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El eneagrama de los INSTINTOS

Tener claras las tres triadas del Eneagrama (Emocional, Racional y Acción) es un primer paso para entender los 9 eneatipos. Una vez entendidos los 9 personajes básicos con los que nuestros egos se identifican, toca seguir profundizando. Quedarse tan sólo con las 9 tipos de personalidad es como ir a un combate con los brazos atados. Por muy bueno que seas con las piernas tienes las de perder.

Por ello, animamos a entender muy bien los tres subtipos de cada eneatipo. De esta forma, recordando uno de los libros de Claudio Naranjo, llegamos a los 27 personajes en busca del ser.

Con todo ello, lo mejor será darnos una vuelta por cada uno de los eneatipos y sus subtipos. ¿Nos acompañas?

Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo”.

Armando Palacio Valdés

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Cada uno de los subtipos tiene que ver con los que se denominan los instintos (Conservación, Sexual, Social).

Cada Instinto tiene patrones comunes que cobran su sentido en función del eneatipo que estemos hablando. Es decir, si por ejemplo hablamos de un siete conservación (familia) y de un tres conservación (Seguridad), veremos ciertas tendencias cercanas a la contención y la planificación, pero los matices será muy diferentes. En este caso, el siete seguirá presa de su gula y el tres de su pasión por el reconocimiento.

Los instintos tienen tanto la parte luminosa que nos conecta con el mamífero que somos y con el niño que fuimos, como una parte más oscura que se viste de neurosis. En la siguiente descripción, en favor de poder radiografiarnos con más precisión, nos fijaremos en la sombra de cada una de las 27 formas de ser. Eso sí, no olvidar que la virtud o sanación suele estar en la dirección contraria a lo que son nuestros patrones de comportamiento, fijaciones y pasiones. Pero, como decimos, ahora es momento de seguir localizando nuestros puntos flojos o puntos ciegos. No se trata de hacer caricias al ego; bien al contrario, toca auto-observarse y dar un paso al frente.

Cada tirada tiene tres eneatipos en función de un motor fundamental: la emoción, la razón y la acción. A su vez, a modo orientativo, podemos ver en cada triada una gradación en la introversión-extroversión. De esta forma, apreciamos que en la triada sentimental el dos es el más extrovertido y el cuatro el menos. En la triada racional, el cinco es el más introvertido y el siete el más extrovertido. En la triada de la acción el ocho sería el más introvertido (a su manera antisocial) y el uno el más extrovertido (por sus ganas de cambiar el mundo).

En este post vamos directamente a lo que son los rasgos principales de cada subtipo sin pasar por el análisis que hacemos de los propios instintos. Si quieres acceder a este información, en nuestra opinión, muy valiosa, lo puedes hacer en: Curso – Taller ONLINE Eneagrama de los instintos

las 27 formas de ser

1 INSTINTOS BÁSICOS

En el lenguaje del eneagrama podemos decir que cada uno de los eneatipos está compuesto de tres subtipos o bien podemos decir que tiene tres instintos. Estas tres variantes de cada eneatipo son la social, la sexual y la conservación. 

‘impulso, motivación’La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta de la persona hacia metas o fines determinados; es el impulso que mueve a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación. La motivación es lo que le da energía y dirección a la conducta, es la causa del comportamiento

La etimología de la palabra instinto proviene del latín (instinctus) que viene a ser: Impulso, motivación. 

Desde la motivación nos activamos hacia un lugar u otro. Tenemos una meta a la que dirigirnos y nos movemos hacia ella. Si a la motivación le sumamos la fuerza de voluntad y la constancia tenemos la determinación

Hablamos del impulso que acompaña a esta dirección desde la acción, pensamiento y sentimiento. Si no hay coherencia entre los tres centros perdemos armonía y coherencia.

Desde ahí, tenemos un foco y nos volvemos resilientes. Siempre hay dificultades, pero la resiliencia es la capacidad de caer y levantarnos para perseguir ese objetivo original. Como bien dice nuestro admirado Alex Rovira, la resiliencia sostenida en el tiempo se convierte en Longanibilidad. Es decir, cuando tenemos un para qué, encontramos los cómos y los qués. 

Toda esta energía y claridad nos ha traído hasta aquí en forma de instintos. Los instintos son parte de nosotros y nos han ayudado a construir nuestra personalidad. Eso sí, como todo en la vida tiene sus luces y sus sombras.

A día de hoy, entender el instinto desde este impulso o motivación es una idea que nos ayuda a entender mejor qué queremos decir con los instintos del eneagrama. La finalidad de este impulso siempre será adaptativa. Es decir, podríamos hablar de los impulsos que tod@s tenemos y que hacen que nuestra forma de ser tenga más que ver con lo conservativo (uno mismo), lo sexual (relación con el otro) o lo social (nuestro lugar en el grupo).

Los instintos tal como los estudiaremos, tienen algo que ver con las pulsiones de Sigmund Freud, pero van mucho más allá.

Así que, antes de entrar en materia de lo que es cada eneatipo en función de su subtipo, vamos a dar algunas pinceladas teóricas que nos vendrán bien para asentar ideas. 

Los instintos son los rasgos de carácter que tienen que ver con tres áreas principales en la vida el yo-yo (conservación), con el yo-tú (sexual) y con el yo-nosotros (social). Desde aquí, veremos que cada eneatipo tiene una forma de ser concreta en función de las tres variables. En palabras de Claudio Naranjo: “(…) el amor al yo animal se relaciona con nuestro instinto de conservación, nuestro amor humano o nuestro amor al tú constituye el florecimiento de la sexualidad, y nuestro amor a los valores supremos enlaza no sólo con lo paterno, sino con el proceso de socialización y el instinto social de relación propiamente dicho”.

En un principio, los instintos son tendencias biológicas (necesidades físicas, psicológicas…)  para adaptarnos a este primer entorno que tiene mucho que ver con la casa y la familia.

Con todo ello, sería bueno ir definiendo qué entendemos por cada instinto y, así, poder hacer una aproximación general, antes de entrar en detalle.

Los instintos tienen una carga biológica evidente que nos conecta con nuestra parte más animal, pero también otra componente más cultural (incluso simbólica) o conductual.

Darnos una vuelta por lo que se mueve en cada instinto es muy parecido a radiografiarnos desde la rueda de la vida. Es decir, podemos ver cómo nuestra forma de ser afecta a cada área importante de la vida. Algunas de ellas como el dinero o trabajo, podrán estar presentes en los tres instintos y otras, como la salud, lo estarán más en uno de ellos, en este caso, el conservación.

En los subtipos conservativos estamos a la defensiva, en los sexuales al ataque y en los sociales defendemos y atacamos según las circunstancias. También, se puede entender de otra forma. En el instinto de conservación hay una mirada a largo plazo (estrategia), en el sexual funcionamos desde el impulso más inmediato (táctica) y en social volvemos a combinar ambas dimensiones.Por último, como veremos en la descripción más detallada de los instintos, también podemos hacer un guiño a la pirámide de Maslow y situar cada instinto en uno de sus escalones.

2 LOS TRES INSTINTOS DEL ENEAGRAMA

2.1 INSTINTO   o SUBTIPO CONSERVACIÓN

El instinto conservación tiene que ver con la casa, con la seguridad, con el cuidado de uno mismo. Lo conservativo funciona en retirada y hay un repliegue claro de la energía.

Las personas con este instinto predominante, buscan las rutinas y las relaciones desde la confianza. No quieren sorpresas.

Se marca el territorio y se tienen muy claros los límites. 

Desde aquí, intentamos satisfacer las necesidades básicas (parte inferior) de la pirámide de Maslow.

En los subtipos conservación, hablamos de contención y de acumulación. Es decir, todas las acciones que nos ayuden a preservar la vida y la salud. Entre ellas se encuentran la evitación del peligro, la alimentación, el dinero, la búsqueda de abrigo, etc.

A este instinto no le gusta la escasez, desde ahí, se siente en peligro.

En el mismo confinamiento pudimos radiografiar nuestro instinto de conservación. Hubo quien compró lo justo y otros que compraron papel higiénico como para un regimiento. 

2.2 INSTINTO  o SUBTIPO SEXUAL (intimidad)

Aquí nos centramos en el tú, salimos del yo y todavía no estamos en el nosotros. El nombre de «sexual» no ayuda y tampoco el que se oye en corrientes «no naranjianas» para este instinto: navegador. Lo que sí que tenemos claro es que cuando vamos sanando este instinto se producen momentos íntimos con un punto auténtico y desnudo. 

Después de nuestra inversión en lo conservacional, en el instinto sexual tenemos que ampliar la mirada. Lo sexual tiene que ver con la expansión y hay una puesta en juego de energía muy grande. Se trata de contactar con lo “dionisiaco” y con la búsqueda del placer. También, con el saber defendernos o decir las cosas con asertividad. ¿dónde queda nuestra agresividad cuando más hace falta?

Nos ponemos en juego desde la intimidad y esto, muchas veces, da mucho miedo. Nuestras vergüenzas y miedos se ponen en evidencia.

Conviene salir de lo racional y conectar con el corazón. ¿Nos podemos relacionar con libertad para que nuestras almas se fundan? 

Es el instinto de reproducción y la llamada a la maternidad-paternidad estarían presentes en este instinto. En la pirámide de Maslow nos encontraríamos en la parte intermedia: Afiliación (amistad, afecto, intimidad, sexo).

Salimos de la cueva y el otro se hace forma. Con ello, nosotros nos ponemos en juego y el juego muchas veces no tiene reglas escritas. Muchas veces, navegamos en la incertidumbre. Las certezas son menos seguras y hay cierto espacio para la aventura. Es el momento de la creatividad, la curiosidad y el mostrarnos.

2.3 INSTINTO o SUBTIPO SOCIAL

Lo social, en gran medida, tiene que ver con lo relacional, y ahí, como en todo si lo miramos desde la sombra, cada eneatipo social tiene más dificultades que bondades.

En este instinto abandonamos la mirada a uno mismo y al otro en exclusividad y pasamos a vernos en función del grupo o de la sociedad.

Según la Real Academia de la Lengua Española, sociabilidad es la “cualidad de sociable” o “calidad de sociable”; es decir, la inclinación de las personas a relacionarse con otras, en buena armonía y costumbres.

Hablamos de algo parecido al instinto de superación. Desde aquí queremos crecer y ocupar nuestro lugar en el mundo. Surgen los vínculos y las relaciones que aunque suelen ir de la mano no son lo mismo. Aparece la idea de pertenencia. Se ponen en juego los valores de cooperación y la idea de equipo -ser parte de algo más grande que nosotros-. Y, desde ahí, podemos conectar con la humildad de ser uno más, o poner en juego nuestros dones para liderar. 

Cada subtipo tiene un concepto diferente de tribu y, en función, de ello actúa e interactúa.

Recordamos que, el subtipo social está pendiente de lo social, pero no implica, necesariamente, que sea una persona sociable.

Si te interesa saber más del tema desde esta perspectiva, en nuestro curso de ENEAGRAMA DE LOS INSTINTOS (ver aquí), desarrollamos con detenimiento las ideas que acabas de leer.

3 LOS SUBTIPOS DE CADA ENEATIPO

Acceder al post: Los SUBTIPOS de los eneatipos del eneagrama (ver aquí).

FORMACIÓN EN HAIKI

Autores del post:

Agnieszka Stepien + Lorenzo Barnó

(Haiki)

2 comentarios en “El eneagrama de los INSTINTOS”

  1. Pero qué post más completo.
    Muchas gracias por tanto.
    El tema de los subtipos es tan importante para identificarnos bien y claro, despu{es empezar ese proceso de desidentificación.
    En mi caso fue fundamental este matiz que da el instinto.

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