Como ya os avisamos la semana pasada, parece que hemos cogido carrerilla (y un poco de orden) en esto de publicar las #minientrevistas y aquí estamos otra vez en el aire.
En esta ocasión, tenemos el placer de compartir con vosotros las respuestas que amablemente nos hace llegar Florencia Montefiore. Así que, si quieres saber más de ella, ¡no tienes más que seguir leyendo!
1_ ¿Qué es para ti la auténtica felicidad?
La auténtica felicidad es poder ser uno mismo; es la aceptación de lo que soy y decir está bien así. Es poder estar en el presente con la conciencia de saber que quizá no haya un mañana y disfrutar el presente al máximo con lo que hay. Es tratar de aceptarse no sólo a uno mismo sino a los demás; sin querer cambiarlos. Es aceptar el momento como es y no cómo quisiéramos que sea. Son las pequeñas cosas sentidas: un beso, una caricia, una palabra que nos atraviesa.
2_ ¿Cómo ha sido tu camino de crecimiento personal? ¿Cuáles han sido las herramientas que más te han servido y por qué?
Mi camino de crecimiento personal ha sido duro. He aprendido a mirar al otro, a escucharme, y a escuchar al otro… a tocar mi vulnerabilidad. A darme cuenta que la verdadera fortaleza es no rechazar a los débiles, pues eso era rechazar mi propia vulnerabilidad. A poder sentir que tengo derecho a sentir tristeza y a llorar mi historia; que no es necesario decir siempre lo que pienso y hacer lo que quiero. A tratar de ser más disciplinada y a vivir la vida con menos intensidad.
3_ Si nos centramos en el eneagrama, ¿cuál dirías que es su mayor potencial? Te animarías a contarnos en qué eneatipo te sitúas y qué es lo que más te identifica con él.
Mi eneatipo en el eneagrama es un ocho sexual. Lo que más me identifica es la posesión; esta actitud es una forma de relacionarse pobre e unilateral. Se trata no sólo de poseer gente, territorios, grupos, de ser el centro siempre. En mi trabajo de gestaltista trato de transformar esa energía en algo positivo, Así, uso la gran cantidad de energía que tengo (y mi transgresión e intuición) poniéndola al servicio hacia los demás con el mayor amor posible.
O sea, utilizo mi fuerza, mi intuición y mi carisma -también mi creatividad- para el servicio del otro. De esta forma, evito confrontar, pelear, transformando mi agresión en una energía amorosa. Todo ello, me ha causado, en grupos, los momentos más bellos y las devoluciones más hermosas que jamás he tenido.
Decir lo que pienso y siento, desde la empatía, cuando es necesario. Ser tan directa y cruda como soy, pero para una buena causa. Transgredir cuando ayuda al otro es mi forma de hacer gestalt. ¡Amo mi trabajo!
También tuve que trabajar mucho mi intensidad, usándola cuando es necesaria y buscar momentos de tranquilidad. No estar viviendo siempre al máximo. Poder parar de a ratos a estado para mí la tarea más difícil.
Aprendí, a su vez, a ser más compasiva al poder haber tocado mi propia compasión. Nadie puede dar lo que no tiene: nadie que no trabaja consigo mismo tiene profundidad para brindar al otro.
Para mí, haber hecho todos los programas SAT fue mi herramienta fundamental para un cambio real y profundo. Ninguno conoce, realmente, el eneagrama si no ha pasado por la experiencia de los SAT.
Eneagrama más SAT es la ecuación perfecta para una verdadera transformación: obra de mi maestro: Claudio Naranjo. A él agradezco todos mis cambios, aunque me falte mucho por cambiar. ¡ah! soy también un poco más humilde. Aprender a bajar la cabeza y escuchar alguna crítica de mi maestro sin tener siempre que retrucar ha estado uno de los trabajos más difíciles para mí. Escuchar lo que me dicen y poder callarme la boca y no decir nada; no confrontar lo he logrado solo en el último SAT y ha estado un aprendizaje duro pero sanador. No soporto la hipocresía, pero aprendí que no hace falta confrontar a cada hipócrita -también en la gestalt hay muchos-. Demasiada energía gastada para nada. También, en eso, a veces aprendí a callarme la boca.