El poder del eneagrama

En el post de hoy veremos la razón por la cual el eneagrama es una herramienta tan poderosa. “Adivinar” nuestro eneatipo no es tan importante como muchos piensan. La clave está en que el eneagrama nos ayuda a emprender un viaje; un trayecto con destino a nosotros mismos. Os contaremos cómo  lo entendemos nosotros (entrando de lleno en la parte sombría de nuestro personaje).  A su vez, pensaremos en voz alta sobre lo que ocurre cuando comienzas a profundizar en el eneagrama y la neurosis comienza a remitir.

¡Ah, que tú no tienes ninguna neurosis! Bueno… sobre esto también hablaremos en el post. ¿Nos acompañas? 

El eneagrama es una herramienta de mapeo de la personalidad humana, que tiene el don de poder ser entendida de manera gradual. Primero nos sitúa en tres triadas (emocional, mental y visceral), luego en nueve tipos de personalidad o eneatipos y, finalmente, vemos como cada uno de ellos,  se divide, a su vez, en tres subtipos;  con lo cual, en realidad, hay 27 formas de estar en este mundo. 

1 EL ENEAGRAMA COMO PROCESO

Nuestro punto de partida es que damos por bueno que la personalidad es la suma del talante (con el que venimos al mundo) más la forma de ser que desarrolló el niño en su infancia para adaptarse al entorno. 

Este nuevo disfraz, que nos separa de nuestra esencia, es, en mayor o medida, una neurosis. Si la neurosis se dispara, entramos en terrenos de diferentes tipos de locura (casos puntuales). Pero nosotros nos centramos en estados neuróticos medios. Vaya… que aunque todos estamos un poco locos, es sólo eso, un poco.

Mucha gente no quiere dar por bueno este planteamiento, y lo entendemos perfectamente. Es más sencillo pensar que somos cuerdos felices con pequeñas cosas que mejorar. El problema es que, desde ahí, los cambios no suelen ser profundos. Bueno sí, de vez en cuando, más allá de lo que nosotros opinemos, la vida se encarga de ponernos patas arriba y ahí también podemos ver maravillosas transformaciones.

Esto de vivir son cuatro días; así que, casi mejor vamos a tope con ellos y si hay que ponerse el mono de trabajo personal, pues no lo ponemos ¿no?

Desde que nacimos hasta que cumplimos más o menos nueve años (y se formó nuestra personalidad) tuvimos que improvisar un personaje para intentar ganarnos el cariño y atención de nuestros progenitores y seres queridos. Esta careta nos sirvió para llegar hasta aquí y está muy bien darle las gracias. Eso sí, ahora ya no nos es tan útil y toca hacer el camino en sentido inverso: es decir, desmontar el personaje.

Con todo ello, más allá del eneagrama, habrá mucha gente que esté de acuerdo con lo que vamos diciendo y otros muchos que jamás se hayan planteado estas opciones. El primer puñetazo en la cara es dar por bueno que aquel que pensábamos que éramos, en realidad, era un impostor. El que admitimos como yo real, no es otra cosa que un ego desbocado que nos ha llevado a hacer de nuestra vida una gran actuación. Entendemos que, visto así, suena un poco dramático; pero, resumiéndolo mucho, es lo que le ha pasado a la gran mayoría de las personas.  

Si lo aceptamos, ya hemos dado un paso de gigante en la búsqueda de esa esencia perdida. 

2 SOMBRAS Y LUCES

Entonces, si no somos lo que hacemos, lo que pensamos o lo que sentimos: ¿Quién somos en realidad? Pues de esto va el trabajo con el eneagrama, de ayudarnos a quitar capas de la cebolla para ver lo que nos vamos encontrando. 

Si acompañamos al eneagrama con meditación y/o un proceso por ejemplo en terapia Gestalt, el viaje con destino a nuestro yo real será todavía más potente y efectivo.

En esta búsqueda, muchas veces, tropezamos con partes de nosotros mismos que hemos negado hasta la extenuación. Por ello, en ocasiones, nos cuesta tanto reconocer nuestro verdadero eneatipo. 

Nos solemos engañar contándonos que nuestra vida fue de una forma y que no somos tan tremendos como realmente somos. Sin embargo, todo pasa por contarnos la verdad. 

El trabajo con el eneagrama nos facilita vernos desde esta sinceridad (con la mayor crudeza posible). 

Una vez en este punto, toca exponer nuestros descubrimientos. Verbalizar lo que somos, sin trampa ni cartón, es clave para nuestra inminente transformación.

Muchas veces es muy vergonzoso y doloroso mostrarnos desde esta autenticidad. Nuestro pensamiento neurótico será: “Si te muestras desde la “mierda” nadie te va a querer”. Aun así, vale la pena el esfuerzo y dar el salto al vacío; el resultado siempre es sanador. El mundo no quiere nuestro yo aparentemente perfecto; los otros, en realidad, desean nuestro yo más real aunque venga acompañado de una aparente miseria.

Lo que nos parece vergonzoso es lo más valioso que tenemos para ofrecer.

Sólo así nos podemos amar a nosotros mismos, y dar opción a que el mundo también nos quiera de verdad. Igualmente, cuando vamos avanzando en nuestro autoconocimiento también somos capaces de ver al otro de forma diferente.  Poco a poco nos hacemos más empáticos con el mundo. De repente, no somos tan exigentes con los otros, o  ya no nos desesperan ciertas conductas de nuestros seres queridos. 

Las relaciones pueden mejorar (o no); pero lo que sí mejora es el vínculo. Y esta íntima unión tiene que ver con nuestra capacidad de dar y recibir amor, que es clave en el proceso. Aunque sea en pequeñas dosis, pero que sea un amor real; no un amor desde el apego o la necesidad. 

Presentación MINICURSO de ENEAGRAMA de la PERSONALIDAD

Acceder al MINICURSO de eneagrama

3 TRANSFORMACIÓN

Este planteamiento es el que nosotros hemos aprendido del maestro chileno Claudio Naranjo y es el que intentamos transmitir al mundo. Sentimos que el eneagrama tiene un poder especial: el poder de hacernos ver nuestra neurosis. 

¡Transitar por las tinieblas no es sencillo y tener al eneagrama como guía nunca está de más!

Por ello, en el trabajo que hemos hecho  y que también proponemos, primero bajamos al infierno y, luego, cuando nos hemos radiografiado desde nuestros rasgos más neuróticos, pasamos a la luz. 

Sin embargo, hay muchas corrientes que muestran el eneagrama principalmente incidiendo en las virtudes de cada eneatipo. Este planteamiento es tentador y no es que no sirva; pero, en nuestra opinión, se deja por el camino el gran potencial del eneagrama: ayudarnos a conocernos mejor desde la verdad, no desde los fuegos de artificio. 

Es sencillo reconocer que somos artistas, un poco bohemios y románticos. Pero, es más complicado afirmar que somos unos envidiosos sin remedio. Bueno… sin remedio, no, porque la “gracia” del trabajo con el eneagrama es que, con tiempo y trabajo, hay una evolución clara. Nuestra neurosis disminuye un poco y somos capaces de “pillarnos” con cierta facilidad. Quizás volvamos a tropezar con la misma piedra; pero, ahora tenemos más posibilidades de transformación. Normalmente no hay un cambio radical, no hay un antes y un después en el que, de repente, somos seres de luz. Cuando estamos en esas es que, seguramente, nuestro ego nos ha jugado una mala pasada y nos ha vuelto a engañar.

Por todo ello, y mucho más, pensamos que el Poder del eneagrama es un regalo del cielo y que depende de nosotros cómo lo usemos. Podemos olerlo un poco y que nos sirva para hacernos una caricia al ego, o podemos meternos de lleno y crecer como personas. Eso sí, no hay que olvidar que el camino de crecimiento nunca es hacia afuera; siempre es hacia dentro. 

Si ves que todo lo que te contamos tiene sentido para ti, te animamos a profundizar en esta maravillosa herramienta, recordando que tan sólo es un mapa y no el territorio. 

Eso sí, el eneagrama no hace magia y te dará en la misma proporción que tú le des a él. 

Quizás, con un poco de suerte, incluso te de un poco más. ¿Vamos a ello?

«Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza.» Claudio Naranjo.

Texto redactado por   Haiki

Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó



		
		
			

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