Hacía unos días que no compartíamos ninguna MiniEntrevista y tenemos varias saliendo del horno; así que, ¡prepararos para una nueva remesa de esta sección que tanto nos gusta!
Así, hoy tenemos el placer de contar con nuestra amiga Teresa Martínez que, como veréis, nos manda una entrevista llena de emoción y transparencia.
¿Nos acompañas?
1_ ¿Qué es para ti la auténtica felicidad?
Es una sensación de estar llena de amor, de plenitud, de sentirme satisfecha, de engañar a la voracidad.
Es comprender las reglas del juego de la vida, que las cosas son como son, como pueden ser y no como yo quisiera. Por tanto, sería como soltar el mando del falso control, de la fantasía, aceptar que la vida es lo que es, aunque no me gusten muchas cosas y que yo llego a dónde puedo y que eso es suficiente para mí.
Mi maestra Carmentxu, una vez me dijo: “Teresa, es suficiente para ti”. Así que, no me quedó otra que no bajar la guardia, porque si lo hacía me pillaba de nuevo y volvía a sentir esa sensación de intentar llenar el vacío, ese que no se puede llenar de cosas, ese que solo se puede llenar de mí, de mi espacio, de mi respiración. Y es así cuando siento auténtica felicidad de la buena, de la que me hace sonreírle a la vida, a la gente, y veo las sonrisas y veo el amor y lo doy.
2_ ¿Cómo ha sido tu camino de crecimiento personal? ¿Cuáles han sido las herramientas que más te han servido y por qué?
Mi camino ha sido mi vida, con todas sus cosas, con todas sus experiencias, las dulces, las saladas, las ácidas y las amargas. Con sus regalos, mi familia de origen (mis primeros maestros), mi hija (mi regalito) y mi marido (mi gran compañero). He tenido y tengo muy buenos maestros, los de título, los de vida y los de arriba. Me siento afortunada y muy bien acompañada.
Cuando miro para atrás veo una mujer necesitada, que necesitaba ser valorada, ser vista, que tenía un agujero en la tripa, que pretendía cambiar el mundo y que la entendieran a golpe de tenacidad, cargada de sueños y buenas voluntades y bastante torpe. Y me da mucho respeto esa mujer y siento mucho amor por ella, porque con lo que tenía, hacía lo que podía.
Aún sigo escuchando algunas frases de esas que te pican, como serpientes, y te dejan dentro el veneno del aprendizaje: “que cada palo aguante su vela” (lección nº 1 de Carmentxu); “gusta de lo que no gustes” (Francis Elizalde en el SAT 1); “lo que está flojo, que se caiga” (1ª ley de Don Jorgito); “la gitana te dice: fuiste, eres y serás siempre feliz” (mensaje que me tocó en el sobre sorpresa de Jorge Llano y su equipo en el SAT 2); “uno puede ser útil a pesar de tener defectos” (Claudio Naranjo en el SAT 3); “ahora ya sabes que el amor no está en juego” (Francisco Lezaun de Rio Abierto).
El SAT 1 me descubrió a la mujer que hay en mí. Con el acompañamiento dulce y presente de Francis Elizalde tuve una experiencia de apertura de conciencia mágica. Con la ayuda de mi compañera Mariqui, visualicé mi agujero, comprendí que mi madre siempre había estado ahí, que toda mi vida tenía sentido y todo había sido necesario. Tengo un agradecimiento especial a Amor Hernández que voló desde la primera fila de terapeutas para cogerme y cuidarme como a un bebé recién nacido.
El SAT 2 me trajo a la hija carenciada que tenía varios pendientes que resolver y que tras hacerlo se volvió agradecida. Qué sanador poder abrazar a mi madre y decirle que la quería y que ahora la comprendía. El equipo Colombiano, con su amor, su sabiduría y fuerza fue “la bomba” para mí. Voy llegando a la conclusión de que me va mucho más el aprendizaje a pelo, a lo salvaje, que el suave e intelectual.
El SAT 3 me trajo la niña herida que en su nuevo útero volvía a nacer más sana gracias a la presencia amorosa y contenedora de Claudio Narajo, a la suavidad y gentileza de Cherif y a la sabiduría de todos aquellos terapeutas heridos y curados (Iñaki, Joan, Antonio, Assumpta, Graccia, Ginetta), que entre todos me enseñaron que el camino era el cuidado, el amor, la compasión, la dignidad, la honestidad y la responsabilidad.
Además de las herramientas de todos estos magos (el movimiento libre, el renacimiento, el teatro terapéutico y el personaje que te conviene, entre otros) una de las herramientas que recuerdo con más cariño son los encuentros con los iguales. Con los de tu número del eneagrama. Esa especie de casa dónde te sentías aliviada porque no eras la única, ¡qué descanso! Y las terapias mutuas, dónde los compañeros nos hacíamos de terapeutas unos a otros, y que cómo tú, iban poco a poco, cómo podían.
Otra clave importante ha sido aprender a escuchar a mi cuerpo, aprender a cuidarlo, a responsabilizarme de él. La disciplina y el compromiso son necesarios para mí y esto también lo he aprendido en estos caminos del cielo y la tierra.
Y, para el final, os desvelo la herramienta más potente, la más cortita, la de dos letras, la de la bioenergética: “yo, yo, yo…” Porque yo lo merezco, yo soy merecedora. Cada uno tiene la llave de su sanación y de su santidad.
3_ Si nos centramos en el eneagrama, ¿cuál dirías que es su mayor potencial? Te animarías a contarnos en qué eneatipo te sitúas y qué es lo que más te identifica con él.
El mayor potencial del eneagrama es que te muestra un camino para ir hacia el interior, para rescatarte y ayudarte a ser mejor persona y más feliz y para serle útil a la vida. A mí me gusta porque es la máquina de la verdad, no te sirve de nada si mientes. Y el proceso SAT, de la mano de Claudio, que lo envuelve todo con amor y sabiduría para que no te empaches y puedas digerir toda aquella verdad y conocimiento.
Yo soy el eneatipo 4 conservación-sexual, la tenaz y la salvaje. La salvaje ha sido mi tesoro y la tenaz mi cruz.
Soy tenaz, como dice Claudio, “la cabrina”, y como 4 envidiosa, de lo que los otros tienen y yo no.
Cuánto sufrimiento inútil me han dado ambas cosas ¡cuánta lata! hasta que he aprendido a dejar de empeñarme y a dejar de ser hacer y de ser tan exigente, tan voraz y de verme tan carente. En este sentido, ha sido importante situar ambas cualidades (la tenacidad y la envidia) a favor y no en contra; a ponerlas a trabajar para mí y no yo para ellas.
Un descubrimiento muy reciente ha sido un pensamiento que me he encontrado, una idea loca de esas, “las mujeres tienen que ser comprensivas y no enfadarse”. Me alegra haberlo descubierto y poderle decir que eso es mentira, como tantas mentiras que me conté que me hicieron creerme una carente. Y saber eso, también, me permite ver a mi niña herida y sentir compasión de ella y abrazarla con mis brazos contenedores de mujer más sabia y más resuelta que ahora soy.
He aprendido a no hacer tanto. Yo siempre he sido “del hacer” y me está tocando aprender no hacer. En el no hacer yo pongo meditar, estar presente, escuchar. Sobre todo permitirle al otro equivocarse, no hacer por él.
Para mí, la contención es la clave, contenerme, limitarme, parar. En resumen, dejarme en paz.
Texto editado por: Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó
Haiki en Facebook, AQUÍ.
Haiki en Twitter, AQUÍ. @_Haiki
*Haiki está formado por Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó (también en Stepienybarno). Ambos desde el 2009, y de manera muy intensa, están al frente de diversos proyectos digitales. Su presencia en la red se sustenta en tres pilares: la arquitectura, la Identidad Digital y nuestra actividad más personal en este blog de Haiki.
*Tanto Agnieszka Stepien como Lorenzo Barnó, han realizado el proceso SAT de Claudio Naranjo y, actualmente, están realizando la formación en terapia Gestalt. A su vez, tienen segundo nivel de Reiki y son practicantes de artes marciales como Taekwondo, Kung-fu o Tai chi.
* Los editores de esta publicación digital no nos hacemos cargo de de los comentarios y conceptos vertidos en los textos firmados por otras personas, siendo éstos de responsabilidad exclusiva de sus autores.
* Tu comentario pudiera ser moderado, por lo tanto, aunque aparezca inmediatamente al ser publicado en la entrada, los editores de esta publicación digital nos reservamos el derecho tanto de editarlo (si fuera necesario, para hacerlo más legible) como de eliminarlo en el caso de que se usen expresiones incorrectas (descalificaciones, palabras malsonantes…). A su vez, si quieres comentar desde el anonimato puedes hacerlo, aunque, nosotros personalmente, agradecemos que tod@s nos podamos identificar.