Por Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó para Haiki _ en busca del YO real.
En las artes marciales existen una serie de movimientos encadenados que reflejan situaciones de un ficticio combate en el que el practicante debe repetir de manera precisa y sistemática como mínimo 30 posiciones. En Taekwondo se llaman pumses, en Karate, katas y en kung fu, Hsing Shi, pero, en todos los sistemas, lo importante es que cada forma esté completamente interiorizada para que salga casi sola. Evidentemente, para que el cuerpo se mueva de manera tan armoniosa y calculada, necesitamos de nuestro inconsciente, nuestro inconsciente entrenado. No es algo que estaba ahí y pasa de repente al primer plano; por el contrario, es algo que lleva meses, incluso años, de entrenamiento para ser adiestrado. Parecido, aunque de manera mucho más simple, ocurre cuando conducimos o escribimos en el teclado del ordenador.
Sin embargo, creemos que comandamos nuestras vidas, que somos nosotros quienes tomamos las decisiones y quienes llevamos la batuta del concierto. ¡Amos y señores de nuestro destino! Nada más lejos de la realidad, ni siquiera en la mayoría de las pequeñas acciones diarias que hacemos habitualmente somos los directores de las mismas. Solo controlamos un pequeño número de pensamientos y actos, de emociones mejor ni hablamos (y si las controlamos ¡peor todavía!).
Así, necesitamos humildad para reconocernos en nuestra realidad y, por otro lado, ser conscientes de que ese inconsciente se puede entrenar a nuestro favor o podemos llenarlo de mensajes negativos que, para nuestra desgracia, serán los que comandarán buena parte de nuestra vida.
Por ello, necesitamos de la meditación, del pensamiento contemplativo, para poder tener relaciones mucho más amorosas, más auténticas y, ya de paso, dejar de criminalizar nuestros instintos y deseos. Volver a dar su lugar a nuestro niño interior, liberándonos del autoritarismo integrado en nuestra más tierna infancia, nos dará un nuevo lugar en el mundo. Así, nuestros tres motores, de los que ya hablaba Gurdjieff en los años treinta, la emoción, el intelecto y la acción, trabajarán de manera alineada a favor de nuestra felicidad.
Por Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó para Haiki _ en busca del YO real.
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*Haiki está formado por Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó. Ambos desde el 2009, y de manera muy intensa, están al frente de diversos proyectos digitales. Su presencia en la red se sustenta en tres pilares: la arquitectura, la Identidad Digital y nuestra actividad más personal en este blog de Haiki.
*Tanto Agnieszka Stepien como Lorenzo Barnó, han realizado el proceso SAT de Claudio Naranjo y, actualmente, están realizando la formación en terapia Gestalt. A su vez, tienen segundo nivel de Reiki y son practicantes de artes marciales como Taekwondo, Kung-fu o Tai chi.
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