Como buen matrimonio de conveniencia, mi ego y yo intentamos tener la fiesta en paz. Aquello del yo, el super yo y el ello del amigo Freud nunca lo terminé de ver muy claro. Me parece demasiada gente viviendo en el mismo espacio; todo un follón. Acertadamente o no, yo me apaño mejor entendiendo la jugada como una cosa de dos, mi yo inventando, es decir, mi ego y mi yo auténtico.
También es cierto que, durante la mayor parte de mi vida la he pasado pensando que yo en realidad era mi ego y si me preguntaban por mi ego, yo pensaba que no existía. ¡!Pobre infeliz!! Así, darme cuenta que quien ha comandado la nave de mi existencia ha sido un yo falsificado, no deja de tener lo suyo.
Pero, como todo en la vida, más vale tarde que nunca, y haber entendido las reglas del juego es un excelente primer paso para seguir avanzando. Ahora, con todo más claro, sigo batallando contra él, y, de vez en cuando, veo que voy cogiendo el timón de la nave. Otras veces, me sigo pillando en la sombra y con él tripulando a toda pastilla la embarcación.
Aun así, la clave es ir minando su confianza para que sea él quien, finalmente, pase al ostracismo; aunque, como el tío es duro de roer, mientras tanto, me conviene aprender a quererle pues, en el fondo, tanto él como yo somos parte de una misma esencia.
El ego según el eneagrama:
Ego = Personaje
Personaje = Eneatipo = Personalidad
Personalidad= Temperamento + Carácter .
YO= Esencia (YO real) + personalidad (YO falso)