Esperamos que os guste este post. Es un poco diferente de nuestras habituales reflexiones, pero puede tener su interés. ¡Ya nos contareis!
………………………………….
-No me escuchas.
-¿Qué?
-Que no me escuchas.
-No tengo tiempo.
– Te pasas el día a la carerra. Todo el día ocupado. Una agenda que parece la de un ministro.
Para otras cosas sí tienes tiempo.
-Pero son cosas importantes.
-¿Más importantes que tú?
-Pues sí, más importantes que tú y que yo.
-¿De verdad? ¿Más importantes que tu salud?
-Son obligaciones. Tú no sabes de esto. Tú te piensas que la vida es cháchara, que la vida es diversión, que la vida está sólo para disfrutarla. Y sabes qué ¡así no llegas a fin de mes!
-No sé si llegaré a fin de mes, pero como sigas así, te vas a gastar todo lo que ganas en tener que curarte. Mira tu espalda y mira tu cuello…
-Es que no pillo postura para dormir, por eso me duelen.
-Tú no tienes un problema de postura; tú tienes un problema de que cargas con más de lo que puedes, de que te crees que puedes con todo… y ¿sabes qué? Lo que haces, no lo haces por obligación; lo haces por una falsa devoción. Sigues queriendo contentar a papá y mamá. Es como si te los hubieras comido a los dos y estés rindiendo pleitesía sin parar. No eres libre.
-Me estas tocando los cojones; no me gusta ni lo que dices, ni el tono. Me gustaría terminar esta conversación ya.
-Te gustaría terminarla porque eres un cobarde; porque cuando se te pone la verdad delante no tienes huevos de enfrentarte y huyes. Toda la vida has mirado hacia otro lado; pintar la vida de rosa no te hace más feliz. Te vuelve un idiota contento.
– Y ¡tú qué sabes! La vida, la vida… ¡quién te crees tú para dar lecciones!!
-Tómalo como quieras, pero a las pruebas me remito. Cuándo se nos acelera el corazón porque estamos nerviosos, nadie duda de la relación entre lo que te pasa a un nivel emocional y en un plano físico. Pero si te digo que tu espalda esta jodida por el peso de todo lo que haces, me miras con cara rara. Si te digo que sigues siendo un niño inmaduro que necesita la aprobación de papá y mamá, te crees que estoy loco.
-Yo no digo que no tengas algo de razón; lo que digo es que no me entiendes.
-Y yo lo que digo es que si no sacas el introyecto de “yo no necesito ayuda” de tu vida, tu vida te lo hará saber. Si no dejas de proyectar en los demás la mierda que no ves en ti, tarde o temprano, te darás cuenta de que te estás quedando sólo. Porque, al final, aunque por cobardía no lo digas, juzgas a todos aquellos que no son como tú; que no son tan responsables, que no son tan eficientes, que no tienen o quieren tener todo controlado.
-¿Qué hay de malo en tener orden y control? La vida en el caos es una angustia.
-La vida en el caos florece, y el orden también están en el caos. Lo que no vale de nada es querer que todo sea siempre como tú quieres que sea.
-Ya… dices de confiar más en el destino, ¿no?
-Cierto.
-De estar más abierto a la vida… Eso yo también lo veo, me quedo siempre en lo mío y, desde ahí, no veo al otro, a la otra. Tengo un punto narcisista.
-¿Un punto?
-Bueno soy un poco narcisista.
-¿Un poco?
-Joder… es como si pensará primero en mí, y luego en el otro, ¿no?
-Quita el “es como”. Admite que eres un narcisista egoísta de mierda y, por ahí, podemos avanzar.
-¡Tampoco será para tanto! Bueno…. Soy un narcisista y egoísta y sí, hago muchas cosas por obligación; tengo demasiados “deberías” metidos en mi cabeza. Además estoy hasta las pelotas de estar siempre pensando; es como si la mente no se callará nunca.
-La mente está bien; a la mente déjala en paz. Ahí está la consciencia pura y ese es tú verdadero yo. Lo malo es que tus pensamientos son un run run constante, que no te atreves a decir las cosas como vienen y que estás más en el futuro que en el presente. Eres todo fachada y no sabes sacar la rabia que llevas dentro. La rabia no es mala; la rabia nos trae a la vida. Lo que es malo es comerse la rabia; no expresarla. Pero bueno… por ahí no sigo, esto lo dejamos para otro día.
-Sí, que me olvido del aquí y ahora; que no doy lugar al placer en mi vida; que no conecto con el deseo… Como dicen por ahí, que lo dionisiaco no ha llegado a mi día a día; de vez en cuando me conecto con la creatividad, con lo lúdico y, desde ahí, estoy en el presente. Pero dura poco, tiene demasiado peso todo lo que tengo que hacer.
-Y ese peso se convierte en tu cárcel. Por suerte, tu cuerpo te está avisando y si no haces algo, irá a más y ya no será un dolor de espalda lo que llegará; será algo mucho peor…
-Pues sí, a la mierda con los deberías y con estar siempre complaciendo al otro, a la mierda con la mirada de los demás y sabes qué… a la mierda con lo que diga mi padre… y mi madre que se olvide de tener un niño pequeño y obediente para siempre.
– Ni tu padre espera ya nada, ni tu madre quiere un niño pequeño; eres tú, contigo mismo, el que te montas está película. Son falsas creencias que un día te metiste en la cabeza y que lo mismo que entraron, pueden salir. Responsabilízate de lo que haces; mejor dicho de lo que eres. No eches balones fuera; el aquí y ahora sólo depende de ti.
-Y yo quiero vivir la vida, gozar de los míos, saber que estoy aquí para algo más grande que satisfacer mis necesidades neuróticas. A la mierda con mi ego, a la mierda con todo lo que me invento que tengo que hacer, a la mierda con mis expectativas en los demás, a la mierda con mis exigencias y, a la mierda ¡con tanto miedo!
-El miedo está bien, pero sólo hasta un punto; cuando te domina, te vuelves un jodido contrafóbico y vas a machete con todo. No tienes término medio. Acepta las cosas son como son y, desde ahí, también puedes ser feliz.
-Sí… ya. Aceptar que no es lo mismo que estar resignado. Eso me cuesta mucho. También me cuesta admitir que no lo sé todo y que igual, a veces, tengo que pedir ayuda.
-Nadie dijo que esto fuera fácil.
-Necesito que me ayudes, necesito de tu cariño.
-Y yo te necesito a ti, pero no de tu yo falso; ese no me sirve. Necesito que me trates con cariño y yo también te lo daré. Esto es una relación de igual a igual.
-Pues… aunque me cuesta decirlo: Gracias. Gracias por hacer de espejo de lo que hay y darme un toque.
-Gracias a ti por confiar y darme la oportunidad de expresarme. ¿Sabes qué? Casi nadie deja hablar a su espalda. La mayoría de la gente piensa que no sabemos hablar, que no sabemos lo que nos pasa. Sin embargo, la realidad es que sabemos lo que nos pasa y también sabemos mucho de lo que a ti te pasa. También te aviso que otros órganos de tu cuerpo llevan tiempo queriendo hablar contigo y tú no les haces ni puto caso. Vaya que ¡tienes tarea!!jajajajja
-Pues nada. A afinar el oído toca. ¡Esto ha sido todo un viaje!!
-Es un viaje hacia dentro, y tú siempre andas buscando fuera. Necesitas tiempo para escucharte; si no lo tienes, nosotros tendremos que seguir chillando ¡para ver si te enteras de algo!
-Prometo intentarlo.
-Pues esto ha sido todo.
-Que no es poco.
-Ojalá no tengamos que volver a hablar…
-La cosa es que me empiezas a caer bien. Te empiezo a pillar el punto!!
-Y ¡ahora me estás seduciendo! jajajaj Vamos a dejarlo aquí que necesito distancia para, si llega la ocasión, decirte lo que te tenga que decir.
-Sí, ya… y yo te estaba embaucando un poco, ¿no? Bueno. Pues lo dicho y gracias de nuevo.
-Gracias a ti por confiar.
-Confiar…
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Autores del post: Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó (Haiki)
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Desde hace más de cinco años, nos dedicamos a ayudar a otros compañeros a tener una buena Identidad Digital, aumentar su visibilidad online y, en consecuencia, tener más oportunidades laborales. En el 2009 desembarcamos en la red y, desde entonces, no hemos dejado de formarnos y disfrutar de este maravilloso mundo.
Aunque de profesión original somos arquitectos, nuestro día a día se sustenta en tres pilares: la propia arquitectura, la Identidad Digital (talleres offline + cursos online) y nuestro “mundo Haiki” (Gestalt, Sat, yoga, crianza consciente, artes marciales…).
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Me llega especialmente en un momento donde mi cuerpo me ha gritado con fuerza. Gracias por el post, me toca parar ❤️??
Lo de parar casi siempre es un buen plan! Gracias por tus palabras.