibles” que no tienen personas sin estos antecedentes. Es como si hubiera una forma misteriosa de transmitir una herida traumática que de manera inconsciente condiciona nuestro presente. Cuando esto es algo “gordo” las consecuencias pueden ser mucho mayores de las que nos imaginamos.
El trabajo que propone tiene que ver con, más allá de que haya pasado, poner al quienes nos precedieron en su lugar. En sus propias palabras: “Honrar a los padres significa tomarlos tal como son, y honrar la vida significa tomarla y amarla tal como es: con el principio y el final, con la salud y la enfermedad, con la inocencia y la culpa.”
Convergencia de perspectivas
Aunque Naranjo y Hellinger trabajaron desde enfoques distintos, ambos compartían la visión de que la sanación requiere una comprensión integral del individuo y su contexto.
Mientras que Naranjo explora las dinámicas internas del ego, Hellinger ilumina las influencias sistémicas que las sostienen.
Su trabajo conjunto puede abrir puertas a una comprensión más profunda y una transformación duradera.
La integración del Eneagrama y las Constelaciones Familiares es una invitación a explorar nuestras raíces emocionales y relacionales.
Estas herramientas, junto con el legado de Claudio Naranjo y Bert Hellinger, nos recuerdan que la sanación es un proceso tanto individual como colectivo, que requiere mirar hacia adentro y hacia nuestro sistema familiar.
Autores: Agnieszka y Lorenzo (Haiki)
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