Estupendo texto de 1962.
«A la atención desnuda solo le interesa el presente.
Enseña lo que muchos han olvidado: vivir con una conciencia plena en el Aquí y Ahora. Nos enseña a encarar el presente sin tratar de escapar hacia pensamientos acerca del pasado o el futuro. Para la conciencia promedio, el pasado y el futuro no son objetos de observación sino de reflexión. Y, en la vida común, el pasado y el futuro rara vez son tomados como objetos de una reflexión verdaderamente sabia, sino que solo son objetos de ensoñaciones e imagenería vana. La atención desnuda, al quedarse fielmente adherida a su atalaya, observa calmadamente y sin aprensión el paso incesante del tiempo; espera tranquilamente que las cosas del futuro aparezcan antes sus ojos, tornándose así en objetos presentes y volviendo a desvanecerse en el pasado. !Cuánta energía se ha desperdiciado en pensamientos inútiles acerca del pasado: por añorar ociosamente días días de antaño, por arrepentimiento y remordimientos vanos, y por la repetición sin sentido y ruidosa, en palabras o pensamientos, de todas las banalidades del pasado!
De igual futilidad es gran parte del pensamiento que se le da al futuro: esperanzas inútiles, temores infundados y preocupaciones inútiles.
Una vez más, todo esto es causa de pena y decepción evitables, lo que puede ser eliminado por la atención desnuda.”
Extracto de Nyanaponika Thera, The Heart of Buddhist Meditation. London: Rider, 1962.
Y visto en La vieja y novisima gestalt de Claudio Naranjo.