Vivimos en un mundo en el que todo ha de ser como a nosotros nos conviene, todo ha de estar bajo control y las cosas han de ser como tienen que ser; como tienen que ser según nuestro rasero ¡claro!.
Por eso, viene bien leer reflexiones como esta y recordar que dar una opción a que las cosas sean como realmente son, nos sana mucho.
“(…) Una de las fuentes de sufrimiento más comunes en el ser humano es el deseo de que las cosas sean distintas a como realmente son. Cuando un país pasa por una grave crisis, la población mira atrás y desea que todo fuera como antes, un antes que en su momento no se valoraba porque parecía aburrido o bien había otras aspiraciones.
Lo mismo sucede con las relaciones interpersonales. Quien tiene por pareja a alguien silencioso desearía un carácter dicharachero, y este último pondrá de los nervios a quien convive con él un día tras otro. ¿Por qué anhelamos siempre lo que no tenemos?”
“(…) Señor, concédeme serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que sí puedo y sabiduría para reconocer la diferencia”(Reinhold Niebuhr)
Autor: FRANCESC MIRALLES
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