La mayoría de la gente que llega al eneagrama tiene demasiadas ganas de
ubicarse en un eneatipo. Esto hace que no se den el tiempo necesario para entender
bien la teoría del eneagrama y, en realidad, tampoco a ellos mismos.
Además, hay muchos rasgos de la forma de ser de cada personaje que se repiten
en varios eneatipos. Esto hace que, en muchos casos, sea realmente complicado
saber el eneatipo con el que nos podemos identificar y, de hecho, suele haber un
momento del proceso en que parece que podemos ser casi todos.
Sobre todo esto, vale la pena reflexionar. ¿Nos acompañas?