Distorsiones amorosas de los eneatipos

Los rasgos neuróticos de nuestro carácter son la principal dificultad para que podamos amar en plenitud.

Si no somos capaces de verlos, seguiremos atados a los patrones «amorosos» del ego.

De nosotros depende radiografiarlos y trabajar para que se produzca la transformación.

TRIADA EMOCIONAL O SENTIMENTAL

ENEATIPO 2:

-Perturbaciones en el amor (creencia limitante):

Su necesidad de sentirse el centro del mundo, les lleva a una soledad extrema. Nadie podrá estar a su nivel, por lo que, consciente o inconscientemente, ven al otro como un ser inferior. Y estar en el pedestal tiene un precio muy caro: la búsqueda de una intensidad constante. El resultado es la frustración, pues esto no es factible para nadie.  Recordamos que el eneatipo dos dará mucho a la pareja, pero tiene que haber luego una vuelta, sino consciente o inconscientemente se sentirá la decepción. 

En este sentido, la experta en eneagrama, Melisa Santilli (eneagrama integral) apunta: «(…) Las personas Eneatipo 2 suelen tener una fuerte necesidad de ser amados y de amar. Les motiva sentirse importantes, elegidos y deseados. Cuando un «Eneatipo 2» te ama, lo hace acercándose, con muestras de afecto y empatía, lo hace poniendo atención a los detalles que son importantes para tí y ayudándote en lo que sea necesario. Cuando no están centrados pueden volverse demandantes y dependientes. Es posible que la ayuda y atención que te brindan sea un escape para no conectar con sus verdaderas necesidades. La mejor forma de amarlos es valorarlos por quienes son y no por la ayuda que te puedan brindar. Puedes acompañarlos a que validen y satisfagan sus necesidades personales».

las personas doses con un punto de neurosis más alto del habitual pueden resultar un poco maquiavelicas; es decir, toman al otro como un medio para conseguir su recompensa en vez de un fin en sí mismo. Así, el chantaje emocional puede ser más frecuente de lo que nos imaginamos. Muchas veces, este chantaje es lo suficientemente sutil para que casi pase desapercibido. También, conviene puntualizar que en el caso de las chicas, normalmente, en la infancia fueron el ojito derecho de papá. Esto crea una sensación de privilegio y un enganche por ser ella la elegida.

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«La gente tiene tanta razón. No estoy en paz. Soy fuego, soy vida, soy color, soy esencia, soy placer, soy rebelión, soy instinto, soy piel, soy revolución.Puedo ser cualquier cosa menos tranquila. » Frida Kalho

ENEATIPO 3:

-Perturbaciones en el amor (creencia limitante):

En el amor suelen encontrar la crudeza de alguien que no se enamora de lo que realmente son ellos, sino de la imagen que con tanto ahínco han construido. En función del subtipo son más decididos en el contacto o menos. Los tres sociales son más de ir a por lo que quieren y los conservación se quedan esperando. Los tres sexuales lo dan todo en la pareja, para ellos es el centro de su universo. El eneatipo tres necesita sentir que el otro está por ellos Que lo tiene totalmente a sus pies. Para ello, sobre todo en los subtipos conservación y sexual, harán lo que sea para conseguirlo. Y lo que sea pasa por ser excesivamente complaciente, no poner los límites en su sitio y, sobre todo, poner el foco en el otro, en la pareja. Así se olvidan de sí mismos y su mantra pasa a ser: «yo estoy bien, si tu estás bien». Es su forma de tapar su gran vacío interno. Eso sí, el peaje es muy alto: falta de contacto con sus deseos reales y un agotamiento casi crónico por estar a expensas del otro. De hecho, el tres conoce a su pareja al milímetro para, con ello, poder tenerla siempre satisfecha. Es su manera de «asegurar» que nunca le abandonarán. En la cama son personas también muy complacientes; es decir, antepondrán el placer del otro u otra antes que el suyo propio.

Siguiendo esta línea, David Barba, director de editorial La Llave y autor del libro el Eneagrama del mulá Nasurdín, comenta: «(…) Uno de los problemas más frecuentes del vanidoso es du desconexión entres la respuesta amorosa y la sexual: las relaciones íntimas son un asunto turbulento en su vida y es habitual que sienta un gran deseo por un ser al que no ama, mientras ama a otro ser por el que no tiene deseo sexual. Es difícil que una persona de este carácter pueda aunar amor y atracción sexual hacia el mismo ser: suele vivir esta escisión guardando las apariencias, dotándose de un amante y continuando con aparente normalidad con un matrimonio vacío en el que falta un contacto real y profundo. A este vacío cabe añadir que estas personas suelen acudir a terapia sólo cuando sus parejas las abandonan o están a punto de hacerlo y a menudo se traen siempre un mismo estribillo lamentoso: ¿Qué he hecho mal?».

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El propio David Barba proponer como estereotipo de chica 3 en el amor a Marilyn Monroe, en Los caballeros las prefieren rubias.

ENEATIPO 4:

-Perturbaciones en el amor (creencia limitante):

El eneatipo cuatro, como veremos mas adelante, suele tener mucho que ver con el carácter oral de la bioenergética. Eso significa que en la pareja están en demanda constante; esto no es un pedir, sino un necesitar que muestran desde la pena. Hay una oralidad compulsiva que hace que siempre tengan la sensación de que no son atendidas emocionalmente. Desde ahí, muchas veces, sus parejas o posibles parejas se asustan y, ante tanta demanda, desaparecen.

Si ve mucho amor cerca suya, tendrá envidia de sus amigas, hermanos o compañeras de trabajo. Quizás le estén contando que alguien tiene nueva pareja y está requetefeliz y nuestras envidiosas, lejos de alegrarse, pueden entrar en la comparación y, sobre todo, venirse abajo porque siempre son los demás los que tienen el amor de verdad y no ellas.

Continuando esta idea en palabras de Claudio Naranjo: «(…) Se puede decir que la persona envidiosa es adicta al amor. La envidia es un sentimiento carencial, una voracidad del otro, una especie de canibalismo amoroso que se autofrustra por su exceso. Por dos motivos lleva el exceso a la frustración: porque pide más de lo que es razonable esperar, y porque molesta al otro con su acoso. La situación puede compararse a la del bebé que muerde el pecho de la madre en su afán; a su frustración, que lo ha llevado a morder en primer lugar, se suma la producida por una madre dolorida que le pone mala cara o lo aleja. La exigencia excesiva es respuesta a una frustración anterior, naturalmente. Es como si estuviera diciendo: «Dame porque no me has dado lo suficiente, compénsame». Hay en esta exigencia de compensación un matiz de venganza. Para un adulto que no se desconoce completamente, la situación se complica porque se sabe “mordedor», y aquel que tiene una imagen negra de sí mismo -uno que percibe la carga agresiva que hay en su amor- no se siente digno y anticipa el rechazo».

Y cuando pensamos que vamos a ser rechazados, inmediatamente aumentamos las posibilidades de serlo.

También, tienen la falsa creencia de que el otro está con ellas porque no encontró algo mejor. Desde esta posición, se desvaloran y tienen miedo de ser abandonadas. Su fantasía catastrófica es que, en cualquier momento, el otro encontrará alguien mejor que ella y se irá.

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TRIADA MENTAL O RACIONAL

ENEATIPO 5:

-Perturbaciones en el amor (creencia limitante):

En el amor no quieren agobios. Valoran su independencia por encima de todo. Recordamos que la pasión del cinco no es tanto la avaricia en sí misma, como la avaricia de sí mismos. Con ello, se van a su cueva y, aunque en el fondo sí tengan ganas de amar y ser amados, ellos mismo se lo ponen muy difícil. A mayor aislamiento,  menos probabilidades de entrar en contacto con otras personas; así que, aunque sólo sea por probabilidades, menos oportunidades de que les pase algo en terrenos amorosos.

Hemos conocido a varios cincos que, aunque sí están comprometidos con su pareja, prefieren tener relaciones a distancia.  Tardan mucho en dar el paso de irse a vivir en pareja y cuando lo dan, evidentemente, no siempre les resulta sencillo. Se podría decir que, a diferencia de los sietes -que no quieren comprometerse-,  ellos sí que quieren. Quieren pero sólo pueden comprometerse un poco. Es decir, están sólo para una persona, pero al 50%. Necesitan quedarse mucho para ellos y ahí es donde se ve su desapego del otro casi patológico.

Las relaciones suelen ser duraderas y  tranquilas. Eso sí, en terrenos de intimidad suelen estar un poco apagadas.  Son conscientes de sus fragilidad y piensan (no sienten) que si se abren mucho al otro, este otro se llevará lo poco que tienen. 

Si la pareja es de la triada emocional/sentimental o un siete, esta tendencia a no mostrase puede ser un problema grave. 

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ENEATIPO 6:

-Perturbaciones en el amor (creencia limitante):

En el amor suelen ser personas leales y comprometidas. Les cuesta abrirse en canal, pero las ganas las tienen. A diferencia del cinco, no están tan en su cueva; con lo cual, tienen más oportunidades de que les surjan historias. Eso sí, dar el primer paso siempre le va a costar, a no ser que lo vea muy claro o estemos hablando del subtipo contrafóbico.  Ponen el foco en las relaciones y se las toman muy en serio; pero, aunque sean muy fieles, en el fondo no hay una entrega auténtica. Así, en el amor, por supuesto, siguen buscando la tan ansiada seguridad. El seis tendrá problemas con la libertad y los límites. Los suyos y los de su pareja. Pueden ser muy exigentes, posesivos y celosos. 

Según el autor del libro «Eneagrama, una brújula para el mapa y viaje interior», Luis Solinho: «(…) El seis se siente amado si se siente perdonado, ya que en el fondo sabe que es un lobo depredador, puesto que el miedo y la agresión siempre van parejos. Se trata de un amor sumiso – paternalista, que teme la la entrega por si es engañado, sometido, humillado y controlado. A la vez es temido, como reacción a su desconfianza, lo que jerarquizas las relaciones del amor. En el caso de la variante fóbica es han personas muy dependiente, que a cambio de su lealtad, deposita la angustia de elegir y la inseguridad en otra persona que encarna el rol paternal. Mientras tanto, el contrafóbico es una persona que asume la autoridad paternalista y se eleva respecto a los demás esperando su subordinación».

De hecho, en ocasiones, no es tan claro que uno esté en la fóbia o contrafóbia y en una misma persona suele haber esta ambivalencia. Los miedosos viven en una angustia vital en el amor y relaciones que les hace estar siempre en guardia por si a acaso. No saben para qué exactamente, pero siempre esperan lo peor y se ponen en los escenarios más catastróficos. Así, pueden estar seguros de que serán a abandonados o traicionados sin que objetivamente haya demasiados indicios para estar tan seguro.

El seis está desconectado de la emoción y le cuesta pararse a sentir. Así que, en esto del amor, el peaje por ser tan mental, suele ser demasiado caro. El susto que tienen en el cuerpo no les deja pasar a sentir desde el corazón. Mientras sus compis de triada, los sietes, tienen dificultad con el compromiso, el seis, si ha vencido su miedo inicial, será un fiel compañero. Eso no significa que no vaya a tener dudas; las dudas va a estar en el aire, incluso en relaciones consolidadas; pero, él no se va a permitir «fallar».

Por contra, podrá alargar demasiado ciertas relaciones que ya llevan tiempo acabadas. En el día a día son muy de poner pruebas para ver si la pareja está tan comprometida con ellos como debieran. Y claro tanta desconfianza encubierta genera el el otro una sensación de agobio. Desde ahí, no es extraño que se produzca aquello de la profecía autocumplida y el otro se canse de tanta paranoia. En lo sexual le puede cortar, en un momento dado, su exceso de corrección y en el amor dionisiaco – erótico le puede faltar un poco de energía. De hecho, es muy fácil que el seis, al igual que muchos treses, esté tan volcado en el trabajo que se olvide de temas más personales como la pareja o el amor. 

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ENEATIPO 7:

-Perturbaciones en el amor (creencia limitante):

La tendencia a buscar siempre algo más les lleva al GOLOSO a  evitar el compromiso; lo de estar atados no es para ellos. Como veremos más adelante, quien memos problemas tendrá con el compromiso de los tres subtipos de sietes, será el siete conservación.  Los menos comprometidos son los Peter pan del eneagrama: el siete sexual.

Como bien sabemos, la gula del siete no es sólo sexual; pero, cuando entramos en terrenos más sexoafectivos, se dispara. La novedad le pierde. Esta gula les puede llevar a obsesionarse con temas como el de la pareja (igualito que l@s doses y treses sexuales) o con ser el centro de atención. En general, tienen facilidad para los temas afectivos –si no entran demasiado en harina- y suelen ir de flor en flor. A los chicos les es bastante cercana la figura del Don Juan.

Claudio Naranjo comenta sobre los golosos: «(…) La persona autoindulgente necesita ante todo un amor indulgente y como aprecia que no se le exija ni se le pongan límites, también ofrece al otro permisividad. Si el amor ideal que busca tanto como ofrece el orgulloso es un amor-pasión, el ideal amoroso del goloso es algo más suave, tranquilo y a salvo de problemas. Un amor agradable que busca el agrado y que podría llamarse un «amor galante«, en asociación con la vida cortesana de la época de Fragonard y la corte de Luis XIV. Toma el amor como un pasatiempo, no como una embriaguez Es fruto hermoso que recoge, que saborea y que deja. Podría decirse que la psicología del EVII tiende a una confusión entre el amor y el placer y, por lo tanto, entre el amor y la no interferencia en el cumplimiento de los deseos»

Los golosos son amables y joviales y, desde ahí, ofrecen un amor sin compromiso y muy ligero. Les gusta lo liviano y no quieren que el otro reclame demasiado. Para él todo tiene que ser cómodo y grato en todo momento. Si la cosa se complica, sale por patas.

Muchas veces, los chicos sietes tienen una visión idealizada de la madre, lo que les lleva a buscar, consciente o inconscientemente, a una mujer imposible durante toda su vida. Lo del complejo de Edipo es un buen tema a resolver para ellos.

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Autor: Mattito

 

Una canción muy de sietes desenfadados:

TRIADA VISCERAL

ENEATIPO 8:

-Perturbaciones en el amor (creencia limitante):

En el amor van a tope y, como vamos diciendo, la lujuria está muy presente en sus vidas. Eso sí, pueden confundir amor con deseo y deseo con posesión.

En su variante más neurótica, entienden el amor como una posible victoria y se enfrentan a él como si fueran «de caza».

En cualquier caso, para ellos es un tema crucial. Lo que para la mayoría de eneatipos puede ser un tabú sexual, para ellos puede ser el pan nuestro de cada día. Pueden tener tendencia a lo morboso y problemas con la pornografía. En palabras de Claudio Naranjo: «Detrás de la actitud invasora de adelantarse y arrebatar, está su dificultad de recibir. Contribuye a esto la visión cínica que los otros tienen de los E8, además de la represión de la necesidad y del sentimiento de ser malas personas. Pero encubren todo esto con la racionalización de que la maldad no es maldad. Desde un punto de vista convencional, se les consideraría malos, pero ellos no creen en los valores convencionales; así que, adoptan un conjunto de valores distinto: la gente buena es hipócrita, y los malos son los realmente íntegros. Sin embargo, esto es una elaboración superficial, tras la cual existe un bajo concepto de sí mismos, una imagen de ser personas indignas. Por más que se lancen al encuentro de lo que quieren y lo arrebaten, el amor no puede arrebatarse; el amor sólo puede ser recibido. Así, sustituyen lo inefable que no puede arrebatarse por cosas tangibles. Y, aunque puede poseerse a alguien y obligarle a hacer lo que uno quiere, en el fondo eso no satisface, porque uno sabe que está manipulando, dominando. 

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«Sé gentil. No dejes que el mundo te endurezca. No dejes que el dolor te haga odiar. No dejes que la amargura te robe la dulzura. Siéntete orgulloso de que, aunque el resto del mundo esté en desacuerdo, todavía crees que es un lugar hermoso ”.Kurt Vonnegut

ENEATIPO 9:

Perturbaciones en el amor (creencia limitante):

El eneatipo nueve, el amor, lleva al extremo todo lo que venimos diciendo y le falta un poquito de egoísmo. Ser tan complaciente será siempre un mal negocio. De partida, pone al otro por delante de él y cuando alguien no se quiere primero a sí mismo, el amor que puede ofrecer al otro es un amor cargado de necesidad. Confunden el amor con el apego. Es una forma infantil de poner la felicidad de uno mismo en manos del otro. Este mecanismo de evitación de la confrontación, en el nueve, se ve llevado al extremo; pero cuidado porque, en menor o mayor medida, otros muchos eneatipos como por ejemplo el cuatro también lo hacen. 

Los masoquistas se sacrifican por el otro; por lo tanto, aunque sea desde un punto de vista neurótico, el amor que mejor se les da es el amor compasivo. De tan maternales que pueden ser, terminan resultando invasivos. Con el admirativo no van mal y con el dionisiaco o erótico ni lo huelen. En palabras de Claudio Naranjo: «(…) En los nueves vemos que predomina el amor al prójimo mientras que el amor por sí mismo es sentido como la mas profunda prohibición. El amor a Dios tiende a ser una experiencia menos prominente que el amor humano, aunque una fuerte tendencia religiosa puede llevar a que a veces no lo parezca. La tendencia religiosa de este tipo de personas suele ser resultado de la identificación con los valores de la sociedad y del amor al rito, y puede tratarse de una persona activa y a la vez piadosa, y sin embargo desespiritualizada en cuanto a que su relación con lo divino no entraña una disposición a (o un interés en) la vivencia mística.»

Los nueves son demasiado adaptables y esta es su particular manera de manipular. Es decir, si ellos están tan pendientes del otro, el otro nunca les dejará. Así “controlan” la situación y, además, se pueden vender como una especie de ángeles guardianes de sus parejas. 

En el fondo, hay un miedo atroz a la soledad, una desconfianza permanente en el otro y una inseguridad en uno mismo aplastante. Por todo ello, la codependencia, en el mejor de los casos, es un mal parche en este complicado mundo del amor.

Es una manera de reducir el miedo al abandono y el rechazo; pero, evidentemente, es pan para hoy, hambre para mañana. Sostener una relación así en el tiempo, es la mejor manera de garantizar la autoanulación y alejarnos de la felicidad.

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Una de sus ideas locas es “la necesidad del otro siempre es más importante que la propia”.

ENEATIPO 1:

Perturbaciones en el amor (creencia limitante):

Los unos, en general, son gente que les cuesta bajar a la emoción y mostrarse en pareja desde la parte más tierna y delicada. Incluso si son chicas es muy probable que se animen a llevar el rol más masculino dentro de la pareja. Como ell@s saben lo que hay que hacer, no se preocupan de consultar a su pareja posibles planes. Se los traen ya organizados para que el otro tan sólo tenga que sumarse a su «maravillosa idea». Si se le cuestiona estos planes, el eneatipo uno ya comienza a sentirse atacado. En la convivencia del día a día, es una persona que genera mucha tensión porque cada cosa ha de estar en su sitio. El sitio que, por lo que sea, él ha decidido. Todo esto, más allá del cansancio que le produce a él mismo, agota a quién intenta convivir con él. Son personas normalmente fieles que no les va una relación sin compromiso. De hecho, suelen ir a tope en pareja; pero, les cuesta salir de la monotonía. En un momento dado, les puede venir muy bien darse algún permiso y no ser tan correctos. Quizás tengan ganas y deseo de «devorar» a su pareja, pero se contienen las ganas por miedo a no hacer lo que moralmente se supone que toca. Es como si vivieran un poco castrados. 

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Los unos suelen ser todo buena voluntad en el amor, pero les falta emoción. Necesitan ponerse blanditos y tiernos. Son duros en el amor y se muestras excesivamente exigentes y superiores. Siempre hay un exceso de dominio y control.

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La canción de la gran Rigoberta es perfecta para contrarrestar el puritanismo uno.

 

Autores del post Agnieszka y Lorenzo (Haiki)

 
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